02

858 91 119
                                    

Luego de un par de horas Leorio y el Kurapika del picnic cansados por haber ido a buscar la información decidieron volver a casa con el resto. Al parecer el Nen utilizado en ese hechizo debería terminar mañana por la noche. Es decir, estarían 24 horas así.

—Llegamos —anunciaron ambos.

—¿Y bien? ¿Alguna noticia? —preguntó el Kurapika del examen.

—Estaremos así hasta mañana por la noche.

Los seis Kurapika restantes suspiraron rendidos.

—Disculpe, hace rato me pareció inapropiado preguntar pero ¿quién es usted? —con ganas de saciar su curiosidad el Kurapika chiquito preguntó.

—¿Yo? —se señaló a sí mismo Leorio y después se sintió un idiota por haber hecho una pregunta tonta —Me llamo Leorio Paladiknight, en el futuro seremos grandes amigos.

—Ya veo. ¿También eres amigo de Pairo?

A los demás presentes se les estrujó el corazón, el pequeño no tenía ni la menor idea de lo que le pasaría.

—¡Claro! —mintió Leorio, no tenía el valor de contarle la realidad a esos inocentes ojos.

—Me alegra —sonrió el niño y luego se sonrojó al escuchar los rugidos de su estómago.

—Son las ocho, deberíamos comer algo pero no tengo nada más que ramen instantáneo.

—Esta bien —opinaron tres Kurapika.

Debido a que el pelinegro era malo cocinando -aunque no lo admitiría- el Kurapika del picnic se ofreció a ayudarlo. Aún le sorprendía lo servicial que era esa versión de su amigo, a pesar que era el mismo Kurta de siempre sentía que había algo diferente, no lo sabía o mejor dicho no quería confirmar su sospechosa e ilusionarse.

Piensa en algo feo, Leorio, como en Hisoka, eso. Se regañaba a sí mismo para borrar esa pequeña chispa que creció en su corazón.

Más tarde, cuando acabaron de cenar surgió otro problema.

—¿Donde vamos a dormir? —inquirió el Kurapika con pollera.

—Tengo una cama matrimonial, unos pares cabrían ahí si se acomodan bien —contestó Paladiknight.

—¡No hables de nosotros como si fuéramos piezas del Tetris! —indignado alzó la voz el del examen de cazador e inevitablemente el otro se río ante la imagen mental.

—N-no era m-mi intención —habló como pudo tratando de contener la risa, no quería ofenderlos.

—En fin, repito, ¿donde vamos a dormir?

—Supongamos que unos cuatro entrarían en la cama matrimonial, quedarían otros tres —opinó el de anteojos grandes.

—Yo duermo en la bañera —sentenció el de traje, sin ni siquiera preguntar que opinaban los demás.

—Entonces yo duermo en el sofá con mi versión niño —tomando de la mano al pequeño dijo el Kurapika de prendas rojas

—Yo dormiré en alguna silla —contestó el de prendas negras y anteojos del mismo color, pues quería estar solo para pensar sobre algún plan para recuperar a Gon y Killua en su tiempo, a pesar que pudo confirmar que lo logró al ver a su otro yo con ropa femenina no quería confiarse.

—Entonces los que quedan y Leorio dormirán en la cama ¿Que piensan?

—Por mi, esta bien —respondió el del picnic, mientras algo dudoso se acercaba a su amigo, cosa que paso desapercibida por todos o eso creyó

—¿No te parece que eres muy cercano con él? —lo delató el de falda con el ceño fruncido.

—¿De que hablas? —fingió demencia.

—Lo acompañaste a la asociación de cazadores, le ayudaste a cocinar y ahora, encima, vas a dormir con él —sin pelos en la lengua escupió.

—¿Tiene algo de malo?—volvió a responder con una pregunta, sólo que esta vez con un tono algo provocante.

—Tsk ¡Los demás Kurapika también queremos pasar tiempo con Leorio! —fastidiado soltó lo que estaba ocultando.

Leorio se sonrojó ante tal declaración y posó sus ojos en los demás, al verlos levemente sonrojados pudo confirmar que era verdad.

¿Acaso estaban celosos de sí mismos?

No quería hacerse ilusiones sobre que sus sentimientos fueran correspondidos, después de todo el Kurapika actual no se encontraba y, a pesar que quizás esas versiones si sientan algo por él, puede que el actual no. Se repetía que no debía dejarse llevar por esa declaración pero comprendió que ya había caído cuando sintió la calidez en su corazón.

¡Idiota! Le recriminó su conciencia.

—B-bueno, ¿vamos a dormir? —rompió el silencio el más pequeño, no quería seguir en esa aura pesada e incomoda.

—¿Ah? C-claro.

•°•°•°•

Finalmente se acomodaron todos como anteriormente habían dicho. Por suerte no hacía frío sino la escasez de frazadas hubiese sido un gran problema. 

Al cabo de unos minutos todos ya se encontraban dormitando excepto el cuarteto de la cama matrimonial, pues aún no se acomodaban.

Para repasar ahí se encontraban Leorio, el Kurapika del examen de cazador, el del picnic y el que usaba prendas femeninas. Justamente el problema yacía en el último nombrado.

—No puedo dormir en falda —se quejó.

—Te podría prestar algo —propuso el pelinegro, y el contrario aceptó, aunque luego al ver que ni podía ocupar una pierna del pantalón se dieron cuenta que fue mala idea.

—Podrías dormir en ropa interior —sugirió el del examen de cazador.

—N-no puedo.

—¿Por qué?

—No t-traigo ropa i-interior, o sea, sí pero no. —con esas palabras dejó más confundido al resto.

—No te entendemos —dijo el del picnic —Explicate mejor.

El de conjunto femenino estaba sonrojado y temblando un poco, en el momento que decidió su disfraz nunca pensó que sucedería algo así. Nadie se imagina ser traído por algún idiota a otro tiempo junto con tus otras versiones.

—¡Tengo ropa interior femenina! —gritó avergonzado, y al darse cuenta que lo había hecho soltó un agudo chillido.

—¿Q-que tú qué? —tartamudeó Paladiknight y sin querer imaginó al pequeño cuerpo de su amigo con algún conjunto de encaje, sonrojándose y ¿de repente subió la temperatura?

—¡No pongas esa cara, pervertido! —lo último que vio Leorio fue el puño de su amigo acercándose antes de caer al piso.

--------------------------------------------------------

Este capítulo se lo dedico a Katerin_Shein .Pensaba borrar el capítulo que había subido (no me gustaba la temática) pero su comentario además de alegrarme el día, me dio ganas de hacer la segunda parte <3.

En fin, ¡muchas gracias por leer!

kurapika's -leopikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora