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Eran las 6 y 30 de la madrugada, uno de mis mayordomos fue a despertarme ya qué, era el primer día en la escuela U.A, estaba nerviosa, sí, pero no podían comerme los nervios por que sino pasaría algo malo... Disipé mis pensamientos y me dirigí al armario para buscar el uniforme, la parte de arriba me quedaba un poco justa pero se veía bien, no estaba acostumbrada a llevar ropa tan pegada ya que suelo vestir con ropa holgada y cómoda, pero bueno, tenía ganas de ir ya al instituto así que me vestí, me calcé y arreglé unas cuántas cosas de mi mochila.
—Señorita ____, ¿quiere que nos llevemos todos sus pijamas al traslado de la U.A o solo la mitad?—. Me preguntó uno de los mayordomos.
—Por favor, llévense sólo la mitad, díganle a los encargados de la organización de habitaciones que quiero una habitación con colores rojo oscuro y negro con luces leds, si hace falta coged las de mi cuarto—. Di una cálida sonrisa y me fui escaleras abajo para que una de las limusinas me recogiera, hoy conocería a mis nuevos compañeros, estaba emocionada, pero no dejaba de pensar en aquel hombre, sinceramente, no salía de mi mente.

Recogimos a Momo ya que iba conmigo y fuimos directas a la U.A, ella me fue enseñando las partes del instituto y después mi tutor me enseñaría los cuartos y demás instalaciones, me pareció raro no verle llegar, así que esperé durante media hora a dicho profesor, así qué me senté en el suelo y empecé a ver tiktok, los demás estaban en clases y yo estaba esperando a mí tutor que al parecer se había olvidado completamente de mí.
De repente, escuché unos pasos hacía mi dirección y los ignoré, justo una voz grave me habló quedándome de piedra al oírla.
No sería.. No puede ser el no.. Dije atónita.
—Señorita por favor, podría levantarse, no me gustaría perder mi valioso tiempo en tonterías de mis alumnos—. Dijo seco y frío, me levanté cabizbaja por la vergüenza y le seguí, no articulé ninguna palabra, ya que el no se había dado cuenta de quién era todavía.
—Aquí, tenemos los dormitorios, y este es su cuarto, compartirá y convivirá con la clase 1A, que serán sus compañeros a partir de hoy, creo que ya conoce a Yaoyorouzu, así que no le será difícil conocer a los demás, el seguía hablando mientras subíamos a la segunda planta, llegamos y él abrió la puerta con una llave, dejándome ver todo mi cuarto, lo habían ordenado como dije, así que levanté la cabeza al fin y aizawa dió dos pasos hacía atrás.
—¿___? ¿Eres tú? Dijo aizawa riendo y con un poco de nerviosismo ante la situación tan inesperada.
—No pensaba que tu fueras la hija de los amigos de all might, sinceramente no me lo esperaba para nada, dijo poniendo una mano en su frente, asimilando que ella fuera su nueva alumna.
—Entonces, ¿debería llamarte sensei o sólo aizawa? Dije bromeando.
—Sensei queda mejor, además llámame así en el instituto—. Dicho esto se acercó a mi oído y un pequeño escalofrío asomó por mi espalda.
—¿No queremos que haya malentendidos cierto?—. Dijo en mi oído para después volver a su postura anterior.
—O-okay sensei—. Dije con la voz entrecortada por lo cerca que estaba de mi oído y por que casi lo lame, supongo que sé controló o simplemente era mi imaginación fantaseando de nuevo con ese hombre—.
—Por cierto, dime cuándo quieras que te devuelva la bufanda, si quieres te la puedo dar ahora, la tengo guardada en mi maletín—. Dijo con los brazos cruzados, dispuesto para irse ya que ya me lo había enseñado todo.
—Aizawa, ¡espera!—. Dije cogiéndolo del brazo bruscamente.
—¿si?—. Dijo tranquilo mientras me miraba a los ojos.
—¿Podrías e-entrar conmigo a mi cuarto por favor? Necesito hablar contigo—. Se notó mí nerviosismo.
—¿De acuerdo?—. Dijo dudoso, se notaba nervioso aunque lo intentara ocultar.
Pase a mi cuarto detrás de él y cerré la puerta para más privacidad. Me senté en mi cama y el en la silla de estudios que tenía en la mesa.
—Nunca pensé que te volvería a encontrar—. Dije suspirando, sinceramente, esto era el mayor giro de acontecimientos de mi vida.
—Ciertamente solo me dejaste tu nombre en la cafetería, no sabía ni cómo buscarte, incluso te echaba mi edad—. Dijo acariciándome el pelo.
—Nah, pues ya lo ves, tengo 15 años hasta dentro de unos días, je—. Dije con un tono nervioso ya que me miraba fijamente
—¿Así que es tu cumpleaños? Tenemos que celebrarlo bien eh—. Dijo mirando al suelo.
—Claro, podríamos ir a la cafetería en la que nos vimos la primera vez—. Dije emocionada.
—Estaría bastante bien, bueno, ¿tienes un papel?—. Dijo abruptamente,
—Ajam, sí, detrás tuya junto un boli—. Dije señalándole dónde estaban ambas cosas mientras apuntaba algo y lo dejaba en mi mesa.
De repente se levantó y fue a abrir la puerta.
—Me tengo que ir, tengo clase en 5 minutos y no debería llegar tarde como a tu visita—. Dijo riendo un poco mientras la azabache le seguía para acompañarlo hacía la puerta.
—Luego nos vemos, ¿si?—. Dijo y le dió un beso en la cabeza para después retirarse al fin.
Cerró la puerta al fin y se tiró a la cama en plancha, sin leer siquiera el contenido de la nota, necesitaba descansar ya que al siguiente día ya empezaba las clases y necesitaba fuerza tanto física como psicológica.

Pero no podía dormir.

Pensaba en él a cada segundo.

Y ahí se levantó para bajar al salón principal, sin siquiera mirar la nota, bajó y se encontró con un chico rubio con una mecha negra y otro que parecía un brócoli. Ambos se veían confundidos.
—¿Quién eres tú y qué haces aquí? ¿No eres una villana verdad?—. Dijo el rubio poniéndose a la defensiva, siguiéndole el peliverde junto un brillo por todo su cuerpo.
—N-no, ¡esperad! Soy vuestra nueva compañera, ___—.
Dije intentando tranquilizarlos.

Bajaron la sartén y la pala que tenían en ambas manos y se tranquilizaron lentamente.
—¿Y que haces bajando a estas horas si se puede saber?—. Dijo él rubio enfadado, como si fuera su madre.
—¿Y vosotros que hacéis aquí también?—. Le repliqué con notorio enfado.
Aquí habló el chico peliverde, contando detalladamente que estaban ahí ya que estaba  esperando a All might para algo que supuestamente era importante y el rubio lo acompañaba ya que le tocaba guardia, también contó que si los profesores tenían que comentarle algún tema a sus alumnos lo harían con post-its o pequeñas notas.
La bombilla de mi cabeza se iluminó de inmediato, Aizawa había dejado una nota en la mesa de estudio.
Salió corriendo abruptamente escaleras arriba y cerró la puerta con llave. Se sentó en la silla negra del escritorio y comenzó a leer la nota, que ponía:
"Espérame en mí cuarto a la 1;00 am, tengo que hablar contigo".
¿Qué? ¿Aizawa quería hablar conmigo? Esto era muy extraño, ¿que quería? ¿Por que no me había avisado? ¿Por que en su cuarto? ¿Por que no por la mañana?
Muchas ideas y preguntas se pasaron por mi mente hasta que miré el reloj de pared y eran las 12;30, imposible. Me calcé y salí corriendo escaleras abajo llamando la atención de más de uno de mis compañeros, incluso me llamaron pero hice caso omiso y fui a la dirección exacta que ponía en el reverso del post-it.

¿Que querría Aizawa de mí ahora?
.....

Cafe en una mañana de invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora