Orgullo.

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Se cumplía el cuarto día desde que Jimin no veía a Jungkook, tampoco tenia comunicación con el. Jin había notado lo callado que su hermano menor estaba en estos días, el era un charlatán sin remedio y amaba comer, pero estos días había comido solo un poquito y se quedaba mirando fijamente la televisión, no comentaba nada al resto, y eso era extraño porque cuando este se ponía a ver una serie comenzaba a sacar un sin fin de teorías discutiendo consigo mismo por ello.

Jimin estaba perdido en sus pensamientos cuando su teléfono sonó. Lo busco entre los cojines del sofá.

Kookie.

Era la primera llamada que recibía después de días, sus labios se curvaron en un puchero, no, no le contestará por ahora, seguía enojado. Estos días se puso a pensar en todo lo que ocurría, y todos dieron el mismo resultado,le gustaba Jungkook.

Lo pensó mucho, atracción física no la sintió el primer día que lo vio, era verdad que era sexy y todo eso, pero simplemente tenia ganas de molestar a alguien y nadie fue mejor opción que Jungkook en ese entonces. Luego comenzó a calmar al gruñón, donde se intereso tanto en la forma en que este era que lo encontró encantador, la manera suave de besar, pero ruda al sentirse ansioso por sus deseos, esa carita concentrada que ponía cuando dibujaba era digno de admirar, había una manera increíble que este lo hacia sentir de solo escuchar su voz, su corazón latia mas acelerado pero no sentía aquellos nervios arrastrarlo, Jungkook lo hacia sentir en paz. Esos pequeños momentos donde el menor lo regañaba era lo que recordaba por las noches para dormirse con una sonrisa, esperando ansioso que llegara el mañana para volverlo a ver. Confirmó que no quería los labios de Jungkook con los de alguien mas debido a que quería ser el dueño entero de este, ser quien siempre corriera hacia el para llenarlo de ellos, tocar su sedoso cabello y fundirse juntos hasta terminar exsautos, no quería las manos de alguien mas sobre su propio cuerpo, quería las de Jungkook, no deseaba a nadie mas que el.

La llamado se colgó, dándose cuenta que se había puesto a pensar de nuevo. ¿Jungkook querría algo con el? A el no le daba miedo confesarse, le daba miedo ser rechazo en realidad.

Kookie.

(Tendremos una entrega a las 8 de la tarde, no llegues tarde. =Ubicación=).

Leyó el mensajes sobre la barra, sin duda alguna no quería ir, pero suponía que era un trabajo importante. De cierta forma el se había puesto a hacer negocios sobre las ventas desde hace un año y medio, antes de ser incluso parte del núcleo de Namjoon sabiendo que le estaban probando su lealtad.








El primer día que Jungkook no recibió los buenos días de Jimin fue extraño, sentía como si algo estuviese faltando. Incluso siguió esperando mientras visitaba al líder. El segundo día amaneció irritado debido a la extraña sensación de algo faltaba de nuevo, no había llamada, no había visita y no había mensaje del pelirosa, tanto que miro y miro una y otra vez su chat, fue de compras y compró dulces, demasiados solo porque cada que Jimin venia se las comía, pensar eso lo hizo tener dolor de cabeza. El tercer día sin ninguna señal fue cuando dio vueltas por el lugar donde vivía Jimin, no fue porque quiso fue por...no, quizás si fue por el, pero se arrepintió y término en un bar. El cuarto día hubo una llamada, casi cayo de la cama al escuchar el sonido de su teléfono, pero sólo era Namjoon, por lo que hizo una mueca, se dio cuenta de que estaba tan enfocado en Jimin que se avergonzo, pero su día estaba siendo tan aburrido. Le pidió a Namjoon trabajar con Jimin para este negocio, solo porque quería verlo y sabia que este no se negaría si era una orden del líder.

Se preguntó si realmente Jimin se había enojado por lo que paso, no entendía bien lo que pasaba¿Estaba celoso y por eso lo estaba ignorando? Posiblemente debió de ir con Jimin a ofrecerle sexo de nuevo, pero era orgulloso y sentía que perdería su dignidad si hacia eso, pero cuando se metio con Domin, todo lo que pensaba y recordaba era a Jimin, mierda que le tenia ganas, así también parecía algo mas, como si su sola presencia diera calma, y eso era extraño porque el pelirosa hablaba hasta por los codos y dormido.

Podemos llamarlo amor «KOOKMIN»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora