¿Ya es tarde?

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En algún lugar remoto de su ciudad, se encontraba un Hakkai triste y un poco acongojado de la situación que estaba viviendo.

Hace rato no sacaba a pasear a su motocicleta, y decidió sólo seguir la carretera para ver a que lugar lo llevaba.

Se estacionó en un pequeño pueblo, parecía tan relajado, casi no había gente en las calles y estaba muy cerca de un enorme lago.

Caminó por la pequeña calle, y encontró un café abierto.

Decidió detenerse y comer un poco mientras decidía que más hacer esa mañana.

Mientras esperaba su orden se le acercó un pequeño gato blanco, de quizás unos tres meses, sus ojos eran azules como el cielo y llevaba un collar de color lila.

Lila...

Hola pequeño gato ¿Cuál es tu nombre?.

El gatito se subió a la mesa y se acercó a su mano, quería caricias.

Perdón señor, Luna siempre es tan atrevida con la gente que llega, quiere ser siempre el centro de atención - dijo la camarera bajando a la gatita al suelo.

Tranquila, no te preocupes, no me molesta para nada, la pequeña Luna.

Luna..

Era también el nombre de una de las hermanas de Taka-chan.

Extraña coincidencia, o quizás era un aviso.

Se alejó del lugar luego de comer y pagar por ello y volvió a su motocicleta, iría al otro lado del lago, la vista era hermosa y valía la pena apreciarla.

Llegó al otro lado y se estacionó cerca de una arboleda, se sentó debajo de uno de ellos y escuchó su celular sonar.

Revisó la pantalla y era Yuzuha quien llamaba, puso su celular en el suelo ignorando la llamada, no era importante en este momento.

Minutos más tarde volvió a sonar, era otra vez Yuzuha, y asi fueron alrededor de diez llamadas perdidas de Yuzuha, hasta que ella se cansó de llamar.

Se sumergió tanto en la tranquilidad del lugar, que se quedó dormido.

Entre sus sueños, escucho la vibración de su celular pero decidió no abrir los ojos y volver a dormir.

Ya llevaba dormido varias horas, cuando el aire frío se coló en su nuca y le provocó un escalofrió terrible.

Que terrible frío tan repentino - sobando sus brazos con sus manos mientras temblaba un poco.

Creo que es hora de irme, al parecer empezara a llover pronto.

Se levantó del suelo, se estiró un poco y decidió marcharse.

Era hora de ir a casa.

El camino era solitario, las gotas de lluvia empezaban a mojar su ropa, pero había decidido no parar hasta lograr regresar a casa.

Su celular estaba sonando en su bolsillo, pero no quiso detenerse a contestar, sonó unas 100 veces más, pero estaba más preocupado por llegar para poder secarse que responder.

Seguro era Yuzuha tratando de investigar donde se había metido todo el día.

Esa llamada no era importante ahora.

Quizás si.

Luego de un rato manejando por esa carretera tan solitaria, logró llegar a casa.

Todo estaba a oscuras, le pareció extraño pues a esa hora siempre estaba Yuzuha en casa.

Miro su teléfono y tenía alrededor de 50 llamadas perdidas y 1 mensaje.

Siempre fuiste tu ♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora