Parte/14/ buscando la verdad

7 1 3
                                    


Buscando la verdad.

El día que Justa le habló por teléfono a don Jorge avisándole del estado de su hija y mientras esperaba ansioso el diagnóstico del doctor, se preguntaba una y otra vez.

─Pues que cosa tan grave te hicieron hijita para que te dejará en este estado, ha de ser algo muy grave, y si tú no me lo dices yo lo voy a averiguar y pobre del culpable o la culpable porque también pudo ser una mujer.

En esos momentos el doctor lo saco de sus cavilaciones.

─No te preocupes Jorge, no tiene nada grave solo esta débil, pero con esto se va a poner bien.

Cuando escuchó las palabras del médico le volvió el alma al cuerpo, le preguntó.

─Pero, ¿Qué le pasó?

─Yo solo sé, que está deshidratada y algo débil por la falta de alimento, ya que despierte ella misma les dirá lo que pasó.

Gracias amigo

El jueves antes de entrar a la recamara de su hija su esposa le advirtió.

─La niña no recuerda nada para que no la atosigues con preguntas.

─Está bien, la voy a saludar y enseguida me voy.

Después de saludar a su hija y cercioraste que estaba mejor se despidió.

─Ahora si estoy más tranquilo, ya se ve mejor, no vale la pena preguntarle nada, si como dice Victoria no recuerda nada, pero se quién me va a decir lo que quiero saber.

─¡Porfirio!

Madame patrón─ ¿pa onde le jalamos? (para donde vamos)

─Jálale para la clínica.

Porfirio se dirigió al lugar indicado por su jefe, cuando llegaron don Jorge se bajó del vehículo, él se quedó esperando pacientemente.

─Buenas tardes don Jorge.

─Buenas tarde muchacha, avísale a mi yerno que ocupo hablar con él de inmediato.

─El doctor Luis Fernando no ha venido a trabajar desde el lunes que salió.

─¿Tú sabes que paso el lunes?

─No don Jorge yo no sé nada.

─Así que no sabes nada.

─Así como lo oye señor, yo no vi ni escuché nada.

Esta bueno vente vamos a guardería para ver si aquella si sabe algo.

─Pero don Jorge yo no puedo dejar solo aquí.

─Si puedes, se te olvida que yo soy el dueño y que yo soy el que te paga.

─Está bien don Jorge vamos.

─Buenas tardes don Jorge─ le saludo Carmencita amablemente.

─Buenas.

─Aquí don Jorge quiere saber...

─Aquí el que hace las preguntas soy yo.

─Usted perdone─ murmuro Martita.

─¿Quiero saber que pasó el lunes con mi hija y mi yerno y ustedes me lo van a decir?

─Perdóneme señor, pero yo no vi nada, contestó Martita rápidamente.

─¡¡Ni que no las conociera par de viejas mitoteras, o me van a decir que pasó o en este momento se me van mucho a la chingada!!

Las dos mujeres se quedaron mudas, conocían muy bien a don Jorge y el no amenazaba por amenazar, él cumplía lo que decía, si las corría donde iban a encontrar otro trabajo igual de bien pagado, ellas no querían decir nada por miedo a que las despidiera el doctor Luis Fernando cuando volviera, pero si se quedaban calladas eso era lo que iba a pasar, Martita contó lo que había visto y lo poco que escuchó, por su parte Carmencita le dijo.

Conflictos,Donde viven las historias. Descúbrelo ahora