Buscando la verdad.
El día que Justa le habló por teléfono a don Jorge avisándole del estado de su hija y mientras esperaba ansioso el diagnóstico del doctor, se preguntaba una y otra vez.
─Pues que cosa tan grave te hicieron hijita para que te dejará en este estado, ha de ser algo muy grave, y si tú no me lo dices yo lo voy a averiguar y pobre del culpable o la culpable porque también pudo ser una mujer.
En esos momentos el doctor lo saco de sus cavilaciones.
─No te preocupes Jorge, no tiene nada grave solo esta débil, pero con esto se va a poner bien.
Cuando escuchó las palabras del médico le volvió el alma al cuerpo, le preguntó.
─Pero, ¿Qué le pasó?
─Yo solo sé, que está deshidratada y algo débil por la falta de alimento, ya que despierte ella misma les dirá lo que pasó.
Gracias amigo
El jueves antes de entrar a la recamara de su hija su esposa le advirtió.
─La niña no recuerda nada para que no la atosigues con preguntas.
─Está bien, la voy a saludar y enseguida me voy.
Después de saludar a su hija y cercioraste que estaba mejor se despidió.
─Ahora si estoy más tranquilo, ya se ve mejor, no vale la pena preguntarle nada, si como dice Victoria no recuerda nada, pero se quién me va a decir lo que quiero saber.
─¡Porfirio!
Madame patrón─ ¿pa onde le jalamos? (para donde vamos)
─Jálale para la clínica.
Porfirio se dirigió al lugar indicado por su jefe, cuando llegaron don Jorge se bajó del vehículo, él se quedó esperando pacientemente.
─Buenas tardes don Jorge.
─Buenas tarde muchacha, avísale a mi yerno que ocupo hablar con él de inmediato.
─El doctor Luis Fernando no ha venido a trabajar desde el lunes que salió.
─¿Tú sabes que paso el lunes?
─No don Jorge yo no sé nada.
─Así que no sabes nada.
─Así como lo oye señor, yo no vi ni escuché nada.
Esta bueno vente vamos a guardería para ver si aquella si sabe algo.
─Pero don Jorge yo no puedo dejar solo aquí.
─Si puedes, se te olvida que yo soy el dueño y que yo soy el que te paga.
─Está bien don Jorge vamos.
─Buenas tardes don Jorge─ le saludo Carmencita amablemente.
─Buenas.
─Aquí don Jorge quiere saber...
─Aquí el que hace las preguntas soy yo.
─Usted perdone─ murmuro Martita.
─¿Quiero saber que pasó el lunes con mi hija y mi yerno y ustedes me lo van a decir?
─Perdóneme señor, pero yo no vi nada, contestó Martita rápidamente.
─¡¡Ni que no las conociera par de viejas mitoteras, o me van a decir que pasó o en este momento se me van mucho a la chingada!!
Las dos mujeres se quedaron mudas, conocían muy bien a don Jorge y el no amenazaba por amenazar, él cumplía lo que decía, si las corría donde iban a encontrar otro trabajo igual de bien pagado, ellas no querían decir nada por miedo a que las despidiera el doctor Luis Fernando cuando volviera, pero si se quedaban calladas eso era lo que iba a pasar, Martita contó lo que había visto y lo poco que escuchó, por su parte Carmencita le dijo.
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Conflictos,
RandomLa mayoría de las personas creemos que el camino de la vida de la gente adinerada es muy fácil, pero nada más alejado a la verdad, también ellos encuentran en su camino, lagrimas, enfermedad y muerte. Leduc Virreyes y Borja Palacios, son los ilustr...