What If...? MARVEL

Sylvie y Loki (Tercera parte)

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Después de dos largas horas por fin arribaron a la casa de los Romanogers, reconociste los autos de Tony y Clint, suspirando. No querías que Alya se aburriera con los cuentos pésimos de tu cuñado. Miraste tus ojos por el espejo de tu maquillaje en polvo esperando a que no se notara tanto que habías llorado. En el momento que el vehículo se detuvo, abriste tu puerta para después ir atrás a ayudar a bajar a los dos niños. 

La pequeña rubia de ojos azules se aferró a tu mano con fuerza, era la primera vez que asistía a una comida con los vengadores sin sus padres y eso la hacía ponerse nerviosa.  Te inclinaste quedando  a su altura y llevaste unos mechones de su cabello detrás de su oído. 

—¿Qué pasa princesa? —le preguntaste tratando de sonar tranquila. Loki te miraba siendo discreto. No quería incomodarte o que volvieras a llorar.

—No quiero entrar, tengo miedo — hizo un puchero  suspirando profundo —¿Podemos volver a su casa? 

—Cariño, mis padres están de visita —trataste de explicarle, pero el menor de los azabaches te interrumpió. 

—No tengas miedo, Alya. Puedes quedarte conmigo y Fanny toda la tarde si lo deseas — Elliot estiro su mano para que tu sobrina la tomara.  La niña le sonrió de manera dulce y enredó sus deditos con los de él. Ambos subieron las escaleras del porche sin esperarte.

—Elliot, conoces las reglas —le advirtió el azabache mayor, tu esposo puso su brazo para que te sujetaras, negaste con la cabeza, la sola idea de fingir que estaba todo bien te enfermaba. 

—¿Cuáles reglas? — indagaste con curiosidad. Loki se detuvo respirando profundo. 

—Estar siempre a la vista de algún adulto, no ir al bosque solo, no acercarse a la estufa o cualquier cosa caliente y no apuñalar a Thor. 

—Oh — rascaste tu brazo — son buenas, solo trata de no ser tan duro. Hace su mayor esfuerzo para adaptarse a esta vida. 

—Sería más fácil si lo lleváramos al psicólogo infantil que nos recomendó Barton — miraste el suelo antes de continuar caminando — ¿vas a hacer eso siempre que diga algo que no te gusta? 

—No, solo no quiero cagarle el día a mi hermana — cruzaste los brazos — le pediré a Maria que investigue al psicólogo y sacaremos una cita lo antes posible. Necesito estar segura de que Elliot estará cómodo  en terapia. 

—______, Barton lleva a su hijo con él. Es obvio que lo han investigado — sus ojos azules se clavaron en ti — tienes razón, no hay que fastidiarles el día a los demás solo porque no te haces cargo de tus responsabilidades como madre. 

—No puedo creer que has dicho eso — cubriste tu boca sacudiendo la cabeza, no querías comenzar un pleito en casa de tu hermana —trato de hacer lo mejor que puedo y es injusto que me lo eches en cara. 

—Te vas de casa antes de que Elliot despierte y regresas una hora antes de que se vaya a dormir, ¿eso es hacer tu mejor esfuerzo? —gritó apretando el puente de su nariz, estabas a punto de abrir la boca para contestarle cuando alguien te interrumpió aclarando la garganta.

—¡Mapache! — Yelena paso su brazo izquierdo por tus hombros, fingiendo estar  animada — tus niños están viendo su pelea — murmuro en voz baja con una sonrisa es sus labios, volteaste hacia la entrada de la casa de tu hermana mayor. Tu corazón se hizo pedazos al notar que Alya escondía su rostro en el cuello de Wanda mientras Elliot sostenía a Fanny contra su pecho.