La leyenda del rey mono

One shot: El guerrero carmesí.

Colombia, año 2007.

Beso en la frente de mamá antes de ir a la escuela.

—Se un chico bueno, Dios te bendiga, hijo mío.

Dijo su mamá cuando Carlos se puso los guantes para no tener un accidente con sus poderes, se subió a su bicicleta y empezó a andar.

El niño era conocido en el barrio, mientras andaba en la bicicleta todos lo saludaban, el chico saludaba de regresó con una sonrisa «Se un chico bueno» se repetía el chico en su memoria.

—Hola Nachito —dijo una amiga de la secundaria; Patricia, o Pati-pat como la llama él—, ¿Como está el niño más bello de Colombia?

—Con un poco de dolor de cabeza por el exámen, pero sobrevivirá —dijo Carlos que apodaban aveces "Nacho" el chico le puso la cadena a su bicicleta en el lugar donde se deben colocar y luego empezó a caminar junto a su amiga—, ¿Estudiaste?

—¿Tengo cara de que estudié? —dijo Pati-pat entrando al liceo junto a Nacho tomados de las manos—. De paso si tengo problemas solo le digo al profesor que le harán una mamada y listo.

Nacho se sonrojo y observó a su amiga con ojos como platos—. ¿Serías capaz?

—¿Quien dijo que iba a ser yo? Para eso te tengo a ti, mi mejor amigo que haría todo por mí.

Nacho apretó la mejilla de Pati-pat. Enfrente del salón estaba la chica que le gustaba a Nacho; Cristina; cabello rojo, ojos del mismo color, cuernos pequeños y una cola de demonio, la hija de un Incubus no podría parecer menos a un sucubo.

—Hola Cristina, ¿Cómo estas? —dijo Pati-pat acercándose a la chica que hablaba con sus amigas—. ¿Lista para el exámen?

—Claro, estudie mucho anoche, pero cualquier cosa ya sabes lo que tienes que hacer, Nacho —Cristina le guiño un ojo a Nacho y luego hizo una señal con la mano y la boca dando a entender que está haciendo una felación, acción que hizo que Nacho se sonrojara imaginando como lo haría ella.

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La clase y todas las demás pasaron como un pestañeo para Nacho y sus compañeros, se despidió de Pati-pat y de sus amigos, pero cuando estaba apunto de agarrar su bicicleta un grupo de 5 muchachos se paró enfrente de él, advirtiendo a Pati-pat que se acercó rápido para auxiliar a su amigo.

—¿Eres Nacho, cierto? —dijo uno de los chicos que parecía estar en último año de secundaria, a diferencia de ellos, Nacho solo tenía 17 años—. ¿Tú fuiste el que le dio la paliza a Cabrera?

Nacho lo ignoro y siguió quitándole la cadena a su bicicleta, no había notado que Pati-pat estaba a unos pasos de ellos.

—¡Habla cara chiva! —gritó uno de los que estaban atrás del primer chico que habló.

—Luis Cabrera golpeó a mi amiga, y luego difundió en su colegio que ella se había acostado con todos sus amigos, cuando sabemos que es mentira —la voz calmada de Nacho demostraba seriedad—, y todo porque ella no quiso perder la virginidad con un cabrón como él.

—Ese cabrón es mi hermano menor —dijo el más grande de los 5; Antonio Cabrera—, síguenos, estamos llamando mucho la atención aquí.