Sin cazadores

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—¿Has oído las noticias de Kiriya Wisteria?

Un hombre mayor pregunta hacia otro más sentado en una silla tras un escritorio, en una oficina.

—Sí, me han contado...

El hombre suspira y pasa sus manos por su cara.

—Me preocupa Muichirou, quien estaba junto a Zero.

—Sí... Rengoku-sama, es sobre... los demonios que vienen...

—Somos la mayor fuerza de ataque existente, si somos arrasados... solo podemos entregarnos a dios.

—¿Eh? ¿Es usted creyente, Rengoku-sama?

El hombre sentado ríe.

—Mi dios es de pelo rojo y con marcas de fuego en su cara, si lo piensas así, soy creyente.

—Oh...

—¿Cómo lo llevan los chicos?

El hombre suspira y rasca su cabeza.

—Koyuki parece tendrá un parto prematuro, aunque no lo suficiente para afectar la salud del bebé. Hakuji está muy hiperactivo.

El que estaba parado, Keizo, ríe.

La puerta suena.

—Soy yo, Rengoku-san.

—Ah, Alice-chan, pasa.

La puerta se abre y una joven de pelo dorado pasa por ella.

—Herrero-sama quiere saber si necesitan más armas.

La cara de Keizo y Rengoku(padre) cambian a una mueca.

—Haganezuka-san sigue tan animado como siempre.

El de pelo negro ríe.

—Dile que sí, que haga una más para un Hunter de primera categoría.

—Entendido, con su permiso.

Ella se da la vuelta y vuelve a cerrar la puerta.

—Ella fue un buen agregado para Kagaya Wisteria ¿verdad?

—Sin duda alguna, la familia de Jhon ha ayudado bastante.

Quedan en silencio un segundo.

—Rengoku-sama-

—Sé lo que preguntarás. Ha pasado un año y aún no hay noticias ni nada, te preocupas demasiado.

—Pero...

El de pelo dorado se levanta de su puesto y sonríe.

—¡Cree en mí, Keizo! Él volverá con los cazadores, tarde o temprano.

El pelinegro asiente y agacha su cabeza.

La desaparición tanto del demonio superior como de los cazadores fue un gran golpe a la moral de quienes seguían al demonio pelirrojo.

Sin embargo, ellos seguían creyendo en el dúo de pelirrojos, líderes de sus respectivos equipos.

El mundo había sufrido un severo revés en su avance por culpa de los demonios, entre tecnología como en investigaciones diversas. Mucho se perdió.

Pero realmente lo que estaba en boca de muchos era la desaparición de los cazadores, ahora mundialmente conocidos.

¿Dónde están? Todos se lo preguntaban.

[ · · · ]

—¡Solo muérete, maldición!

Con todas las fuerzas que tiene le planta un puñetazo en la cabeza a un demonio que se lanzaba contra él, por quinta vez.

Kimetsu no Yaiba - Moderno T4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora