Capítulo 1

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~Día No. 5

Al principio para mí todo era oscuridad, hasta que dije:

–¡Hágase la luz!

Y un haz de luz casi cósmica, me guío hacia ella... Eva. Una creación perfecta: ojos grises impenetrables, cabellos negros y ondulados que caían exhuberantes y llamativos en la espalda, un esculpido cuerpo y una sonrisa que hacía temblar a cualquiera que cayera víctima de la blancura de sus dientes o del carmín de sus labios.

En ese tiempo hacían unos cinco días que  había aparecido en la Tierra, así que no conocía muy bien a los humanos y estaba caminando en una dirección sin rumbo, sólo para encontrar por qué era que yo había aparecido en este lugar y sin querer tratando de encontrar la verdad, pues la encontré a ella, o mejor dicho, ella me encontró a mí...

–Hola guapo...

–Oh, hola– dije esquivando la mirada gris.

–¿Te la pasas solo todo el tiempo?

–Eh, eh, sí, sí, normalmente, bueno, desde que estoy en este lugar, en fin, sí– tartamudeé nervioso... ¿por qué me ponía así? Nunca lo supe, sólo sé que era una sensación que nunca con mis hermanos había sentido, creo que me pasa cuando alguien me gusta, sí ahora me doy cuenta.

–¿Te acompaño?

–Eh, eh, eh...

–Voy a tomar eso como un sí– y me agarró del brazo y caminó junto a mí... ¿Qué rumbo llevamos? Pregunté para mí.

Un callejón en el camino, era de día pero aquel callejón eran puras tinieblas. Todo estaba obscuro, parecía que la noche se había apoderado de aquel pedacito de callejuela. Me guío hasta ahí dentro y mientras menos me lo esperaba, una de sus manos me apretó de manera brusca contra el muro y la otra bajó tentativa la cremallera de mi pantalón. 

Yo temblaba... ¿me habría encontrado tal vez con algún emisario de Satán? ¿Acaso estaba yo frente a algún angel caído que conocía algo de mi?

Realmente nunca lo supe, sólo sé que lo que tengo entre mis piernas, algo que sólo servía para miccionar, al contacto con los dedos de ella se puso duro repentinamente, y su mirada, felina y fiera se clavó en la mía, sentí que mis mejillas ardían, pero con una sonrisa, de sus encarnados labios me dijo:

—Vaya, vaya... ¡Pero que guarrete con pinta de chico inocente he encontrado!

Aquellos tentadores labios, intensamente rojos y con un brillo peculiar, tales cual manzana, una fruta aún prohibida para mí: una fruta de color encarnado que me tentaba a morderla, y como las tentaciones y el deseo son más grandes que la carne, pequé y mordí aquellos labios rojos...

Los mismos labios que lamían ese trozo de carne que tengo entre las piernas, que me proporcionaba las más extrañas e inusuales sensaciones que mi cuerpo se encargaba de responder con una reacción en cadena, haciendo que mi piel se erizara, que mis pezones se tensaran, que mis ojos se cerraran, que mi respiración se turbara, que mi boca gimiera, que mis piernas temblaran, que mis manos agarraran su pelo, que mis caderas se movieran rítmica y deliciosamente y que mi miembro vibrante y duro como un sable escupiera dentro de aquellos rojos labios un líquido que nunca en mi vida habría podido imaginarme que salía de mí.

Creo que solo habían pasado tres minutos desde que entramos a aquel lugar.

Ella se levantó, escupió rabiosa todo lo que tenía en la boca que había provenido de mi interior y más rabiosa aún dijo:

—¡Malditos críos! ¡No aguantas nada, necesitas más práctica! ¡Bien mal hice en liarme con un niño!







~•Y llegamos al primer Frutilemonidelicioso🌝. Si te gustó este pequeño spoiler del futuro de mi historia, baila la Macarena junto a mi.

Dale a tu cuerpo alegría Mac... Okno.

No olvides tu estrellita :)

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