Un chico malo, pero triste y una chica fantasiosa y optimista. ¿Cómo podría ser una relación amorosa entre estos dos?
¿Cariñosa, fría, tóxica...?
Una pareja con dos años de relación se podría hartar de esta o su amor permanecerá tan vivo como al pri...
Besos fogosos y caricia provocativas que se repartían entre ellos, Luz sentada sobre la encimera de la cocina con una mano dentro de la holgada y vieja camiseta que su pareja usaba como pijama, mientras acariciaba sus abdominales y la otra mano tenía los dedos enredados entre los mechones cenizas de su novio atrayendo más hacia ella. Por otro lado Hunter estaba situado entre sus piernas, con una mano acariciando de forma suave y delicada a la castaña, pues esta era su diosa y tenía que tratarla y complacerá como tal, su otra mano se deslizaba debajo de su camiseta, la cual le pertenecía pero definitivamente le quedaba mejor a ella "Se ve tan malditamente sexi con mi ropa puesta~" pensó en medio de aquel fogoso y excitante beso. El masajeaba y jugaba con los pechos de la contraria de forma lenta y tortuosa provocando una creciente excitación a la joven.
Beso tras beso, cada vez más calientes y empalagosos, caricia tras caricia provocando una creciente necesidad de despojarse de las estorbosas piezas de ropa que poseían y-
— ¿Es cosa mía o huele a quemado? – preguntó Hunter al separarse del apasionante beso mientras jadeaba y seguidamente olfatear el aire sintiendo un olor característico de las cosas quemadas.
— Tienes ra- EL DESAYUNO!!! – comentó interrumpiendo a sí misma para rápidamente girar su cuerpo para ver hacia la estufa en la que se encontraba un satén con lo que se suponía que iba a ser su desayuno pero que ahora era más que nada carbón y… estaba prendido en llamas crecientes que si no detenían a tiempo podría causar severos daños en la cocina.
— Mierd* – maldijo Hunter para rápidamente dirigirse hacia las crecientes llamaradas anaranjadas.
— ¡Apaga la estufa, apaga la estufa! – repetía ella mientras buscaba entre algunas hojas una combinación del glifo de hielo y fuego para así actuar como extintor y lograr apagar el fuego con éxito.
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En este momento se podía vislumbrar a nuestros protagonistas sentados sobre el sofá y rodeados por los objetos y medicamentos que antes estaban en un botiquín pero habían sacado todo el contenido de este para lograr encontrar curitas con dibujos de colores llamativos y algunas gasas para las leves quemaduras que había provocado ese incidente.
— Y listo! – hablo de forma animada, Luz después de colocar la última curita sobre la nariz de su novio, lugar en donde se encontraba la más leve pero visible quemadura.
Él le dio un casto beso en los labios para seguidamente besar cada una de las quemaduras ya tratadas que ella poseía.
La joven solo pudo reír levemente ante aquel cariñoso acto de su novio, desgraciadamente aquella romántica y empalagosa escena fue interrumpida por un demonio similar a un búho con su cuerpo cilíndrico cubierto por curitas coloridas que empezó a quejarse con ellos con su infantil y chillona voz.
— Eda los dejo a cargo no para que me quemen las cartas que le escribí a Lulú. Ya no tengo que mandarle! – exclamó de forma dramática para ponerse a llorar revolcándose en el suelo alfombrado de la sala causando cierta incomodidad a la pareja.
— Tranquilo Hooty, podemos ayudarte a escribir una nueva carta para Lilith.
— Pero por el titan, cierra el pico pájaro melodramático! – rogó Hunter con un tono más alterado a comparación de la dulce, tranquila y melodiosa voz de su novia, pues de por sí casi no soportaba a aquel demonio como para ahora ponerse tan dramático, pareciera que habían matado a alguien o algo por el estilo.
— ¡Bien hoot, hoot! – Y ahora más animado, Hooty se fue a buscar su máquina de escribir.
— ¡Hmp! ¿Tenemos que hacerlo de verdad? – preguntó un Hunter irritado dirigiéndose a su novia.
— ¡Por supuesto! Salvo que quieras que se ponga a llorar por horas y que no podamos hacer nada para calmarlo y sabes que huir no es una opción ya que nos atrapará con su cuerpo y no permitirá que nos alejemos de él. – Empezó a hablar la joven morena mientras ciertos recuerdos hacían acto de presencia en su mente, recuerdos de lo que podía suceder si Hooty se alteraba de más y todas las consecuencias de esto.
Resignado el ceniza decidió no discutir pues no quería volverse a ver envuelto en esa desagradable situación de nuevo.
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Unos minutos después, fuera de la casa búho se encontraban sentados en unas sillas, que Eda había traído alguna vez, mientras escribían una carta con destinación hacia Lilith. Todo mientras comían unos sándwiches que se encargaron de preparar pues su desayuno original era puro carbón en esos momentos.
Luz tenía el deber de redactar lo que Hunter y Hooty dictaban. Era un trabajo muy tedioso pues en algunas ocasiones se ponían en desacuerdo y tenía que ser ella la que pensara esa parte para que la pelea terminara y así pudiesen continuar.
Al cabo de una hora más de cinco cartas se habían finalizado de escribir siendo firmadas por los tres.
El contenido de cada una de ellas era diferente. Una se dedicaba a redactar lo mucho que Hooty la extrañaba. Otras se dedicaban a contarle aventuras que tuvieron recientemente, entre ellas el incidente de la cocina. Otras más contenían preguntas dirigidas hacia ella y la amable y aventurera madre que la acompañaba. Y por último una se trataba de su relación y cuál era su estado al no estar Eda cerca y afirmando que la casa aún estaba intacta, aunque nunca estuvo en el mejor estado posible.
Al final del día se encontraban preparando el almuerzo con más cuidado y supervisión para que el suceso del desayuno no volviera a suceder. En el proceso se daban de comer en la boca del otro algún que otro pedazo de comida que estaban picando o para saber si le faltaba algún condimento. En algún que otro momento el cenizo la abrazaba por detrás y situaba su cabeza en el hueco del cuello de ella para repartir dulces y cariñosos besos en su mejilla provocando risitas dulces por parte de la contraria.
Después de ese desastroso desayuno, el drama de Hooty y el dulce almuerzo, llegaría la cena y una visita no muy deseada.
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Holi, holi!
No se si fue por escribir este capítulo o que paso pero al diasiguiente estropeé todas mis comidas.
El desayuno quedó como carbón, el sartén del almuerzo quedó estropeado y la cena se enfrió y me quedé sin luz.
En fin, tengo la mejor suerte del mundo y eso que si se cocinar.
El siguiente capítulotratará de la cena y el próximoserá la cita o eso creo. Aún no lo tengo muy bien pensado.
