Me niego a creer.

1.1K 100 4
                                    

Inmerso en sus pensamientos Mitsuya se dio cuenta de que miraba a Hakkai de otra forma.

-Pufff dije y me eché a reír.

Claro que es guapo, por algo es un modelo ya, ha ganado tanta fama en tan poco tiempo, quizás un año apenas y ya era reconocido para algunas marcas.

Nunca lo había pensado de esa forma, jamás lo había visto con otros ojos.
Me parecía bastante incómodo, mi cara estaba roja de imaginar su cara, sus labios...

BASTAAAAAA!!! le grité a mi cabeza y me levante del sofá.

Era demasiado, debía buscar algo más en que pensar.

Tomé mis tijeras y un trozo de tela, busque un molde y empece a crear algo.
No se que quería hacer, crear o de que quería huir, pero no me detuve, seguí marcando y cortando para después unir todas las piezas.

Sentado en la máquina de coser, mire al reloj, ya era tarde, era hora de irse a casa.

Tome mi bolso y salí del estudio.
Cerré con llave la puerta y me disponía a caminar, hacía frío, parecía que empezaría a nevar.

Escuché una voz suave detrás de mi que pronunciaba mi nombre con dulzura.

Mitsuya Takashi al fin te encuentro fue lo que dijo.

Sentí un escalofrío en mi cuerpo, sabía de quien era esa voz, pero... ha pasado mucho tiempo.

Giré mi cuerpo y la vi.

Una mujer unos centímetros más pequeña que yo, tenía el cabello largo recogido en una coleta, estaba teñido de color rojo, unos ojos color ámbar hermosos y una piel pálida como un papel.
Vestida con un abrigo café y unas botas, llevaba unos guantes rosas.

Nina dije.

Abrió los ojos de par en par y empezó a sonreír, pude ver como daba pequeños saltitos y salto sobre mí, fue totalmente inesperado, me abrazo con fuerza, se aferró a mí con toda su alma, no supe que hacer y correspondi.

Después de tantos abrazos y saltos logré separarla de mi, ella estaba muy emocionada pero yo no sabía que hacer o que decirle, no pensé volver a verla nunca.

Nina, ¿Qué haces aquí?- pregunté.

Takashi, yo vine a visitarte, he viajado desde el otro lado del mundo sólo para verte, y bueno también debo trabajar - se echó a carcajadas.

No entendía el motivo de su visita pero no podía ser descortés.

Vamos a una cafetería y me cuentas todo - Sonreí

Takashi, siempre tan formal y educado, jamás cambias - dijo Nina sonriendo con su mirada..

Caminamos hasta un café en una esquina, tenía luces y mesas afuera, música que hacía el ambiente muy ameno.

¿Qué vas a ordenar? -dije.

No tengo idea, todo suena delicioso, quisiera poder comer todo, pero no me alcanza tanto estómago Taka- chan.

Taka-chan, había olvidado que fuiste tú la primera en llamarme así, al final te conocía de toda la vida, como pude olvidarlo..

¿Takashi? Tierra llamando a Takashi, ¿Esta ahí? - dijiste.

Salí de mi trance y reí de lo tonto que sonaba lo que decías, fue inevitable me reí demasiado.

La noche transcurrió y hablamos de ti.

Hace 6 años no te veía, te habías ido con tus padres al otro continente, habías ingresado a una buena escuela, ahora era modelo, toda una mujer.

Era increíble como unos años habían cambiado tantas cosas.

Me contaste que venías con un diseñador famoso, a una pasarela de invierno, que estarías junto a muchos modelos como tú, entre ellos Hakkai.

Me sorprende que Hakkai se haya vuelto tan famoso Mitsuya. - dijo Nina.

Ha dejado el miedo atrás y ha logrado salir de las faldas de Yuzuha al final.- dije.

Wow, es increíble lo mucho que ha crecido y madurado Hakkai.
Y tu Mitsuya? ¿Qué es de tu vida? - preguntaste.

Bueno, no me quejo, tengo un apartamento, un estudio donde trabajo en nuevas creaciones, ya sabes, siempre fui amante de crear ropa.
Aun no soy un diseñador profesional, espero serlo pronto, la vida es más cara cada día- dije rascando mi cabeza apenado.

Oye Taka- chan, ya es muy tarde, debo regresar a mi hotel, mañana debo trabajar, pero... ¿quisieras acompañarme? -haciendo un puchero.

Es muy repentino Nina, además estarás con gente de otra clase, yo aún solo soy un pequeño costurero..

Vamos Taka- chan no hay nada que temer, además quién quita que puedas conocer a alguien influyente ahí - y cerraste un ojo juguetonamente.

Esta bien Nina, si sigues siendo cabeza dura como siempre no puedo negarme.

Me diste tu número de teléfono y la dirección de tu hotel, quedamos en encontrarnos al día siguiente para ir a tu sesión de fotos.

Siempre fuiste tu ♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora