De demonio

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Despejado.

La voz mental de su compañero la impulsa a saltar de su lugar y revisar la oscura noche.

No veo demonios acercándose.

Nezuko, prueba a ver desde el cielo. Shigeru, revisa el norte. Takeo, este. Papá verá el sur e Inosuke el oeste. Aoi ve con Inosuke. Zennitsu con Shigeru, Abuelo con Nezuko.

Entendido.

Una cantidad grande de voces resuenan en su cabeza, luego de eso, sus ojos rojos miran fijamente a la persona frente a él.

—¿Qué querías hacernos, tú?

Con una sonrisa irónica y su cara vuelta jirones, el demonio que hasta hace poco los había "ayudado" estaba detenido.

—¿Qué crees? Terminar su entrenamiento.

—No me vengas con esas, estúpido.

Tanjiro escupe al suelo y frunce el ceño.

El demonio primordial suspira y alza sus hombros, los cuales estaban siendo detenidos por la habilidad de sangre de Tanjiro.

—Estamos a punto de atacar el establecimiento principal de los demonios ¿por qué hacer algunas peleas de entrenamiento?

—¿Crees que secuestrar gente y volverlas demonios es cosa "de entrenamiento"?

—Mi prioridad es que ustedes se vuelvan fuertes.

—Ya somos fuertes.

El demonio suspira y poniendo algo de fuerza y sangre en las ataduras que Tanjiro le había hecho en sus manos, se levanta.

—No los considero fuertes. Solo porque han obtenido más poder que una luna inferior no quiere decir que sean fuertes.

—Somos cazadores, nuestro poder es nuestra katana.

—Te has vuelto muy molesto ¿sabes? Causas que me pregunte si fue realmente buena idea el que les enseñara todo lo que sé.

—Pero ya lo hiciste.

El demonio de pelo rojo y largo hasta los hombros y atado en una coleta ríe.

—Sí, pasado pisado. Ahora, Tanjiro. ¿Atacarás la sede de los demonios o no?

Tanjiro chasquea su lengua al darse cuenta que realmente ese demonio era aún más fuerte que él.

Camina por la habitación que alguna vez fue un salón de clases y mira por la ventana.

—Lo haré. Entre más rápido acabe con Wen y Sora, más rápido este apocalipsis acabará.

—Hubo un tiempo en que el apocalipsis zombie era la moda ¿sabes? Al final parece que fue un apocalipsis demoníaco.

El demonio ríe, pero se calla al darse cuenta que fue un chiste malo.

—¿Realmente...? —Tanjiro sacude su cabeza—. Vienes conmigo.

—Sí.

Ambos salen por la ventana de un salto.

Nada.

No veo demonios.

Igual.

Su ceño se frunce y mira al demonio a su lado.

—No queda ninguno más, deja esa mala cara. ¿No logras sentirlos? No queda nada.

Todos, vuelvan.

El primero en aparecer, casi de inmediato, es Shigeru.

Unos segundos después, los demás empiezan a llegar.

Kimetsu no Yaiba - Moderno T4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora