12.

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—Si quieres te doy un aventón—Murmuró Ace, acomodándose su gorro de nuevo mientras calentaba su motocicleta, por otro lado ella negó y se despidió del monito de un beso en la frente y de Sabo con un beso en la mejilla.—Cuidalo, si te lo comes antes del almuerzo te morirás de hambre porque ningunl te llevaremos a comer, ¿oíste?—El monito hizo un puchero, pero asintió dulcemente  y se metió en el carro de Sabo, y mientras le veía retirarse a los dos negó de nuevo, corroborando su decisión.
—La verdad aún me da miedo usar mi bicicleta, no me veo capaz de montarme en una moto, Ace.—El moreno rió alegremente y le acarició la cabeza cómo si fuera un perrito, provocando un pequeño gruñido de su parte pero más nada.
Está bien, no te preocupes, después de todo aún estás aprendiendo a andar en bici.—Alejó su mano de la fémina y después de lanzarle un beso se alejó, mientras su motocicleta soltaba en rugido característico del motor y el rechinar de las ruedas al cruzar.

—Nuestra protagonista se montó en su bicicleta color rosa fuerte, casi fucsia y después de ponerse su casco, quitar el seguro de las ruedas empezó a pedalear y echó impulso.

El viento golpeaba de lleno en su rostro haciéndola sentir la reina del mundo, cruzando de vez nn cuando para tomar la ruta correcta y llegar a la avenida dónde se encontraba aquella cafetería y a varios metros aquel Hospital que le hacía apachurrar el corazón y sentir mal de nuevo. Aparcó en el lugar para las bicicletas, le puso el seguro y enrrolló la cadena seguido del candado, se quitó el casco y en vez de dar la vuelta para entrar por atrás y llegar directo a los vestidores y los lockers, entró por la puerta de enfrente con casco en mano y mirando a cado lado, hasta llegar a la mesa en la esquina de la cafetería, la cuál para su sorpresa estaba vacía.

“Al parecer no ha llegado.”

Fue lo que se le cruzó por la mente, relajandose ante la idea de no encararlo todavía, su compañero de turno le saludó con una sonrisa y ella pasó por la pequeña puerta de servicio después devolvérsela.

“Aunque... Espero que lo haga.”

Al pensar aquello el calor subió a sus mejillas pero después negó efusivamente al llegar al casillero.

“Él te mintió, Tn.”

“Pero, yo lo quiero.”

Su mirada café divagó por el casillero propio ya abierto, mirando una foto en todo el medio de la cara interior de la puertecita dónde se podía enfocar a cierto peli negro tomando de las mejillas a Tn y besándola.

“Cómo te extraño, Law.”

Metió el casco, sacó su uniforme y fue a cambiarse.

“Supongo que todo será como antes.”

Y aunque una parte de ella, deseaba arreglar las cosas su corazón estaba triste y lastimado.
Y que haya pasado todo el día mirando a la puerta en sus tiempos libres o a la mesa que él ocupaba, las ventanas para ver si lo veía, era una prueba de que ella aún estaba enamorada Trafalgar Law.

Sour Candy. Trafalgar Law x Tu (Song-fic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora