MI VIAJE A LONDRES (TOM HIDDLESTON FANFIC)

Mi primera vez con él

Ambos sabíamos lo que iba a ocurrir... Por fin mis fantasías se harían realidad, esta vez no habría nada que nos pudiera interrumpir, ni inseguridades ni desconfianzas. 

—¿Cenamos?

—Si.

La cena transcurrió entre miradas lascivas y besos codiciosos. Yo ardía por dentro y sabia que el también.

Al término del último bocado, cruzamos miradas, antes que se me tumbara encima lo detuve con un —Aún nos falta el postre y este si te lo sirvo yo—. De inmediato me levanté y me dirigí a la cocina. Retiré el pastel de la heladera y comencé a servirlo cuando de pronto siento sus manos en mis caderas.

—Que silencioso.

—Por ahora sí.

Me sentía tan débil al sonido de su voz, podía girarme y dejar el pastel de lado y tumbarme sobre la encimera, pero no. De alguna manera quería ser yo quien dé el primer asalto.

—Ten cuidado con atacarme por detrás, estoy armada— y le muestro el cuchillo con el que rebana el pastel. — Sera mejor que me esperes muy tranquilo en el sillón.

—Te espero—. Y me da un beso en la nuca.

Escucho sus pasos alejarse y detenerse, me percato que se ha quedado en el umbral de la puerta, por encima de mi hombro puedo verlo apoyado en el muro con las manos dentro de sus bolsillos y sin dejar de sostenerme la mirada. —pronto estaré contigo...— y le sonrío.

Ha este punto ya no sabio quien de los dos estaba mas ansioso. Termino de servir los platos y los llevo, al llegar a la mesa los dejo sobre la mesa y acomodo mi falda, tomo por asiento las piernas de Tom. —Ya estoy aquí— y lo beso.

Al instante sus manos invaden mis piernas, y su lengua penetra mi boca. Mis brazos se apoderan de su cuello, yo estaba lista para ser suya. — Llévame—, es lo único que digo. Él se levanta y sin soltarme me conduce a la habitación.

Hiba a ocurrir, apenas y estábamos iniciando y yo ya me sentía perdida. Cada roce, cada contacto, cada beso me estremecía.

Estaba tan ansiosa, excitada como nerviosa. Había fantaseado muchas veces con ese momento, no sabría si el seria delicado conmigo o nos dejaríamos a la furia. Yo deseaba que me recorriera toda y al mismo tiempo que no me dejara respirar. Estaba dispuesta a todo. —Te vez preciosa, eres preciosa y te deseo tanto­— Su voz me encendió aún más, Sus manos comenzaron se deslizaban por mis piernas mientras su boca se fundía en la mía. Yo era tan pequeña bajo su cuerpo, sus manos podían bordearme toda. Sujeto con fuerza mis nalgas, como si hubiese tenido el deseo oculto de hacerlo hace mucho tiempo, él se encendía cada vez más y más y lo podía sentir. Mientras tanto Su boca decidió hurgar en mi cuello y sus manos continuaron un camino ascendente hasta mis costillas. Al llegar a mis pechos se detuvo y entre murmureos, su voz me anunciaba que había llegado a la gloria. — tus pechos me vuelven loco y estoy loco por probarlos, los descubrió desatando uno a uno lo boches. Mi bra de piel de organza traslucida lo de tuvo una vez más. —Se ven preciosos—. Y asomo su lengua a mis pezones que aún permanecían cubiertos por la tela y comenzó a lamerlos y a succionarlos. Yo esta excitadísima. El los iba estrujando y yo adelantándome a lo que iba a ocurrir elegí un bra que pudiera abrirse desde el frente, detalle que lo enloqueció aún más. —¿Estabas lista para mí? —, — Por supuesto que sí, lo que más quería era tenerte entre mis pechos.

Se arrojo ante ellos, desabrochándome, volvió a sostener mis pezones con su boca. Su succión era fuerte y constante, comenzó a lamerlos uno a uno, desde la base y al alrededor de ellos. Mientras yo entrelazaba mis dedos en los risos de su nuca. No dejaba de apretarlos, —muérdeme— le dije. —¿Te gusta fuerte? —, — Si—, y entonces comenzó a apretar sus dientes sobre todo lo que pudiera entrar en su boca. Era fantástico.