El aterrizaje fue más fuerte de lo que los chicos pensaban. Lewis sostuvo su costilla y Miranda su brazo, Sam se puso de rodillas enfrente de sus dos amigos. Todos se miraron y luego empezaron a reír. Sam se había quitado su bufanda roja del rostro y ahora estaba acostado mirando las estrellas.
—¡JA! —dijo Miranda acostándose al lado de Sam, seguido de Lewis, todos se habían quitado sus mascaras—. ¿Quien me da un masaje?
—Lo haría yo, pero Lewis necesita atención medica urgente. Iré por el traje de enfermera de Miranda —dijo Sam.
—Por fin ese disfraz tendrá un mejor uso que el que le he dado desde hace meses —respondió Miranda recostandose de la pared sosteniendo la bolsa de galletas que le tiro en la cara a Lewis.
—Creo que ese sujeto me rompió una costilla —Lewis se coloco una mano en la costilla derecha—. Gajes del oficio... Lo hicimos... chicos, lo hicimos. Atrapamos a un narcotraficante.
Por alguna razón no se sentía como una victoria. Todo lo contrario, se sentía como apartar una piedra pequeña del gran río, pero habían cumplido su misión, el guerrero carmesí había escapado y habían atrapado a Ao Guang con todo su material de drogas alteradas para poder afectar a los dioses, pero aun estaban muchas incógnitas; ¿A quien se las entregaba? ¿Existen más traficantes? ¿Cuanto de eso habían logrado sacar de las calles?
Lewis saco de su bolsillo un paquete rosado, en el centro del paquete estaba la figura de una persona haciendo una posición de yoga: La flor de loto. Más concretamente se podía ver la figura de Buda. Todos se habían quedado en silencio observando el paquete rectangular.
—¿De verdad lo están pensando? ¡por favor! es la cara publica más famosa del mundo, el símbolo de paz, el origen de la unión entre humanos y dioses, el puente que nos une —dijo Miranda poniéndose de pie para apoyarse de la cornisa del edificio.
—Tal vez estemos equivocados, pero si no es así —dijo Lewis poniéndose de pie también—, Estamos enfrentando a una gran amenaza.
—Dicen que es uno con todo —Sam ahora estaba sentado, sus brazos rodeaban sus rodillas, levanto su mano y dijo—, que la palma de su mano logra alcanzar el infinito... Lewis, si seguimos indagando y lo encontramos al final del camino... ¿Que haremos nosotros contra un dios?
Nadie respondió, todo lo contrario, hubo un momento de silencio hasta que Lewis habló.
—La historia de la humanidad ha contado como los humanos se han enfrentado a los dioses, incluso los mismos dioses han reconocido que los que viven debajo de sus pies han podido sorprenderlos —Lewis sostuvo los hombros de Miranda—. No les pido que continúen conmigo en esto, pero ustedes saben que debo sacar esta droga de las calles, cuando caen en manos de los humanos se sienten tan poderosos que atacan a las personas, no tienen miedo, ni culpa. Pero a nadie le importa en que manos caigan, lo que les importan es el dinero que les trae la venta de estas drogas.
Miranda estaba viendo una imagen promocional de una bebida energética, una donde Buda era la cara de la propaganda. Los ojos del dios observaban a la chica, el color de sus iris eran de un rosado y purpura, cada vez que cambiaban la foto de la cartelera también cambiaban la forma de la figura de sus ojos; las cuales eran los símbolos de los Chakras. La cartelera se detuvo cuando mostraba a Buda luciendo ropa deportiva, lo que mejor podía lucir es una sonrisa que trasmite confianza y seguridad.
Una mano sostuvo el hombro de Lewis, era Sam.
—Espero estar equivocado... —Sam también se había percatado de la pantalla que mostraba varias fotos de Buda—. Porque mi vida pasada no tuvo buena experiencia enfrentando a Buda...
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La leyenda del rey mono
Historical Fiction¿Que pasaría si en un mundo de humanos los Dioses vivieran entre nosotros? un mundo donde no solo viven entre nosotros, también son héroes de la tierra, algunos con trabajos cotidianos, solo algunos escogen otra vida que no sea la de ser un súper hé...