Parte/4 Justa

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Justa empezó a trabajar en la casa de los padres de Victoria cuando tenía veinte años de edad, fue contratada expresamente para cuidar de Victoria cuando ésta tenia tres meses de edad, ya que al igual que ella, su madre pasaba muy poco tiempo en casa, tenía múltiples compromisos sociales, pero cuando viajaba siempre llevaba a su hija con ella, obviamente ella las acompañaba, cuando la niña cumplió tres años, empezaron las tareas para la criatura, empezaron a desfilar maestras por la casa los cinco días de la semana, Justa hablo con la señora Cayetana.

─Señora, perdone que se lo diga, pero la niña es muy pequeña para recibir tantas clases, ese tiempo lo debería pasar jugando con sus amiguitos o con sus juguetes, de que le sirve tener tantos si no tiene tiempo de jugar con ellos.

La señora la escuchaba atentamente, cuando Justa termino de hablar le preguntó, Justa percibió algo de molestia en su voz.

─¿Terminaste?

─Si señora, termine.

─Que sea la primera y única vez que refutes una orden mía, Ah y otra cosa, tu no me vas a enseñar como debo educar a mi hija y si no puedes acatar mis decisiones es mejor que busques otro trabajo, quiero que decidas en este mismo momento, mi hija solo esta recibiendo la educación que corresponde a su estatus social ¿Y bien que decides te quedas o te vas?

─Pero si me voy ¿Qué será de la niña?

─Ese no va a ser tu problema, además cuando cumpla seis años va a ir al mejor internado de los estados unidos, al igual que sus hermanos.

─Perdoné señora si la incomodé, yo al igual que usted quiero lo mejor para la niña, me quedo.

En esos momentos se escucharon unos leves toquidos en la puerta, doña Cayetana respondió.

─Adelante.

─Señora la maestra de música espera por la niña Victoria.

─Justa respondió al instante.

─Enseguida la llevo, con su permiso señora.

La mujer sin siquiera levantar la vista, siguió revisando unos papeles.

Justa siguió en la casa no solo por la niña, sino por los altos honorarios que recibía, difícilmente podría recibir el sueldo en otra casa, por ella no se preocupaba, pero sus padres iban a ser los más perjudicados, además recientemente había conocido a un apuesto joven, que trabajaba en la escuela de equitación donde la niña recibía sus clases, terminaron enamorados y cuando éste le ofreció matrimonio se lo comunico a doña Cayetana, Victoria tenía cinco años.

─Señora dentro de cuatro meses me voy a casar, se lo comunico para que usted vaya buscando a mi suplente.

Doña Cayetana, dejo lo que estaba haciendo para mirar a Justa a los ojos al mismo tiempo que le preguntaba.

─Perdón me estás diciendo que en cuatro meses vas a contraer matrimonio y apenas me lo estas comunicando, tu sabes el tiempo que implica encontrar a una nana tan competente como tú, ahora la que habría los ojos desmesuradamente era Justa en cinco años era la primera vez que recibía un elogio de la mujer.

─No creo que le dé tanto trabajo si usted misma me ha dicho miles de veces, que hay fila de nanas esperando por mi empleo y mejor preparadas que yo.

─Por favor Justa, no te pongas melodramática todos tenemos nuestros cinco minutos, la niña esta muy encariñada contigo y si la dejas va a sufrir mucho tu ausencia y tu no quieres eso─ ¿Verdad?

─Claro que no señora yo tampoco quiero separarme de la niña, pero...

─Mira, habla con tu prometido, si el acepta que sigas a mi servicio ustedes pueden vivir en una de las casitas de la servidumbre.

─Pero señora a usted no le gusta que viva gente extraña a su casa y usted no conoce a mi novio.

─Claro que conozco a Leobardo, es una buena persona, mande pedir referencias de él, no iba a permitir que un vivales se burlara de mi mejor empleada.

Justa respiro hondo, ya ni para que discutir con la mujer, pero le aclaró.

─Eso esta muy bien, pero que va a pasar cuando mande a la niña al internado.

─Que la mande al internado depende de ti, si tu la dejas ella se va, pero si te quedas también ella lo hace, quien más va a cuidar mejor de ella que eres como su segunda madre, por lo tanto, piénsalo y me lo haces saber.

─No hay nada que pensar, me quedo.

Justa no tuvo problemas con su prometido, este no lo pensó dos veces, acepto inmediatamente, ya que los dos podían seguir ayudando a sus respectivas familias, al año de casados les nació una niña, su matrimonio duro tan solo dos años, ya que su esposo murió trágicamente en un accidente, doña Cayetana le aumento el sueldo a Justa para que siguiera ayudando a los padres de su difunto marido, también estuvo al pendiente que a su hija no le faltara nada, ésta contrajo matrimonio a los dieciocho años de edad, el matrimonio emigro a los estados y cada año vienen a pasar la navidad con sus respectivas familias, Justa es la orgullosa abuela de tres nietos. 

Cuando Victoria contrajo matrimonio y se mudo con su esposo a Hermosillo, Justa fue con ella, Victoria podía prescindir de todo menos de su querida Nana Justa. 

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