cien años.

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Marco estaba en el café de los Hamada con una taza en las manos, embobado con el chef del lugar que era un copia cool del hermano del chinito de Miguel.

—¿Tú qué haces aquí?—Ahí frente al moreno se encontraba el chino culero.

—Le rompiste el corazón en mil pedazos a mi mejor amigo, chino. Por cierto, soy Marco.

—Hay una cuestión de hermanos en el medio, por más que me guste Miguel... No puedo estar con él.—Explicó Hiro con un suspiro triste, Marco prácticamente aventó la silla de la impresión.

—¡HIJO DE LA CHINGADA! ¡LO SABÍA!—Gritó eufórico, Hiro hizo una mueca y el chef sexy le miró.—Así no funciona, papi, traes a Miguelito cacheteando las banquetas, hazte responsable, chino. Si le correspondes, ya chingó el wey. No te compliques la vida, próximo cuñado.

—Pero no eres su hermano.

—Pero soy casi uno, chino.—Le guiñó y lo miró detenidamente.—Si no fueras un nerd y no tuvieras como pendejo a Miguel, la verdad, si me gustarías, al chile. Pero está más bueno el chino que me mira mal.

Posó su mirada en Kyle y le guiñó un ojo con coquetería. Marco iba directito al grano, que vergüenza ni que nada. Al estilo Marco De la Cruz es como se hacen las cosas.

—Ay, por Dios, ve a joder a niños de tu edad.

—Jódeme tú.

—Yo me saldré de esta conversación.—Hiro corrió escaleras arriba, abandonando a su amigo a merced de Marco.

Se sentó en el piso de su cuarto con la cabeza hecha un manojo de nudos. No sabía ya qué demonios hacer, le encantaba Miguel pero amaba a Tadashi.

—Ya, deja de preocuparte por mí, Hiro Hamada.—Le dijo su hermano desde la cama con una sonrisa tranquila en el rostro.—Te gusta Miguel, ambos se gustan. Salgan, sean novios o lo que sea que decidan pero hazlo, Hiro.

—¿Qué más daría? Miguel ya no se aparece aquí ni por error desde hace dos semanas, no quiere verme.—Cerró sus ojos, sus rodillas fueron a su pecho y su cabeza se recargó en estas.

—¿Qué tal si lo intentas al estilo... Rivera?

(...)

—Una cita es lo único que te pido, Kyle. ¡Ándale, chino mamón!

Marco De la Cruz estaba rogando por una cita con el chef de ese café y este solo le daba zapes para rechazarlo.

—Qué no. Eres un bebé, por Dios.

—Hey, tengo la edad del chino de Miguel.—Se quejó el de ojos ámbar sin quitar la sonrisa y mirada coquetas de su rostro.—Agh, me tengo que ir a ayudar al pinche chino, te veré en la Plaza del Mariachi mañana a las seis en punto.

Le guiñó y terminó su café, saliendo del café con toda la naturalidad, dejando a Kyle con una mueca.

—Primero el de las putas serenatas y ahora este, ¿por qué acepte este maldito trabajo?—Se quejó a la nada Kyle, negando con la cabeza y maldiciendo a los hermanos Hamada en su cabeza.

¿Qué se suponía que hiciera ahora con el niño de lindos ojos? O sea, no pensaba ir. Haría el ridículo y su fachada de Malo McMalo se iría al piso. No, definitivamente no saldría con De la Cruz jamás.

(...)

—Ya no hay vuelta atrás, ahora es mi última oportunidad...—El medio japonés pasó saliva y Marco le dio su apoyo dándole la bendición.

—Si hoy no te conviertes en mi cuñado-no-cuñado, yo patearé a Miguel personalmente. Y si le haces daño, tu carita conocerá a mis puños.—Hiro no entendía a Marco De la Cruz ni un poco, solo asintió.

La melodía de Cien Años comenzó a sonar, el azabache miró a su hermano, este alzó sus pulgares para darle suerte. A un lado suyo estaba el mariachi de azul tocando la guitarra con los ojos cerrados. Kyle también estaba ahí, acompañando en la vergüenza y la pérdida de la dignidad de Hiro Hamada.

—Pasaste a mi lado... Con gran indiferencia.
Tus ojos ni siquiera, voltearon hacia mí.—Cantó en un magnífico español (perfeccionado por Marco) y se sintió nervioso al ver las puertas de la zapatería abrirse.—Te vi sin que me vieras. Te hablé sin que me oyeras, y toda mi amargura, se ahogó dentro de mí.

Miguel abrió la boca y se tuvo que tallar los ojos para comprobar que lo que veía era real. Hiro vestido-de-mariachi frente a sus ojos, el traje en color negro con detalles en blanco, vio también a Marco y este le guiñó, casi diciéndole "Ven con tu chino, wey", así lo hizo.

—Me duele hasta la vida, saber que me olvidaste. Pensar que ni desprecios, merezca yo de ti...—Hiro le miró a los ojos, extendió su mano para que Miguel la tomara.—Y sin embargo... Sigues, unido a mi existencia. Y si vivo cien años, cien años pienso en ti.

A Miguel se le derritió el corazón, ¡Hiro se le estaba declarando con una canción de Pedro Infante! Se iba a desmayar. Jamás creyó tener a Hiro enfrente cantándole una canción en español.

—Ya bésame, con un demonio.—Dijo el mexicano antes de tomar por el cuello a Hiro y plantarle un beso en los labios.

Marco dio un grito de mariachi, Tadashi y Kyle aplaudieron mientras los Rivera les sonreían a la nueva pareja desde la puerta.

Ambos sonrieron al separarse y se miraron, no tardaron en volverse a besar con más entusiasmo. El medio nipón abrazaba la cintura de su mexicano y este le rodeaba el cuello con los brazos.

—¡Ey, par de tortolos!—Marco les gritó.—¡No coman frente a los pobres!

El de ojos ámbar no se espero que Kyle lo tomara por la cintura y le besara. La verdad, le dio un golpe con la guitarra en el abdomen.

—Guarda silencio, De la Cruz.

Marco ni siquiera pudo contestar algo coherente, solo dio un par de balbuceos antes de parecer un tomate entero.

Miguel besó la mejilla de Hiro y le quito el sombrero de mariachi lentamente.

—¿Una serenta pa'l chino?—Le preguntó mientras bajaba el sombrero para cubrirlos.

—Claro que sí, Rivera.

Se besaron una vez más, Miguel lo tomaba por la cintura y Hiro apretaba sus hombros, se sonreían en medio del beso y se daban pequeñas mordidas en el medio.

—Así que... ¿Serías mi novio, Hiro Hamada de Rivera?—Se burló el mexicano, sin quitar el sombrero de el medio.

—Mil veces sí, estúpido. ¿Para qué demonios preguntas si sabes que es un sí?—Tomó sus mejillas después de darle un golpe en la frente.

—Porque este estúpido está estúpido por ti, pinche chino.

—Imbécil.







































Ja, final choto. Aguanten a los extras.

by: Mateo.

‹ ִֶָ . ָ࣪ 𝘀𝖾𝗋𝖾𝗇𝖺𝗍𝖺 𝗽𝖺'𝗅 𝗰𝗁𝗂𝗇𝗈 ۰⸼ ۫𓂅 (higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora