# 8 · Eres Sencilla

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¡Hola! ¡Hola!

Por favor, no me odiéis. He tardado más de lo que imaginaba, y pido perdón por ello. uwu

Hoy no tengo mucho que decir, la verdad, así que vamos con ello de una vez. ¿Os parece?

¡Nos leemos abajo!

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8 · Eres Sencilla · You are simple

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Es cierto que cuando él y el gremio descubrieron de donde provenía su rubia compañera, se quedaron algo asombrados. Jamás pensaron que la hija de una familia de bien quisiera ingresar por propia voluntad a, en su momento, uno de los peores gremios de Fiore.

No la juzgaron, por supuesto. Cada uno era libre de hacer lo que su corazón le dijera, aunque eso significara renunciar a todas sus valiosas posesiones, tal y como Lucy hizo en su momento. Por eso, a pesar de normalmente aceptar a cualquier mago que quisiera formar parte del gremio, con ella fue aún más sencillo.

Desde el principio, aun siendo algo miedosa, luchó y defendió al gremio con uñas y dientes de cualquiera que osara menospreciarlos o incluso amenazarlos, y por supuesto que ellos hicieron lo mismo por la maga.

- "Ella es increíble" - pensó Natsu en aquél entonces.

Y ahí, si darse cuenta, fue cuando su mundo comenzó a cambiar.

Quería entablar una gran amistad con ella, quería conocerla, saber por qué se fijó en ellos, por qué no se quedó con sus riquezas y comodidades, por qué decidió vivir en una casa la cual la obligaba a adquirir dinero mediante el trabajo duro, por qué no era igual que otras muchas jóvenes que habían nacido prácticamente en una cuna de oro, por qué lo eligió a él entre miles de chicos magos y no magos... ¿Por qué se fijó en el dragón en vez de en el príncipe siendo ella una princesa...?

- "Quizás fue el destino." - le respondió ella una vez.

Su sorpresa no fue por aquella contestación, más bien fue por la tranquilidad con la que lo dijo, la sonrisa que le dedicó, el pequeño sonrojo bajo sus brillantes ojos, y seguidamente sus delicados labios besando su frente.

Su corazón no podía latir más rápido aquel día.

Y es que Lucy era una chica normal y corriente que le gustaba vestir a la moda, pero no maquillarse; que le gustaba fantasear con los chicos pero rechazaba a todos aquellos que la cortejaban; que adoraba leer libros de amor, pero ella misma no era alguien sumamente romántica; que sabía ser femenina y elegante, y al mismo tiempo soltar cientos de barbaridades por su boca...

Simplemente Lucy.

En ocasiones le causaba gracia la reacción que tenían algunos al escucharla hablar. Sus caras pasaban de querer seducirla, a querer huir de ella.

- ¡Pensaba que eras una digna señorita! - dijo uno aquella mañana.

- ¡Y soy una señorita! - le contestó ella. - ¡Pero eso no significa tener que aguantar los coqueteos y las tonterías de cualquier niñato pijo y mimado que intente algo conmigo!

- ¡No sabes con quien estás hablando, maldita. Vas a arrepentirte de esto! - le gritó él cerrando sus puños con rabia.

- ¿Qué harás? ¿Decírselo a tu papi? ¿Contratar unos sicarios o algo parecido para darme un susto? - él gruñó entre dientes y ella soltó una pequeña risa. - ¿Acerté? ¡Oh, vamos! ¡Eso está muy visto! ¿No tienes nada mejor?

10 razones por las que te quiero · Versión Natsu ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora