Podemos llamarlo amor «KOOKMIN»

Conociendo al verdadero lunatico Park.

Entre mas Jimin aceleraba, mas se daba cuenta de que un auto lo seguía con la misma velocidad. Observó a Jungkook quien estaba inconsciente en el asiento, luego su mirada paso a su pequeña niña, dormida con el pequeño chupete en la boca, aunque sabia que a su madre no le gustaba que le diera eso, aun asi servía bastante para tenerla distraída. Era tan tarde que la calle estaba vacía, pero cuando menos se dio cuenta, el auto que lo seguía se le adelanto y freno en solo segundos causando que el auto chillará y se deslizará por la carretera vacía. El sonido causo que la niña despertará y quería llorar, lo haría.

—Esto no puede estar pasando —Murmuró, causando que un sudor se deslizará por su rostro.

Rápidamente busco el biberón con yogurt, y se la dio a la niña callando la de inmediato cuando había comenzado a llorar. Tenia que salir del auto, pero solo dos hombres salieron del auto que lo seguía. Tuvo que comenzar a preguntarse que si asi iba a comenzar a ser su vida en la mafia, en el núcleo de Namjoon de cierta forma. Y es que el no había tenido problemas en los 4 años que estaba allí, los problemas comenzaron cuando comenzó a entrar en la vida de Jungkook.

—Papá ya vuelve —Jimin susurro para su niña.

Salió del auto, quitándose aquella cosa del brazo, dejándolo completamente suelta. Su herida aun no estaba bien, pero ¿Que debía hacer? No podía pelear con aquello. Eso no era lo que lo asustaba, estaba poniendo a su pequeña hija en peligró, jamas debió de haberla traído, y jamas debió de haber estado con ella, la madre de su hija tenia razon, era un completó imbécil desastroso.

Los hombres frente a el eran altos, y bastantes grandes, sería un poco difícil deshacerse de ellos, por el arma.

—Tu debes ser el famoso lunático Park ¿No? —Uno de los tipos hablo, apuntandolo con un arma. —He escuchado muchas cosas de ti.

—Me siento alagado, pero ¿Que quieren de mi? — Jimin interrogó, mientras calculaba como acabar con ellos.

No había persona en la mafia que no conociera a Jimin, nadie quería matarlo porque si se unía a ellos, sería una pieza demasiado valiosa.

—Hagamos un trato donde ambos ganamos — Ofreció el hombre. —Me entregas a Jungkook, y nosotros te dejamos ir. Ya pude haberte disparado sabes, pero eso seria un problema con Namjoon. No queremos eso ¿O si? Escuche que eres una pieza valiosa para el, también lo es Jungkook, pero tenemos ordenes de nuestro jefe de llevarlo vivo.

Jimin enarco sus cejas, no entendía ¿Le tenían miedo a Namjoon? El meterse con Jungkook el creía que ya era lo suficientemente loco, se veía que Namjoon sobre protegía al chico. Estaba mas que claro que los amigos cercanos a Namjoon pocas veces morían, porque el líder del grupo enloquecía de furia a tal grado de ir tras cada mafia matando a quien sea hasta hallar al culpable, si, el líder Namjoon era terrorífico cuando se lo proponía.

—Te lo hago fácil —Dijo de nuevo el hombre al no tener respuestas, desvío la dirección del arma hacia el auto, justo donde estaba la bebé —O Jungkook, o la pequeña.

El corazón de Jimin latió con mas fuerza, y parecía que se le había mudado al oído, porque estaba haciendo ecos ahí. Aun así, la furia que corrió por todo su cuerpo era violenta ¿Quien carajos se creía este imbécil para apuntarle a su hija con un arma? Antes de pensarlo demasiado, levantó la mano, fingiendo rendirse. Podía aguantar cualquier cosa, y perdonarlo también, pero con su hija nadie se metía.

—Bien, pero deberán sacar a Jungkook del auto porque esta inconsciente como sabrán. —Jimin tenía un arma tras la espalda, dentro de su pantalón —Yo estoy herido en el brazo.

—Lo se, aun asi lograste acabar con 3 hombres —Le sonrió.

Con la cabeza le indicó al otro que fuera hacia el auto, solo basto unos segundos donde el hombre bajo la  guardia para que Jimin sacara su arma de la espalda y embistiera al hombre frente a el, no sin antes apuntar hacia el hombre que iba hacía el auto, quien se quedo quieto sorprendido ante la rapidez, Jimin estaba entre los 10 mejores cuando estudiaba para ser un oficial encubierto, lastima que se aburrió.