- PRÓLOGO -

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— ¿Qué? ¿Te intimido princesa? — Aegan me habla en un tono burlón sonriendo de forma ladina. Me tenía acorralada en una pared del casino, me tenía pegada a él, más cerca de lo que me hubiera gustado, había tratado de irme para no estar en esta situación pero al parecer le causé curiosidad.

— ¿Intimidarme?, oh cielo quisieras, te interesé tanto que llegaste hasta aquí para poder llamar mi atención — el había puesto una mano apoyada en la pared y otra en mi cuello, fruncí el ceño al ver su actitud, tenía que comprender lo que tramaba.

— ¿Interesarme? Curiosidad nada más

— ¿Si sabes que la curiosidad mató al gato? — empecé a sonreír de la misma manera que el lo hacía.

El empezó a acercarse cada vez más hasta que nuestras narices se podían tocar a sólo centímetros, puse mis manos en su abdomen, su altura era imponente, T/n Petsch no se dejaba intimidar tan fácil.

— Bueno, ¿me besarás ya? Tengo cosas que hacer, no puedo perder mi tiem...— su beso empezó salvaje, sexy, ardiente, nuestro labios encajaron a la perfección, el me tomó de mis muslos y me cargó, mi vestido negro se levantó, podía tocar todo de mí pero decidí parar, me alejé unos centímetros de el y observé sus ojos grises, cargados de deseo.

— ¿Me deseas? — pregunté susurrándole al oído, se acercó a mi oído haciéndome estremecer.

— Te deseo.

— Lo haremos, sin sentimientos.

— Sin sentimientos.

Me solté de su agarre y lo tomé de la mano, me dirigí hasta un area donde sabía que tenían baños grandes, entramos y por suerte no había nadie, cerré con seguro, ninguno de los dos quería que alguien nos viera, de todas maneras era algo casual y no nos volveríamos a ver de nuevo.

Los baños tenían espacio entre cada lavamanos, Aegan me subió en ese espacio y volvimos a besarnos, empezó a bajar por mi cuello, acariciando con sus grandes manos mis piernas, subiendo más y más mi vestido, mi respiración empezaba a ser pesada, cuando lo vi tomando en la barra del casino, estaba observando, mis movimientos, mis labios, mi cuerpo, todo.

— ¿Qué fantaseabas cuando me mirabas en la barra?

— Que teníamos este momento, observaba tu culo — me respondió en un gruñido mientras masajeaba con mi mano su erección notable.

— Dios, que directo.

— Shh — puso su dedo en mis labios y comencé a desabrochar su pantalón, el pasaba sus manos por mi espalda desnuda, sus manos ardían en mi piel, se sentía tan excitante.

Aegan, Aegan, Aegan...al parecer sus encuentros con chicas pasaban a menudo ya que traía varios preservativos en su cartera. Mientras el se lo colocaba yo me acomodaba mi ropa interior, su tamaño me había dejado un poco descolocada pero qué te digo, todo tenía que venir a la proporción exacta no?.

— Eres tan bella.

— ¿Quieres que te toque? — preguntó mordiendo el lóbulo de mi oreja, arqueé mi espalda, entregándome a él.

— S-si, lo deseo — sus dedos jugaban con mi humedad, hasta que me acercó a él y entró en mi, tapó mi boca con su mano para ahogar mis gemidos.

— ¡Oh Aegan!— gemí, enterré mis uñas en su espalda.

Movía mis cadera de distintas maneras.

— Tus movimientos me están volviendo loco — por una tiempo estuve haciendo lo mismo, mis piernas temblaban pero el me sostenía con fuerza, el me avisó que le quedaba poco para venirse y por mí parte era lo mismo.

Terminó y nuestras respiraciones eran muy pesadas, tardamos un poco en recuperarnos.

— ¿Cómo sabes mi nombre? — preguntó Aegan mientras nos arreglábamos nuestra ropa.

— Te parece que follaría con alguien sin saber su nombre, le pregunté a un mesero.

— Tengo que irme — anuncié, Aegan me dió la vuelta y nos dimos el último beso.

— Lindos tatuajes — lo miré antes de salir.

— Adiós Cash.

— Hasta pronto T/n Petsch.

PERFECTO GANADOR || Aegan y tú || (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora