Elenor se perdió.
Cuando se dio cuenta de que habían dado una monumental vuelta sin llegar a un solo lugar mas que el punto de inicio, se cansó y dejó de memorizar el lugar.
Después de todo, era terrible ubicándose incluso en La Mansión.
Aunque, por fortuna, el chico (quien se había presentado como Walter) había dejado de agarrarla por la oreja. Ahora solo arrastraba su brazo sin sangre, aunque Elenor debía reconocer que era mucho más cómodo y menos doloroso.
—¿Qué con esa cara? —preguntó Walter al ver su mueca frustrada y confundida. Sus labios cambiaron de una sonrisa a una "o", y arqueó las cejas—. ¿Te diste cuenta?
—¿De que solo estamos dando vueltas? —resopló Elenor—. Sí. Me di cuenta.
Walter se notó tan sorprendido como Elenor cuando abrió la puerta de La Mansión/baño público, aunque por supuesto, no le tomó ni un minuto cambiar su expresión por una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Genial! ¡El líder nos dijo que la nueva recluta era inteligente! —exclamó Walter como un niño pequeño al que le regalaban un dulce—. Pensé que exageraba, pero... ¡vaya!
—¿El líder?¿Nueva recluta? —Elenor sacudió la cabeza y lo miró mal—, creo que me confundes de persona.
—Créeme que no —le aseguró Walter, avanzando sin parar—. El líder selecciona gente sin que ellos sepan. Luego envía a alguno de nosotros y le presentamos la guarida.
—¡Yo ni siquiera soy de aquí! —protestó Elenor, siendo perfectamente ignorada por Walter.
Resopló al comprender que Walter no le haría caso. Él seguía hablando sobre algo relacionado con "guarida", y "gente amable", y "el líder", pero Elenor no entendía por más que se esforzara.
De por sí tenía la gran pregunta de "¿cómo demonios llegué aquí?". Que un chico de su edad intentara secuestrarla no le sorprendía demasiado a este punto.
Miró hacia el cielo, teñido de cálidos colores que le recordaban al furioso fuego de una fogata. Su expresión se desanimó a recordar a aquellas actrices de internet con el cabello de esas tonalidades.
Su cabello solo era un triste desastre llamativo que usaba para molestar principalmente a Cristian. Pero deseaba ser bonita, en realidad.
—... dijiste que no eras de por aquí, ¿cierto? —Walter le preguntó al terminar su monólogo que parecía interminable. Elenor asintió con rudeza.
No iba a decirle que había salido de su mansión y mágicamente había aparecido en ese mundo extraño. No le creería jamás.
—¿Y tus padres? —preguntó Walter.
—No lo sé —mintió Elenor, aliviada de poder aplicar una de sus mejores habilidades—. Me perdí, y terminé quedando aquí varada.
—¡Oh! —exhaló Walter con algo parecido a pena—. Bueno, no te preocupes. Los chicos en la guarida te harán sentir a salvo. ¿Te llevas bien con ellos, tus padres?
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La Brigada de las Sombras ©
FantasiElenor es una chica sin mucha atención, quien tiene la fortuna de viajar al pasado, a la época en donde su aburrido y monótono padre divorciado tenía su edad. Sin embargo, Elenor pronto se dará cuenta que su padre no es la persona que ella piensa q...