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一Te daré hasta lo que me falta si eso es lo que te complace"

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一Te daré hasta lo que me falta si eso es lo que te complace"



Capitulo cinco; manos limpias.

Cuando Laito miró las dos palmas de sus manos se sintió por un instante, sencillamente repugnante.

Allí yacía después de tanto tiempo en su cama, maniatada como a él más le gustaba. Con la lencería más cara, fina y retocada que pudo encontrarle, de un vino profundo y con las costuras más minusiosas de quizás, todo Japón. Y es que, por más de que no acostumbrara regalarle cosas a sus mujeres, no pudo resistirse a comprarlo.
No cuando imaginaba las ligas del conjunto ceñirse a la ruborizada piel de Ayame, mientras ella se arrodillaba rogando por más,y más, y más hasta el cansancio. Hasta que Laito no pudiera soportar más ver sus brillosos ojos y sentir el latido de su corazón acelerarse al ritmo de su respiración cada vez que él se acercaba a ella.

Le encantaba. Le encantada cada centímetro de ella, los recorría día a día como si fuese el primer encuentro y devoraba sus labios sin importarle su necesidad de aire. Ayame era y sería para siempre suya.

Al vampiro le hubiera encantado tener que escuchar la súplicas de la humana en su oído, consumida por el éxtasis. Sin embargo, en su fría cama y viéndolo desde abajo logró que, por primera vez, Laito se sintiera el ser más despreciable del planeta. Sus labios fruncidos no soltaban ni una sola palabra y se veía incapaz de gesticular con sus manos ya que estás estaban atadas por detrás de su espalda. Arrodillada frente a él y bajo la penetrante mirada del vampiro comenzó a encorvarse cada ves más con el fin de esconder su cuerpo.

Él sonrió, intentando levantar su ánimo.
一¿Por qué te escondes como si fuese la primera vez que te veo desnuda?

Su sonrisa se desvaneció poco a poco cuando Ayame no emitió respuesta. Estaba tan encorvada, que Laito casi podía ver el agarre de sus manos.一Oe, ¿Este es el juego que quieres?一vaciló.一... tendré que castigarte, mi dulce Ayame-chan.

Ayame levantó su mentón desde lo más abajo y clavó su muerta mirada en los verdes ojos del vampiro. Desbordantes en lágrimas, rojos, con su cara hinchada y forzando el cierre de sus labios para que ningún sollozo escapara de ellos. Cuando Laito acercó su mano a su mentón con la intención de ver mejor su rostro ella cerró los ojos nuevamente.

«Me teme.»

Quizás lo que más adoraba de ella era que, como mujer, era una de las primeras que le hablaba sin miedo al castigo.

Con mucha agilidad desató los nudos en sus muñecas y ella las llevó instintivamente a su pecho sin mirarlo.一¿Tú...

一Lamento por no poder cumplir con mis servicios el día de hoy.一sollozó con su cabeza escondida.一si así lo desea, puedo llamar a alguien que me suplante.

Laito Sakamaki se comparó con la basura más asquerosa de ese planeta en el momento en el que comprendió que ella no tenía deseos de estar con él. Al menos, esa vez. Y que incluso así se disculpaba temblando y llorando por algo tán básico para el vampiro como lo era el consenso en estás situaciones.一lo lamento. Lo lamento muchísimo.一lloraba.

一Luces cansada.一atinó a decirle, poniendo la camisa que previamente se había quitado sobre ella.一¿Quieres volver a tu casa?

Ella rió.一¿Qué casa?¿Ese sucio prostíbulo dónde espero día a día a que llames a por mi, y así entonces no tenga que entregarme a hombres de mierda?

Había rabia en su voz. Ira, enojo, cólera. Laito no se sentía halagado en lo absoluto.

Por lo contrario, lo enfermaba.

Laito no era un buen hombre, lo sabía. Jamás había dudado en eso y más de una persona se lo habían dejado en claro.

Laito suspiró retrocediendo y estiró su brazo para tomar la camisa que había dejado sobre la silla. Sin mirarla, aunque conocía todo de su cuerpo, puso aquella prenda sobre sus hombros y suspiró.

一Mi queridísima Ayame-chan.一comenzó a canturrear con su voz melosa de siempre.一¿Qué tan terrible tiene que ser tu vida para creer que un hombre como yo,一se llevó su mano al pecho, mirándola fijamente.一es lo mejor que puedes esperar?

Lo que Laito aún no entendía era el porqué una muchacha como ella seguía viéndose con él. A pesar del incidente. A pesar de todo.

"一Fueron tus dulces movimientos los que me atraparon y tus melosos labios los que me convencieron de caer por tí, y solo por tí, Laito."

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2022 ⏰

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