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Tu aroma está coloreado en la luz del sol
No me di cuenta de cuán familiar es para mi


El cielo empezaba a tornarse de tonalidades naranjas y amarillas, el frío se hizo presente, haciendo que un guapo albino temblará.

Las clases habían terminado y por fin podría ir a su casa a descansar. Se levantó de su asiento y recogió sus cosas, despacio se dirigió a donde su pareja se encontraba durmiendo plácidamente.

— Hey, Giyuu — Con su dedo índice picó la regordeta mejilla del contrario — Oye, despierta.

Pero nada.

Tomioka dormía como un tronco. Y no parecía tener intenciones de levantarse pronto.

Ya nadie se encontraba en la clase, por lo que se rindió con rapidez y decidió verlo dormir, se arrodillo y posó sus brazos y cabeza sobre la mesa. Se puso algo nervioso por la cercanía, pero rápidamente olvido eso cuando olió el dulce aroma de Giyuu.

Se acercó un poco más para poder olerlo mejor. Ese dulce aroma le recordaba a cuando se le declaró a Giyuu en un parque mientras comían helado, el verano pasado.

Se sonrojo un poco al recordar eso, actualmente eran una pareja, una pareja algo extraña según sus compañeros. Pero poco les importaba.

Acarició con delicadeza el obscuro cabello y dejo un pequeño beso en su mejilla.

Cuando estaban junto Tomioka, sus preocupaciones se iban, pensamientos que no tuvieran que ver con el azabache eran dispersados. Toda su atención se centraba en su pareja, en nadie más. Dejó un pequeño beso más y empezó a recordar la vez que se hicieron amigos, hace 10 veranos.

Shinazugawa y Tomioka se conocían desde la primaria, desde un principio el albino junto con su otro amigo, Obanai, solían "molestar" al pequeño azabache (Aunque siempre eran ignorados, pues a Giyuu realmente no le importaba), solo porque según ell...

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Shinazugawa y Tomioka se conocían desde la primaria, desde un principio el albino junto con su otro amigo, Obanai, solían "molestar" al pequeño azabache (Aunque siempre eran ignorados, pues a Giyuu realmente no le importaba), solo porque según ellos era un rarito, nunca hablaba y se la pasaba en su mundo viendo hacia la nada. Cosa que a Sanemi le irritaba.

¿Es que acaso se cree mejor que los demás? Solía pensar.

A veces incluso trataba de llamar su atención de diferentes maneras, pero al final siempre era cruelmente ignorado, cosa que lo irritaba y entristecía. Por alguna razón siempre quiso ser el centro de atención de Tomioka.

Una vez, cuando regresaba a su casa con tranquilidad, había logrado ver al azabache a la distancia, parecía triste y llevaba una pequeña caja en las manos. Con rapidez se acercó y para que le hiciera caso toco su hombre con suavidad, haciendo que voltee a verlo.

— Oh. Hola Sanemi — Saludo el pequeño niño con desgana.

— Hola Giyuu — Su vista se posó en la caja que el azabache llevaba en sus manos — ¿Qué es eso?

El pequeño niño se tensó un poco, pero aún así le mostro la caja a Shinazugawa.

— Es un gatito — Bajo su mirada al suelo con pena — Lo encontré fuera de la escuela — Sus ojos se llenaron de lágrimas — Se ve muy mal, p-pero no se d-donde hay una veterinaria cerca.

Shinazugawa se entristeció al ver a Tomioka llorando, con su pequeña mano acaricio su mejilla, para reconfortarlo.

No podía dejar que el azabache llorara, tampoco permitiría dejar que ese gatito muriera.

Estaba decidido a ayudar a Giyuu, así que con cuidado tomo la caja e hizo que el pequeño niño lo viera a los ojos.

— ¡Yo te ayudare a encontrar la veterinaria! — Vio los ojitos del contrario iluminarse de la emoción haciendo que se sonroje — Y-yo ¡Vamos ahora! No tenemos mucho tiempo.

No pasaron mucho tiempo buscando encontraron una veterinaria abierta, entraron con rapidez y fueron a la recepción, donde les atendió un señor de edad y cara amistosa.

— Buenas tardes — Dijo el albino — Mi amigo y yo encontramos a este gatito tirado, se ve muy mal y queremos que lo revise por favor.

— Oh cielos — El señor vio al minino con algo de preocupación — Esta realmente mal, suerte que ustedes lo trajeron rápido — Regreso a ver a los niños — No se preocupen, hare todo lo que pueda — Les dedico una pequeña sonrisa, haciendo que los niños se calmaran — Ahora ustedes regresen a sus casas, es tarde y sus familias deben de estar preocupadas.

Los niños asintieron y se fueron no sin antes despedirse adecuadamente del señor, caminaron en silencio por un rato, hasta que Tomioka hablo.

— Gracias... — Pauso un momento — Gracias por ayudarme, Sanemi — El azabache le sonrió y el nombrado no pudo evitar sonrojarse, su corazón latió con rapidez, estaba algo confundido pero lo único que sabia es que no odiaba por completo ese sentimiento.

— N-no hay d-de que G-Giyuu — Desvió su mirada a otro lado — No podía permitir que ese gatito muriera y... — Dirigió nuevamente su mirada al pequeño azabache — No quería verte llorar — Le devolvió la sonrisa.

Shinazugawa cree fielmente que ese día se enamoro perdidamente de Tomioka.

Shinazugawa cree fielmente que ese día se enamoro perdidamente de Tomioka

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Sanemi esperaba con ansias que el verano llegase.

Para así estar más tiempo junto a Giyuu.

 Tomatito.

✦⭒『Hello, sunset』⭒✦ SaneGiyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora