❀✿4. Despertar a tu lado~❀✿

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El sábado por la mañana, la ciudad de Bonesburgo había sufrido algunos daños a causa de la tan peligrosa lluvia hirviente, pero no nos concentramos en ella, mejor hablamos de una casa más lejana y apartada de la civilización, siendo esta custodiada por un demonio casa búho que se encontraba hablando plácidamente e insistentemente con un gorrión aunque al final terminó tragándoselo, Hooty siendo Hooty.

Mientras que en el interior de la vivienda se encontraba, en una habitación algo desordenada que por la ventana se empezaron a filtrar algunos rayos de luz dejando observar una cama tamaño matrimonial con las sábanas revueltas y dos personas enredadas con esas blancas y no tan limpias sábanas y abrazándose de forma cariñosa. Estos dos eran ni más ni menos que Luz y Hunter. Después de una noche de "juegos" y "diversión", ambos, cansados dormían plácidamente ignorando todo a su alrededor existiendo únicamente para ellos la persona que tenían al lado y que abrazaban como si fuera su peluche favorito.

Todo estaba muy pacifico, el aire caliente producto de la reciente lluvia hirviente, el melodioso cántico de las aves y la compañía perfecta para esa mañana. 

El primero en empezar a abrir los párpados ligeramente fue Hunter. Tratando de enfocar su vista en lo que tenía enfrente parpadeo de forma repetitiva un par de veces hasta lograr su objetivo. Fijándose en el rostro de la persona que más amaba, teniendo la expresión muy relajada y tranquila, mejillas levemente rojizas y algunos mechones de su castaño cabello cayéndole en el rostro de forma desordenada. Notó que ambos estaban abrazados y con los pies enredados entre los de su amante y las sábanas no tan pulcras. 

Volviendo a fijar sus adormecidos ojos en el rostro de su chica decidió con una mano apartar esos rebeldes mechones castaños de su hermoso y pacífico rostro para poder admirarla en todo su esplendor desordenado y mañanero. 

Tomando un mechón entre sus dedos de forma delicada acariciandolo para posteriormente situar tras la oreja de la chica y así con cada mechón de forma delicada y escapando algunas caricias en su adormecido rostro, primero las mejillas, después la frente, la barbilla, la nariz y por último sus dulces labios. Sin aguantar la necesidad de volver a sentir esos gruesos, carnosos y sobre todo endulzados labios de su pareja, simplemente le dio un casto beso sin satisfacer su capricho. 

Desde hace un tiempo, desde que su relación inició realmente, tiene ese capricho por probar sus labios una y otra vez sin hartarse. Aquellos labios eran tan adictivos, era como probar el fruto de los dioses el cual normalmente nadie podría, pero él lo hacía y se sentía muy afortunado ya que podía probar esos acaramelados y melosos labios cuando quisiera. También le encantaba como de ellos en combinación con su hermosa voz producían esa melodía tan excitante y adictiva. Y ni que hablar de las hermosas, dulces y eróticas expresiones que podía hacer.

Volviendo a la realidad, insatisfecho del apenas roce entre sus labios, decide volver a besarla con la excepción de que en esta ocasión aquel contacto ya no era tan limpio y puro y mucho menos santo aunque sí sagrado. En el proceso acariciaba la mejilla de la contraria y al sentir que esta le correspondía el contacto, lentamente se separó para verla en todo su esplendor, un desastre mañanero en pocas palabras, pero un lindo desastre.

— Buenos días, niña azucarada~ 

— Buenos días, niño agridulce~

Y ahí ese apodo que le puso hacía ya un tiempo atrás, incluso antes de formalizar su relación pues según sus palabras al conocerlo lo sintió como un limón agrio y amargo pero con el tiempo y después de estar en medio de ciertas situaciones y escenarios diversos a lo común, pudo sentir dulzura en su interior, pero eso no le quitaba lo agrio que tenía su personalidad. Esa era la explicación que le dio al confrontarla al no entender el porqué de ese apodo.

En su caso la llamaba niña azucarada pues primero, en su personalidad estaba el ser, de vez en cuando, una niñita caprichosa y melosa, tal cual niñita de parvulario. Y segundo, más de la mitad de su dieta consistía en azúcar y más azúcar. Los dulces eran una parte esencial de todas y cada una de sus comidas, algo para nada saludable y le seguía sorprendiendo del hecho de que ella aún no tuviera caries.

Un roce sobre sus labios lo trajo a la realidad, observando a la dueña de sus más dulces y los más eróticos pensamientos que podía poseer. Ella lo miraba atentamente medio dormida, en sus ojos se podía ver reflejado el cansancio y también amor. Estos poseían un brillo único y reluciente aparte de que destacaban gracias a los relucientes rayos de luz que se asomaban por la ventana que tenían cerca. Le encantaban sus ojos, el hermoso color chocolate de estos, su brillo característico lleno de ilusión y amor, al igual que la sonrisa que le dedicaba a él y solo a él. Claro, también sonreía para otros, pero de forma diferente, a él lo veía con un brillo distinto y único.

"Simplemente perfecta~" comentó en voz baja pero aún así audible para su compañera la cual se encontraba a tan solo unos centímetros de él causándole una ligera risa juguetona y dulce, amaba por completo esa melodía tan adictiva.

"Simplemente perfecta~" comentó en voz baja pero aún así audible para su compañera la cual se encontraba a tan solo unos centímetros de él causándole una ligera risa juguetona y dulce, amaba por completo esa melodía tan adictiva

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El capitulo de esta semana es algo corto pero sentí que era necesario acabarlo en este punto.
El siguiente se concentrara más en su desastroso desayuno.

En fin, nos leemos la semana que viene con un nuevo capítulo!

Bye~

𝑪𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝑵𝒐𝒗𝒊𝒐𝒔 ♡🅛🅤🅝🅣🅔🅡♡ TOHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora