Darling| D. Dixon

IV. ONE MONTH

SU RELOJ DE CUERO ROJO LEYÓ Poco pasadas las cuatro. El grupo que fue enviado hace dos días, todavía no había regresado todavía. Remmi no estaba necesariamente preocupada. El grupo había enviado al menos a tres hombres y dos mujeres. Algunos de los más fuertes en el grupo a Atlanta para buscar suministros. A Remmi le ofrecieron un lugar para ir, pero ella se negó. Solo fue cuando era absolutamente necesario que ella estuviera allí.

Odiaba Atlanta. Toda la ciudad. La comida, los edificios, el trabajo, todo.

-Rem, ¿te importaría ver a Matt por un rato? Estoy muerta de cansancio, - Ellie se río ligeramente, frotando su pequeño vientre de cinco meses

Remmi miró a su sobrino, -sí, por supuesto. Vete a acostarte, necesitas mantener a mi sobrina sana. - Ella bromeó.

-que el cielo nos ayude si es una niña, - Ellie se río, caminando hacia ella y la tienda compartida de Andy.

- ¿Podemos jugar coches Rem? –

-Bueno, ¿qué más haríamos? ¿Por qué no vas a buscar a Carl y Sophia también? Tal vez les gustaría jugar, - Matt asintió con la cabeza antes de salir corriendo a encontrar a los dos niños.

Matt regresó con solo Carl, Matt le dijo a Remmi que Sophia estaba jugando con María

Una hora más tarde, Ellie regresó de su tienda cuando escuchó una alarma que sonaba

- ¡Apaga esa maldita cosa! –

- ¿Está bien? ¿Andrea está bien!? -

Todo el mundo estaba gritando sobre el ruido fuerte, gritando a Glenn para darles respuestas. Cuando la alarma del coche finalmente se detuvo, Glenn finalmente habló, -Tengo un coche muy bueno, - Sonrió

Remmi se río ligeramente del hombre, moviendo la cabeza. Finalmente, un camión se detuvo, la gente se amontonó.

Andrew rápidamente corrió hacia su familia, abrazando a su esposa e hijo, y luego abrazando a Remmi que lo ha esperado, con los brazos extendidos.

-Es bueno tenerte de vuelta, - Remmi sonrió a su hermano.

-Es bueno estar de vuelta. Te conseguí algo'. - Andrew sacó una caja negra y le dijo que la abriera.

Dentro había un pequeño estetoscopio azul, su favorito que dejó atrás cuando corrió al condado de King.

- ¿Cómo lo hiciste... Andy, gracias! - Ella lloró, abrazando a su hermano una vez más.

Su momento fue cortado por un grito, - ¡Papá! - Remmi miró hacia el sonido y vio a Carl. Él estaba corriendo hacia un hombre, uno que ella asumió que era su padre.

Hasta que ella misma lo reconoció. -Ese es Rick Grimes, - dijo Remmi.

- ¿Cómo lo conoces? - Ellie interrogada

Remmi sacudió la cabeza, -Yo era su médico en el condado de King. ¿Cómo está vivo? -

-Me pega. Todo lo que sé es que ese tipo me salvó la vida. Me hizo capaz de volver a casa con mi familia, -Andrew comentó, besando a su esposa en la parte superior de su cabeza.

-puaj-, comentó Matt, sacando la lengua y moviendo la cabeza.

Yo también lo pensé, le dijo la mente de Remmi.

Sabes que no me gusta cuando haces eso. La voz de Derek dijo. Remmi sacudió la cabeza y caminó hacia Rick Grimes para presentarse. Correctamente esta vez

- ¿Puedo preguntar cómo sobreviviste? - Remmi preguntó, revisando las heridas de Rick. Ella vio que estaban sanando muy bien. Tal y como ella esperaba en primer lugar.

-Yo... No estoy seguro. Me desperté escuchando, lo que creo que era usted y Shane hablando, -

-Guau... No pensé que los milagros médicos pudieran suceder más, -

-Entonces, ¿Shane te sacó? - Rick le preguntó, claramente no queriendo hablar de sí mismo.

Remmi sacó vendas limpias antes de decir que sí, -Probablemente le gustas, - Rick se río.

Si él no estuviera durmiendo con tu esposa, ella pensó. Remmi simplemente se río. Fue en el primer par de noches en el campamento, cuando escuchó ruidos del bosque. Ella pensó que alguien estaba herido. Eran solo Shane Walsh y Lori Grimes mirándola como un ciervo con faros. O más bien como un niño pequeño que fue atrapado robando del tarro de galletas.

Sin embargo, Remmi se quedó fuera de ella. No era asunto suyo.

-Estás bien. Sin embargo, me gustaría vigilar los puntos de sutura. En unos días puedo sacarlos. ¿Suena como un plan? –

-Suena como un plan, - Sonrió, tirando de la camiseta blanca Andy le dejó pedir prestado.

De repente, Matt irrumpió en la casa rodante. -Rem, ¡es la hora de la cena! ¡Apúrate! Mamá dice que no podemos comer sin ti, - Matt agarró la mano de su tía, sacándola de la casa rodante y directamente al fuego que estaba ardiendo.