02

354 75 10
                                    

La mano de alguien se desliza fuera de la suya como si le fuera arrebatada por una fuerza mayor y Dantalian se despierta con un grito ahogado.

Su habitación oscura le impide ver su es de día o noche, gira para callar la alarma, con somnolencia se endereza, otra vez durmió en el sillón de la sala.

[8:15]
Marca el reloj, ¡Es verdad, es el primer día!

No es como si le importara pero desafortunadamente como estudiantes es su obligación asistir.  Además, se decía que la ese lugar era especial, para estudiantes de poderosas familias en la sociedad. Entonces, ¿Por qué demonios iban a ir allí?

A modo de broma y aviso toma un vaso la mitad con agua encaminandose a la habitación de su pequeño hermano.

Dantalian empujó desde la puerta y se acercó a la cama donde su gemelo descansaba como un bebé en medio de su siesta, el vaso de agua en sus manos le cayeron a su hermano.

"¡¿Qué diablos?!" Gritó empapado y ofendido por haberlo despertado y verter agua sobre él.

Dantalian colocó el vaso en el escritorio. "Si por ti fuera dormirías las 24 horas completas, yo también y sin embargo hoy es el primer día de clases". Con el aviso dado, se retiró de su habitación.

Se alivió de que solo su almohada alcanzada a ser mojada, de mala gana se levantó, aseó y comenzó a vestirse con el uniforme correspondiente. Tres días antes fueron llamados para entregarles la vestimenta de la Academia.

Salieron. Por supuesto no sin antes desayunar.

Los pasos eran apresurados, hasta finalmente llegar a la secundaria "Raon". Para su suerte no existía gran distancia entre su departamento y la secundaria.

Tardaron 8 minutos exactos para reconocer su clase, por lo que llegaron a las "8:35".

La clase había comenzado y ellos llegaban tarde, Dantalian aflojó su semblante y Cale lucia como siempre, despreocupado.

El maestro les permitió entrar, omitiendo el hecho de llegar tarde, no, en verdad no parecía importarle.
"Entren y presentense". Solo le faltaba decir 'haganlo rapido' con la cara que traía.

Ingresaron y Cale saludo con una sonrisa fingida. "Hola, mi nombre es Cale Henituse". Tan seca como su voz su rostro lució igual luego de decir su nombre.

En cambio Dantalian no dió ni la más mínima fachada amigable. "Dantalian Henituse". Fue únicamente dicho de su boca y ambos pasaron a sus respectivos asientos.

Los lugares desocupados fueron para ellos. Cale se sentó junto a un jóven de cabello negro con un rostro simpático pero a simple vista tímido. Ninguno de los dos se hablaron. Mientras que Dantalian tomaba su espacio, una mirada retadora no paso desapercibida para él, fue un par de segundos que un chico rubio y ojos azules lo miro, de seguro era por su 'presentación' ¿le habría parecido arrogante? Desinteresado se sentó junto a la chica de cabello azabache.

La clase empezó casi de inmediato sin darles oportunidad de hablarles a sus nuevos compañeros.

•••

Tan pronto como el maestro salió del aula, dada por terminada las lecciones, inició un escándalo por parte de los alumnos, algunos se limitaron a preguntar por la identidad de los nuevos y otros se mantuvieron discretos.

"¿Tu cabello es natural?".

"¡Es tan rojo como la sangre, magnífico!".

"Nunca escuche de tu familia, ¿Por qué están aquí?"

"Tan guapos~".

"¡Oye pelirrojo, te invito a beber!".

"¡Son débiles los puedo vencer de un solo golpe!".

Los gritos de sus molestosos compañeros los estaban hartando. Así que los dos salieron del aula junto con sus pertenencias, conduciendo su caminar a la biblioteca.

Para su sorpresa, un rubio y pelinegro estaban también ahí, bueno que importaba.

Escogieron los libros y pasaron a tomar asiento en la otra mesa apartada del par del otro lado.

Dantalian hojeaba el libro con su dedo pasando página por página, en un arranque de emociones sus carcajadas se oyeron por la sala.

El rubio lo miró con el ceño fruncido."Es una biblioteca, ¿No sabes lo que es el silencio?".

"Alberu..." El pelinegro, al parecer su amigo, susurro a su lado.

"Lo sé". Se encogió de hombros.

Arqueó una ceja. "Oh oh el señorito se ofendió, mis más sinceras disculpas". Su voz denotaba burla.

El rubio de nombre Alberu abrió su boca para responder, y para su mala suerte la campana sonó en ese instante, cerró el libro y bufó molesto.

Ambos se marcharon, abandonando a los gemelos. Ellos tenían memorizado el horario de sus clases, su llegada fue prácticamente a las nueve de la mañana, una hora libre y por fin la comida.

Previo al almuerzo en 15 minutos Dantalian miró a todos lados y dijo: "Cale, cúbreme". Alguno lo hubiera pedido como favor pero en él sonó como una orden.

Cale entretenido en su lectura, oculto por la fila de libros a ambos lados sintió con la cabeza distraído a la voz que llamo a su nombre.

•••

Y entonces como una rata escabulliendose de un gato Dantalian salió sigilosamente, finalizando su recorrido un muro grande se opuso a su paso, agarró su barbilla mientras calculaba la distancia entre el árbol y el muro, resopló, estiró sus extremidades y se subió al árbol tal como un mono se colgaría, llegó al muro alto, casi logrando su cometido... había una valla electrificada, sus esfuerzos no serían para nada definitivamente no, tomo vuelo y salto ágilmente sobre ellas para caer en el verde pasto alrededor de la academia. ¡Lo había logrado!

Al fin y al cabo la comida picante lo valía.

Con una mueca de satisfacción compró dos porciones de comida.

"Sabía que lo harías." Dijo Cale terminando de masticar la comida. "No está mal, pero pica demasiado."

Nada arruinaría su buen humor, con tal de comer comida picante, siempre fue su favorita. Dantalian aún con la boca llena y los palillos en su boca. "Malagradecido, te traje de comer y aún lo cuestionas." Negó con la cabeza ofendido. Hizo un sacrificio trepando el árbol y saltando por sobre la valla eléctrica pero ese idiota decía no agradarle la comida.

Cale puso los ojos en blanco. "No es eso, olvídalo". Para evitarse más habladuría finalizo el tema. "Estoy muy agradecido Hyung."

"¿Sarcasmo, verdad?" Dijo el otro.

Ambos resoplaron y siguieron almorzando en el comedor de la Academia. Para no llamar la atención se sentaron en el lugar más alejado por dos razones: su nueva popularidad y la comida comprada.

UnexpectedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora