Capítulo 4

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¿Será posible que por algún día en mi vida mi pelo pueda dejar de erizarse cuando lo lavo? Ay no, ash.

Me frustro cuando veo mi imagen al espejo en veces. Pero no Emma, vamos vamos, levanta esos ánimos que tú eres tú y sin tú no hay tú... Claro que sin mí no hay mí... Espera... ¿Esa frase siquiera existe?

Y allí estaba yo, arreglándome....

Ash, odio cuando me pongo nerviosa. Sería menos frustrante si la amnesia de Edward no fuera tan exagerada esta vez. Actualmente no me recuerda y anda diciendo que es un ángel. Sí, definitivamente su pasada de tragos le cayó peor que nunca.

Bueno Emma, estás lista. Sonríe, preciosa... Como toda una Barbie.

Salgo por el patio, tomo la bici. ¡La amoooooooo! Toda rosadita ufff.

Y como toda la diva que soy, salgo en ella, sonriendo como si no existiera un mañana. O bueno, sintiéndome la dueña del propio vídeo musical que se armaba en mi cabeza donde las flores tenían rostro.

¿Rostro? ¡Sí! Definitivamente, un día de estos voy a salir con que encontré un duende verde. Y no exagero.

¿Ya llegué? ¡Wow, el camino más rápido del mundo!... O bueno, tal vez mis pensamientos acortaron el camino. ¿Quién sabe?

Y ahí estaba su casa. La miré, me miró y mi estómago reaccionó a nuestras miradas –o sea entre la casa y yo–;
y lo que antes eran mariposas se habían convertido en un zoológico. Pero no dudé, mi plan estaba hecho, y como mi poder femenino no puede fallar, se iba a cumplir sí o sí, o me dejo de llamar Emma.

Grité su nombre.

La entrada y el saludo a sus padres: cosas insignificantes para mí.

Voces que semidiscutían salían de su habitación. Debo resaltar que el zoológico que tenía en mi estómago mutó para convertirse en una manada de salvajes dragones que volaban acabando con todo lo que tenía en la panza, si es que verdaderamente hubiera tenido algo.

Bueno, respiré hondo. Edgard salía. Y yo entré.

Y cuando lo ví~
¡¡¡JODERRRRRRRRRR QUE LINDOOOO AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!

Subconsciente, definitivamente te detesto.

Inconscientemente le miraba de arriba a abajo hasta que sentí mis mejillas arder.

¿Me lo estaba sabroseando?
Bueno, eso no era nada nuevo... ¿Pero en vivo? Emma, definitivamente esto es incómodo.

– ¡Hola!– saludé sonriendo, frustrando a mí subconsciente porque dijo que nunca hablaría primero, soy una crack. Además de que puse mi plan en marcha (insertar risa diabólica: buajajajajaja!!!!)
– ¿Qué tal?– dijo frío... ¡Maldito!, aún no sabes quién soy; me apuesto que me recuerda como la chica del gorrito en la tienda de helados, más nada. Pero yo no iba a detener mi plan, ¡oh no!
– ¿Qué haces? – pregunté haciendo círculos en el suelo con mi pie izquierdo, las manos por detrás de mi espalda y mi cabeza gacha, como una niña traviesa cuando está pidiendo dulces.
– Nada... – ¡BINGO! ¡JA! ¡NO PUEDES CONMIGO BEBÉ!. ¡CAISTE EN MI TRAMPA!

Miré al frente. Estaba esperando esa respuesta, ¡oh yess! y como si una mano imaginaria me hubiera pinchado con una jeringa llena de arcoiris dulces con escarcha multicolor, exploté soltando mi descarga colorida:
– ¡Damos una vuelta... vamos, vamos, hace tiempo no hacíamos nada juntos! – ¡Emmaaaaaaaa! Ayno, me acabo de exponer. ¡Ash!

Rodó los ojos. Yo no iba a abandonar mi plan y él, tal parecía que no tenía ganas de responder y antes de que dijera alguna palabra, le halé del brazo y le hice bajar las escaleras tras de mí hasta que salimos de la casa para montarnos en mi bici.

Lo veo mirar la bicicleta como si nunca en mi vida hubiera visto alguna. Este chico a veces me asusta... pero eso lo hace ver taaaaan sexy... ¡Enfócate Emma!, luego te masturbas... ¿Me masturbo? ¿Qué es lo que estoy pensando?

–Toma el volante de la bici, Edward.– dije antes de que mis pensamientos perdieran la timidez y lograran llegar al mundo real haciéndome que los diga en voz alta.
–¿Que tome el qué? –respondió.
– Ah, cierto, aún tienes amnesia.– rodé los ojos.
–¡Que no tengo nada!– espetó. ¡Ñeh, niñato!
–Bueno, siéntate atrás que nos vamos.– esquivé su ataquito.

Y salimos. ¡Dioses, sí que es pesado! No importa.

El reproductor de MP3 interno de mi cabeza sacó una estúpida canción:

"...do you like the way I flip my tongue or no?...."

¿Y esto a qué viene? ¿En serio tengo que andar pensando en perversidades ahora mismo?

Sí lo sé, por culpa del reproductor de MP3 de mi cerebro, no ví el gato antes si no que lo ví después y ya era tarde.

Timoneé mal, perdí el control de la bici y salimos volando al chocar con una piedra...

Ahora estoy en el aire... siento que estoy cayendo a cámara lenta. Bueno, hay que disfrutar antes de caer al suelo, si en definitiva, nuestra caída no será nada dulce...

"¡¡¡¡WIIIIIIIIIII!!!!"

¿Es en serio subconsciente? en un momento así te pones a guarachar? Aunque bueno, creo que ese "wi" resonó como un eco.

Pero ya: ¡Bum! Estoy en el suelo y me duele hasta una pestaña. (insertar lágrimas)

Ahora que pienso, ¿de las pestañas se puede sentir dolor? (Emma siendo Emma)

Pero simplemente había algo que fallaba a la realidad. Sentía que con mi mano derecha agarraba algo, que hasta que verdaderamente no me convencí de lo que era, no podía y no quería creer....

Mi mano, atrevida ella, (aunque ahora lo celebro) agarraba todo su volúmen –el de él, obviamente– y lo más chistoso, en todo su esplendor.

No me pregunten cómo fue ni cuándo fue. Sólo sé que el chico estaba muy bien dotado y yo lo agarraba como si no hubiera un mañana –aunque créanme, que jamás quise soltarlo.–

Le miré a los ojos y tardamos unos 15 segundos en reaccionar, y de seguridad digo, que fueron de los 15 segundos que más he amado en mi vida (sin perversión alguna –mentira–)





























~• Wenas y hoy no voy a hablar mucho, déjenme sus comentarios beibis 🥴♟️

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2022 ⏰

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