Prólogo

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La campana de la entrada suena. Alguien abre la puerta de la heladería donde trabajo. Alzo mis ojos y lo veo... ¡Ahora sí, mi corazón se detuvo! ¿Exagero? Nah, no lo hago. Lo veo que está ahí.

Concéntrate Emma, o es que acaso no puedes ver a ese jodido y extremadamente sexy rubio que cuando sonríe tu clítoris hace... ¡No! ¡No voy a decir qué es lo que hace mi clítoris!

–Subconsciente, no estás ayudando–  balbuceo bajo mientras lo veo acercarse.

Estoy expuesta a mi amor platónico: el chico con el que jugaba de infancia, del que estoy enamorada desde que tengo uso de razón. ¡Todo tan cliché! Suspiro. Algún día tengo que escribir una novela fangirleando todo lo que quisiera hacer con él. -»Incluyendo las cosas pervertidas«- mi subconsciente volvió a interrumpir, realmente no está ayudando.

Está bien, ahí viene, calma, calma; seguro me saluda como todos los días, sonriendo y pidiendo que le prepare su favorito, un Banana Split, haciendo que me derrita por dentro.

Arreglo mi cabello. ¡Ups! Llevo el gorro del uniforme puesto, no puedo arreglar nada. Es que los nervios me traen peor que una cabra.

Okay Emma, respira hondo... ¡Tú tienes el control! ¿A quien engaño? El control se fue al carajo cuando sonó la campanita.

¡Ahí está, estamos cerca! ¡Acaba de sonreír! Oh Dios, mi clítoris está... –no,  ya dije que no lo voy a decir–

Es hora de que me salude y pida su helado favorito. ¡Lo va a hacer! Tres, dos, uno...

–Una cosa de éstas por favor.– ¿Es en serio? Si Edward odia las piruletas... Este me está tomando el pelo. Okay, estoy en una broma de muy mal gusto.

–Hola Eddie, ¿no vas a llevar tu favorito?– acabo de romper el hielo.

–¿Mi favorito?– espera... Estoy analizando esto lentamente. Te juro por Dios que si está jugando lo mato -a besos- pero lo mato.

–Edward, claro que tu favorito.– me pongo seria– El Banana Split que me pides a diario. O sea, ¡hello!– y chasqueo mis dedos para que reaccione (admítelo Emma, te pasaste de flow) pero es que es taaaaan lindo. Ok Emma ya está bien, esto no viene el caso, sí, ya sé, estoy loca.

–No sé de qué hablas...– levantó una ceja, en señal de duda.– ¿Y tú eres...?

Ahora sí: ¡auxilio, socorro, SOS, 911! ¡ALGUIEN!
¿Esto es en serio? ¡CÓMO PUEDE SER POSIBLE QUE NO SEPA QUIÉN SOY!











~•¡Hola, aquí un saludo del autor! Dime que amaste a Emma 🌝, jejejejeje yo también la amo. ( ꈍᴗꈍ)

Si te gustó mi historia, no olvides tu estrellita. ;)

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