Capítulo dieciséis: EL salvador es un elfo libre

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Ginny miró el diario que tenía sobre su mesa, no le gustaba estar inscrita para recibirlo, pero algunas veces las fotos que aparecían valían la pena para recibir un ejemplar cada mañana.

Por esa misma razón, estaba mirando la portada de ese día.

El título del periódico, en letras grandes, proclamaba;

     "¿Estamos a salvo con un mortífago en el ministerio?"

Ella quiso reírse de lo que decían, estupideces y tonterías que sin duda fueron escritas para lastimar al protagonista, pero no tuvo ganas de iniciar su día con esa actitud rencillosa.

En cambio, tomó el diario y lo dejó sobre el escritorio de Harry. A él sí le iba a interesar lo que decían de Draco Malfoy.

La mirada verde se alzó confundida, ella con su dedo toco el diario señalando para que mirara con atención.

Fue casi en cámara lenta la reacción de Harry, los ojos ligeramente abriéndose, luego su boca curvándose hacia abajo, su ceño frunciéndose hasta arrugar su entrecejo y realmente deseo no estar parada frente a él cuando la magia salió del cuerpo del hombre.

No creyó que Harry fuera tan honesto cuando se trataba de Malfoy, sonrió un poco, no le dolía como pensó que lo haría.

Antes de marcharse, lo pensó un momento, era una mujer joven. Harry lo era también, sentía que había desperdiciado todos esos años esperando recuperar su matrimonio.

Fue una larga espera, vacía incluso, no importa que hizo o que dijo. Harry no le correspondió.

Y sus hijos ya estaban grandes, podrían entender.

Ya no podía seguir actuando como una cobarde.

Necesitaba probarse a sí misma.

     —Firmemos el divorcio Harry —pidió con voz clara.

Se sintió inusualmente orgullosa de sí misma cuando dijo eso.

Porque, al fin, hizo lo que debió hacer hace tanto tiempo atrás.

Se giró para mirar la reacción del hombre de pelo negro, este la miraba tan sorprendido que la boca estaba ligeramente abierta.

     —Será un secreto, pero por lo menos ya no estaremos atados y seremos libres de buscar la felicidad. —Fue más fácil de lo que pensó.

No hubo dolor por terminar algo que creyó sería para siempre, ni sintió odio hacia ellos que serían felices al volver a verse.

Supuso que su corazón jamás se libraría de ese repulsivo sentimiento, pero la verdad, había pasado demasiado tiempo, tanto que incluso el más indicio de rabia hacia ellos, se había esfumado.

Esperaba que se pudrieran juntos.

Harry asintió sin decir nada, estaba completamente mudo. Eso era bueno porque sería un poco humillante que él se riera sin poder contener sus sentimientos.

Ginny caminó hasta la cocina, antes solo fue de palabra, quería un papel que realmente volviera real su separación, entonces ella sería libre de todos los sentimientos contradictorios que la atormentaban.

Además, sabía que ese hombre no soportaría tener a Malfoy tan cerca y no poder actuar. Ya no había necesidad que sufriera ninguno de ellos. Lo mejor de todo era que cuando preguntaran por qué Harry la había dejado, ella diría.

     "Yo le pedí el divorcio porque me aburrí de su magnífica presencia" y se reiría de la cara de todos.

Porque al final, la que tomó la decisión de terminar fue ella y se sentía orgullosa de eso.

Seducción indirectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora