Capítulo 24. Eres la chica que amo

23 1 1
                                    

-Maldita sea son la seis, ¿por qué no te has ido?.-

-Tengo que hablar contigo.-repite lo mismo de hace rato.

Te odio.

Me quitó el cabello de la cara, desesperadamente, posiblemente parezca una loca-Si, de acuerdo, ¡me tienes fastidiada, así que ¡maldita sea!,habla.

-Perdón, por lo que te hice.

Joder contigo.

-Voy a matarte si no sales de mi habitación.

-Cuando me fui aquel día, te pedí perdón, pero no lo hiciste, no me perdonaste y quiero estar aquí y que no me odies.

No puedo hacerlo.

-El perdón se gana.-le digo

-Es lo que estoy intentando.

Se acerca a mi hasta tomar un mechón de mi cabello, eso hace que mi corazón se acelere.

Joder, ¿por qué aún me sigue afectando?

-Pues...no lo estás consiguiendo.

-Pero lo intento, no quiero que me odies, ya no quiero que me rechaces. Cuando me ignoras eso me enloquece.

>>Y necesito que lo hagas, necesito que me perdones.

-Te perdono.

-No es cierto-lo niega rápidamente- No lo haces, tú dijiste que no lo hacías no puedes cambiar de opinión en segundos.

-De hecho si puedo y ya lo hice así que acepta mi perdón o vete.

Respira profundamente pensando, tonto.

No es tán imbecil como para no aceptar mi perdon, Tiene una sola oportunidad.

-No lo haré, no acepto tu perdón.

-¡Bien! ¡Entonces vete!.-le grito ya fastidiada de está conversación tonta y sin sentido.

Tocan la puerta.

Maldición.

-¿Estas bien?, es solo que creí haberte escuchado hablar con alguien más ,pero no por que son la de seis y papá mamá están dormidos...¡a menos que!

Abre la puerta

Doble Maldición.

-¡Aléjate, aléjate de de ella.

Mi hermano bien hacia el y lo toma fuerte de la camisa, apartándolo fuera de mi habitación, el le grita fuerte, haciendo un gran escándalo.

Mis padres me van a matar.

Lo sigo diciendo que lo suelte por que no quiero que le haga daño, pero parece están tan enojado que no me escucha.

Pero ya, no quiero meterme en más problemas haciéndoles creer a mis padres que yo lo metí a mi habitación, así que dejando de insistir, regreso a mi habitación y cierro la pue puerta, allá afuera que le grite lo que quiera.

Me daré una ducha

Si, a las seis de la mañana.

Y entonces a mi mente viene Jack.

De tanto pensar para saber por qué su cara me parece conocida, solo es un vago recuerdo, tengo está corazonada de que el estuvo a mi lado.

En alguna parte de mi vida tuve que a ver conocido a Jack Michel.

Pero no lo recuerdo.

Solo tengo su rostro en mi mente y esta sensación de que lo he visto.

Odio no saber que sucede, esa sensación me frustra.

Desde que te vi  I EN PROCESO IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora