Tamara
Salí de aquel, lugar hecha un manojo de nervios, fui directamente a la caja, y el sujeto de hace un segundo seguía allí, porque demonios seguía allí, no lo sabía pero ya me incomodaba.
–Son unos completos cavernícolas, no deberías dejar que te traten como a una muñeca – dijo aquel sujeto tomándose un trago de ron.
–Que sabes tú de cómo me traten – escupí irritada.
–Oh bueno, no lo sé, aquí se dicen muchas cosas de esos sujetos – hundí mis cejas sin comprender lo que intentaba decirme – ya sabes, que comparten cosas, o personas – mi mandíbula se tenso a imagínamelos haciendo eso, no llevaba ni 24 horas de a verlos conocido, y ya me sentía con poder sobre ellos.
–va a pagar sus bebidas? – pregunte, y este negó – pues tome una mesa o diríjase a la barra, no puede estar en la zona de la caja – eso no era mentira, Alan me había explicada, que nadie podía permanecer ceca de la caja, que no fuera yo o alguno de ellos. Este pareció entender y se alejo a una mesa.
Estaba intentando aun calmar mi emociones totalmente Erráticas hacia esos hombres, pero no me ayudaba tenerlos rondando cerca de mí, desde que salieron de la oficina, han estado muy cerca de mí, ya falta poco para cerrar, o eso fue lo que me comento el barman hace como una hora, ya no quedan muchas personas en el bar, y realmente me siento agotada, solo espero llegar a casa y poder dormir un poco.
Para cuando el ultimo ebrio salió del establecimiento, varios suspiros se escucharon en el lugar, incluido el mio, esto era realmente agotador, y no me quiero imaginar con es el trabajo de la camarera.
–ok muchachos, fue una noche muy activa, esperemos que la próxima sea igual de buena – comento Alex, acercándose a la caja – ahora – dijo frente a mi – cerraremos esto – dijo colocándose a mi lado mientras me mostraba como hacer el cierre en la caja – perfecto, no hay ningún error, ya te puedes ir Tamara, o prefieres que te llevemos.
–No lo creo – negué mientras me ponía de pie, y tomaba el pequeño bolso que había traído – vivo a una cuadra de aquí– comente despreocupada.
–Aún no ha salido el sol Corderito, y no quiero decir que el pueblo sea peligroso, pero es mejor prevenir, te puedo acompañar si lo deseas – mordí mi labio pensando seriamente si la idea de Alan era buena – no lo pienses mucho Tamara – me gustaba como sonaba mi nombre en sus bocas, dios era tan excitante.
–Está bien – dije por fin sacándole una linda sonrisa a Alan.
–Bien Alex, acompañare a Tamara, tu vigila que todo se cierre correctamente – este asintió a su hermano, donde le dio una mirada que no entendí muy bien, tampoco le quería dar mucha vuelta, así que solo me despedí con la mano, y fui tras Alan.
Salimos y hacia frio, apenas se comenzaba a ver claridad en el cielo, y de verdad daba terror como se observaba este pueblo de esa manera. Cuando pensé que no diríamos nada en todo el camino, Alan hablo.
–Así que, no nos dirás quien te hizo esas marcas – Me tensé al momento y solo pude mirar mis zapatos mientras seguíamos caminando – ¿Entonces que te trajo a Pittsburg? – Lo mire de soslayo y este mantenía sus mirada puesta en mi.
–Tranquilidad – susurre esa media mentira, sabía que estaba huyendo, pero era por mi propia paz y tranquilidad, aunque no estoy muy segura de ello, el estar paranoica me quita toda mi tranquilidad.
– Bien – Se freno, y me di cuenta que ya habíamos llegado – Nos vemos hay a las 9, ese será tu horario habitual, a esa hora llegan todos – Comento mientras se acercaba mi – espero que duermas bien – dijo mientras tomaba mi codo y se acercaba para depositar un suave beso en la comisura de mis labios.
–Nos vemos – susurre nuevamente alejándome mientras le daba la espalda y abría la puerta tras de mí, cerrándola al entrar, subí las escaleras corriendo, y cuando llegue a mi habitación quise gritar. – Me volveré loca – dije simplemente mientras cerraba los ojos quedándome dormida de inmediato.**
Una semana había pasado desde que deje mi hogar y termine muy lejos de allí, me gustaba aquí, la sensación de paz era duradera aunque a veces tenía que mirar más de dos veces por encima de mi hombro, Ayer en el bar casi me derrumbaba, había visto a alguien parecido a Ralf, por suerte nadie se había dado cuenta y eso me relajaba. con Alex y Alan, bueno no sabía cómo explicar eso, Tenia una fuerte atracción por ellos, pero después de mi primer día, ellos mantenían distancia, Alan me acompañaba todas las madrugadas a casa y listo, eso era todo, así era mi semana.
Cuando desperté el día de hoy eran las 11 de la mañana, creí que era un poco temprano, intente dormir nuevamente pero no lo logre, así que me puse de pie yendo al baño mientras me despojaba de mi ropa y ponía a llenar la pequeña tina del baño, camine por el apartamento en ropa interior esperando que esta se llenara, y fui por mi pequeño teléfono, tenia exactamente una semana que no lo revisaba. Cuando lo tuve en mi mano me horrorice al ver la cantidad de llamadas y mensajes que tenia perdidos, y todos de la misma persona. Mire a mis alrededores y comencé a entrar en pánico, así que me fui al baño y me encerré allí.
*¿Tamara, pequeña zorra en donde demonios estas?*
*Espero sepas lo que te esperara si no regresas a casa tamara.*
*Te hare pagar las consecuencias, pequeña zorra*
*NO te puedes escapar de mi, te encontrare y pídele a Dios que te deje viva*
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Poligamia
Любовные романыCuando Tamara Well cumple los 21 años de edad, lo único que quiere es correr muy lejos y no mirar atrás. Con un pasado que le aterra, y un fuerte equipaje emocional, llega al pequeño pueblo de Pittsburgh en busca de una salida a todos sus problemas...