si nos dejan.

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—A darle, Miguelito.—Marco le dio ánimos a su mejor amigo frente a la casa de los Hamada.

—A darle...—Tocó las cuerdas de su guitarra, ahí estaba con su traje de mariachi y con los nervios de punta.

Dio un suspiro, el chino de sus ojos se merecía más que él y por eso lucharía por su amor con todo el corazón. Se sentó al pie de aquella ventana y carraspeó.

Dentro de la habitación de Hiro, él se estaba haciendo bien wey. Ya había terminado su tarea y su megabot, solo estaba viendo con desinterés su celular. En eso estaba cuando el sonido de una guitarra cerca le llamó la atención.

—Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida... Si nos dejan, nos vamos a vivir a un mundo nuevo.—Escuchó la voz de Miguel, ese chico con el que a veces hablaba y siempre iba al café a dejarle notas cursis. Tadashi le decía que debía darle una oportunidad.

Hiro podía ser un completo genio para la robótica y la ciencia pero en las relaciones sociales era un asco. Y lo sabía. Y también lo negaba.

—¿Miguel?—Abrió la ventana de su cuarto y abrió un poco la boca. Eran Miguel y... ¿La copia de Miguel?

Miguel iba de rojo y cantaba con los ojos cerrados, claramente nervioso. Mientras que el mariachi de azul tocaba la guitarra para acompañarle e iba con desinterés, Hiro le vio los ojos afelinados color ámbar y ahí vio la diferencia entre ambos muchachos.

—Yo creo podemos ver el nuevo amanecer de un nuevo día. Yo pienso que tú y yo podemos ser felices, todavía...—Miguel lo estaba mirando a los ojos.

Hiro apoyó su rostro en su mano para disfrutar del espectáculo, en su cabeza le giraba la ardilla para entender lo que estaba pasando. Como siempre, con Hamada menor siempre va la lógica antes del corazón.

—Hey, te trajeron serenata, genio.

—Déjame escuchar, Tadashi.—Se mantuvo ahí, haciendo teorías sin darse cuenta del amor en las palabras del mexicano.

—Si nos dejan, buscamos un rincón cerca del cielo. Si nos dejan, haremos con las nubes terciopelo.—La música pasaba por los oídos del medio asiático, al analizar la canción (y buscarla en google), hizo una mueca.

Él no tiene tiempo para una relación o está listo para una. ¡Su mejor amigo es su hermano porque no sabe socializar debido a que a todo le pone ciencia! No. Él era "Sr. Casado con mi trabajo", por último, ¿el mexicano y él juntos? Já. Imposible.

—Y, ahí, juntitos los dos, cerquita de Dios, será lo que soñamos. Si nos dejan, te llevo de la mano, corazón. Y ahí nos vamos.—Después de cantar eso, un golpe en su mejilla le hizo reaccionar, era un papelito en el piso.

"No :)"

—Te mandó bien a la verga.—Miraron la ventana cerrada y las luces apagadas.

—Pos ya que. Ámonos a tomar que a mi corazón roto nomás no lo aguanto.—El moreno menor se quejó, apoyándose en su guitarra y sin dejar de mirar el maldito papel.

—Hey, ¿tú eres el que le trajo serenta a mi hermanito?

—Uy, suerte con el cuñado, te espero en el bar cerca de la casa, manito.—Marco le dio un golpe en el hombro y se fue con su guitarra, tocando los acordes al azar.

—Ah, ¿cuántos años tienen? No se ven muy grandes como para tomar.—Los inspeccionó un poco, se veían muy jóvenes.

—Ese vago de allá tiene 23, yo 21 recién cumplidos.—Señaló con la cabeza al de ojos dorados y él sonrió, dando a ver un bonito hoyuelo.

Tadashi se lo pensó unos segundos, tenía dos opciones. La primera era como un hermano mayor que quería lo mejor para su hermanito y para que conociera el amor: ayudar al mexicano para entrar al corazón de Hiro. Y la segunda era como un hermano mayor que le cumpliría los deseos antisociales a su hermanito: mandar al diablo a Miguel.

Y Tadashi obviamente que escogió la primera, total, Hiro era un corazón de pollo bajo todo ese cerebrito y sabía que Miguel lo descubriría.

—Te ayudaré con Hiro.































Uy, nuevo intento de comedia mío. No sirvo para esto. Mañana se subirá el próximo capítulo.

by: Mateo.

‹ ִֶָ . ָ࣪ 𝘀𝖾𝗋𝖾𝗇𝖺𝗍𝖺 𝗽𝖺'𝗅 𝗰𝗁𝗂𝗇𝗈 ۰⸼ ۫𓂅 (higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora