happier.

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Nunca debí conocer a sus amigos.

La primera impresión que me lleve de ellos cuando entraron a nuestro departamento fue la misma que me llevé de Taehyun en nuestro primer encuentro dos años atrás.

Tenían rostros hermosos, vestían como una banda de rebeldes y sus ideas y maneras de hablar eran revolucionarias, únicas, diferentes. Chicos sacados de películas adolescentes a los que nunca lograría parecerme.

Y lo más destacable...

Tres de ellos se apellidaban Choi.

Estaba Choi Soobin, un chico que encajaba perfectamente en el canon de belleza, con un humor ácido y hoyuelos que suavizaban sus sardónicas risas.

Choi Yeonjun, el mayor de todos, encantador, coqueto y elegante, con una mirada profunda que ocultaba más secretos que el mismísimo vaticano.

Choi Beomgyu, bromista, lindo, amable, pero peligroso, porque se veía exactamente como el tipo de persona que no tenía piedad, como un animal bonito pero venenoso.

Y Hueningkai, con quien pude relajarme porque se apellidaba diferente, y también, porque de todos tres era el único que desprendía sinceridad, ojos como limpias ventanas, puro y sencillo a pesar de tener una apariencia envidiable.

No ayudó en nada a mi inseguridad que Taehyun se riera tan fácil con ellos. Que él soltara mi mano en cuanto uno de ellos lo llamaba, que se comportara lindo como una flor.

En mi mente traté de ser razonable. Ellos no se habían reunido en dos años y pico por motivos que yo desconocía, claro que iban a estar todos melosos y juguetones.

¿Verdad?

No es que Taehyun estuviera mejor con ellos que conmigo.

¿Verdad?

Porque fui yo quien lo apoyó cuando aquella persona lo abandono a su suerte. Fui yo quien lo sanó.

¿Verdad?

Kai los miraba con desconcierto, y a mi con pena.

¿Por qué?

Despues de un rato pareció tomar una complicada decisión y se acercó a mi. Exhaló susurrando en mi oído, jugándose su lealtad por la justicia:

—Voy a decirte tres cosas —tragó saliva— el helado favorito de Beomgyu es fresa, a Soobin le gusta componer canciones, y Yeonjun solía ir al psicólogo.

¿Qué tenía eso que ver conmigo?

Detuve a Kai antes de que se alejara, porque yo ya sabía qué tenía que ver conmigo.

—Respóndeme algo —casi supliqué.

Él asintió.

—¿Quién de ellos lo traicionó?

Me esperé cualquier respuesta menos la que Kai acompañó con una indescifrable mirada.

Él los traicionó a ellos.

En definitiva, yo nunca debí conocerlos, en el fondo ya no quería saber nada sobre el pasado de Taehyun.

Si era más feliz conmigo o no, ya no importaba, mientras me eligiera.

Si era más feliz conmigo o no, ya no importaba, mientras me eligiera

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Sour. | taeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora