# 2 · Eres Vergonzosa ·

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2 · Eres vergonzosa · You are shy

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Natsu sonrió de medio lado. Observó a la chica frente a él y sin poder evitarlo soltó una pequeña risa.

- ¿D-De qué demonios te estás riendo? - preguntó la muchacha frente a él.

- De tu reacción. - contestó el chico. - Es adorable.

Vio como el rostro de su amiga adquiría rápidamente un tono más rosado que el de antes y su sonrisa se ensanchó aún más. Le encantaban esas situaciones.

- ¡¿P-Podrías dejar de decir esas cosas?! - le pidió ella queriendo alejarse un poco. - ¡Y ponte algo de ropa!

Él se lo impidió. Acercó aún más su cuerpo al de ella mientras se agachaba un poco para estar a su misma altura.

Sin poder evitarlo, los ojos de Lucy recorrieron el pecho desnudo del peli-rosa al mismo tiempo que se sonrojaba con violencia.

- ¿Qué ocurre, Lucy? - preguntó él con picardía. - ¿Acaso no te gusta lo que ves? 

La joven maga pegó un pequeño salto al saber que el chico la había descubierto observándolo, y apartó rápidamente la mirada. Se llevó una mano al pecho queriendo calmar los latidos de su corazón, que sin quererlo iban en aumento a cada minuto que pasaba. Tuvo que cerrar los ojos con fuerza.

 ¡Su corazón no iba a aguantar más!

Ante el silencio del momento, Natsu acercó su boca al oído de la chica y soltando un leve soplo de aire, susurró.

- ¿O es que quizás... sí que te gusta?

De nuevo la rubia abrió los ojos en sorpresa encontrándose con la divertida mirada del chico. ¿Acaso se estaba burlando de ella?

- ¡¿P-Pero qué estás diciendo, idiota?! - balbuceó posando sus manos sobre el pecho del chico para apartarlo. No logró moverlo ni unos centímetros.

- ¡Oh! Me estás tocando. ¿Entonces sí que te gusta? - preguntó él ejerciendo fuerza en la pálida mano de la chica impidiendo que la apartara de su torso. - ¿Es así?

Lucy hizo un poco de impulso para soltarse, pero de nuevo no lo logró. Gimió desesperada por ello.

Natsu por su parte sentía que se estaba divirtiendo como nunca.

Le encantaba ver las diferentes reacciones que su amiga y compañera tenía y hacía, pero también le molestaba cuando otros podían apreciarlo. Quería que todos esos sonrojos, nervios y vergüenza fueran provocados y vistos tan solo por él.

En ese momento recordó la primera vez que se molestó por ello. En ese entonces estaba descubriendo lo que sentía por la chica.

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Ese día, habiendo terminado una de las misiones que Lucy y él escogieron en el tablón de anuncios del gremio, la rubia maga decidió explorar un poco la ciudad en la que se encontraban, arrastrándolo con ella sin preguntar.

No le importaba investigar que cosas tenía ese pequeño lugar, de hecho le emocionaba, pero sabía que cuando era la chica la que decidía hacerlo significaba ir de tienda en tienda buscando alguna cosa que le interesara.

Y así es como fueron a parar a una pequeña librería. 

- ¿Emperatriz de los qué? - preguntó él.

10 razones por las que te quiero · Versión Natsu ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora