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Seokjin imaginó que al tener el número de Namjoon las cosas serían más fáciles, comenzarían una charla casual, luego empezarían a conversar más en persona y naturalmente llegarían las citas, luego él se daría cuenta de lo mucho que lo amaba y listo, tendría su historia de amor. Ahora dudaba que eso fuera a pasar. Sabía que no le era indiferente a Namjoon pero hablar con él, ya fuese por mensajes o en persona le estaba siendo muy difícil poder entablar una conversación. ¿Será que había malinterpretado las cosas? No, eso no podía ser, nadie se sonroja sólo porque sí.


Namjoon era lo bastante tímido para no poder hablar con naturalidad con Seokjin, lo veía como una persona muy extrovertida, seguro de sí mismo y divertido, por lo que cada que interactuaba con él a su mente venían pensamientos que lo desalentaban de querer invitarlo a tomar un café o algo parecido. Cada noche se repetía a sí mismo que el día siguiente sería su día y por fin hablaría con él más que un saludo por las mañanas, pero apenas verlo su confianza se iba.

Esa mañana se había propuesto una vez más el hablar con el otro profesor, así que se tomó su tiempo para revisar lo que tenía en su clóset para vestirse con lo mejor, sin embargo, al ver toda la ropa se dio cuenta de que era bastante aburrida. El problema no creía que fuera los colores que dominaban su ropa, sino la carencia de un estilo propio. Suspiró, tal vez hoy no era su día después de todo. Tomó un atuendo básico, pantalón negro y camisa gris, al menos usaría su suéter favorito, uno azul marino con bordes grises tejido. Namjoon no era ningún conocedor de moda, sólo se vestía de forma cómoda. Se colocó sus gafas redondas de armazón plateado y fino, se miró al espejo y se dijo así mismo que no estaba tan mal.

<<Hoy es mi día. >>

¿Puedo preguntar, hyung?Where stories live. Discover now