What If...? MARVEL

Natasha (parte dos)

De antemano quiero disculparme si les causo algún trauma psicológico, si son muy sensibles no lean este What if. Al editarlo me di cuenta de que no es nada sencillo ser mujer y muchas pasan por algo similar a la protagonista, así que les pido su discreción.

Igual que el What if anterior, _______ está contando su historia al dejar que Wanda lea su mente. Lo que está escrito en cursivas es el pasado y lo de letra normal el presente (semanas antes de Civil War)

Advertencia: Violencia física, sexual y lenguaje explícito.

Rumlow se sentó en el filo de su escritorio al entregarte una carpeta para que leyeras la información, te remolineaste incómoda por la forma en que te observaba. Casi como si te devorara con la mirada. Dejaste de prestarle atención y te enfocaste en lo que estaba escrito. La misión era sencilla, infiltrarte como niñera de una familia adinerada y robar cierta información.

—Lo haré. —cerraste el folder para después dejarlo en el escritorio.

—Bien, mañana a primera hora te veré en el departamento de informática. El equipo de cerebritos te ayudará con todo lo necesario—te ofreció una bebida la cual rechazaste.

—No bebo. Gracias.

—¿Estás así por lo que te mencioné después del entrenamiento? —investigó sin quitar sus ojos de ti. Algo en tu interior se alarmó y trataste de mantenerte en calma.

—Solo no me gusta que me toquen sin mi consentimiento, eso es todo —te incorporaste lista para salir de ahí y el hombre te sostuvo del brazo con fuerza.

—Mira niña, mis favores no son gratis. Tienen un precio que debes pagar.

—Agente, no me gusta como me está hablando. Así que le sugiero que me suelte antes de que hable con recursos humanos por su comportamiento. —Liberó su agarre dándote oportunidad de caminar a la salida, aunque no fuiste lo suficiente veloz. Consiguió pescarte del cabello y diste un gritó ahogado, pues con una de sus manos cubrió tu boca. Te arrojó contra el escritorio y te quejaste del dolor.

—Guarda silencio, perra, o te cortaré el cuello. —Comenzaste a luchar con todas tus energías, lamentablemente él era más fuerte que tú. Golpeo tu nuca con un objeto desconocido aturdiéndote lo suficiente para girarte boca abajo, no desperdició el tiempo y sin importarle más desgarró tu ropa. —Me gusta que peleen, eso me excita tanto —trataste de moverte, pero su peso te lo impidió. Sin previo aviso entró en ti, mordiste la mano con la que controlaba los quejidos que salían de tu boca y él sonrió satisfecho. —Esto es lo que ganas cuando provocas a los hombres, no puedes ir por el mundo usando esas faldas tan cortas y sonriendo con tu cara de niña buena. —Gruñó antes de morder tu oído. —Mira lo que te has ganado, ¿creíste que no tendrías un castigo por andar de calienta pollas? Me has coqueteado desde que nos conocimos... Di que te gusta, como te lo hago —dejo de cubrir tu boca —¡Dilo!

—Me gusta —tus palabras se rompieron contra tus dientes.

—¡Pídeme que te dé más! —guardaste silencio, no eras capaz de decir eso, mordió tu espalda y soltaste un alarido. —Te di una orden.

—Por favor, déjame. Me duele mucho —le suplicaste, tus párpados estaban hinchados y tu semblante reflejaba angustia —por favor, no dire nada. —Se detuvo un momento, solo para abofetear tu cara.

—¡Pídeme más! —temblaste del terror al apreciar sus ojos.

—Quiero más. —Aguantaste las ganas de vomitar ante esas últimas palabras que te obligó a decir. No supiste cuanto tiempo pasó hasta que terminó llenando tu interior de sus fluidos calientes, besó tu mejilla al quitar su peso de tu espalda.