The fragility of a smile

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Este capítulo es más de relleno, lo interesante viene después, pero es necesario porque no puedo escribir drama si no hay contexto.

Si veo que esto tiene apoyo el capítulo que tenía planeado para la próxima semana lo subo mañana mismo ✨

Y para recordar que esto es un All x Takemichi.

Sin más, continuemos.

Takemichi no recuerda su vida antes de ToMan, y tal vez olvide lo que fue después, pero algo de lo que nunca se podrá deshacer, es del recuerdo de cuando todo se vino abajo

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Takemichi no recuerda su vida antes de ToMan, y tal vez olvide lo que fue después, pero algo de lo que nunca se podrá deshacer, es del recuerdo de cuando todo se vino abajo.

Pero me estoy adelantando, y tenemos que ir por partes.

Déjame contarte una historia sobre un héroe.

Desde que tiene memoria, Takemichi siempre fue distinguido como un sol. Esa sonrisa plasmaba la más pura inocencia que un niño podía reflejar. Takemichi brillaba incluso sin darse cuenta, y cuando escuchó la palabra héroe por primera vez, brilló aún más. Al poco tiempo esa palabra se convirtió en un sueño, y posteriormente, en una meta. Takemichi quería ser reconocido como un héroe. Era débil, lo sabía, pero eso no lo detuvo, al contrario, le dió un motivo para superarse. Quería ser alguien. Ese alguien que a pesar de no tener lo necesario para ser considerado un héroe, pudiera serlo.

Y todo eso se cumplió cuando entró a ToMan.

Oh, pobre chico, te has metido en un nido de dragones.

Conocer a Manjiro Sano fue como estamparse de lleno contra una pared. El líder de ToMan cambió la vida de Takemichi en todos los sentidos, tanto para bien como para mal, aunque se negara a admitirlo.

Al principio —como en cualquier cuento— todo fue felicidad. Takemichi se había convertido en el héroe de ToMan tras salvar a Draken en la pelea contra Moebius, y evitar que Baji muriera en el Bloody Halloween. También impidió que Kazutora fuera arrestado, logrando llamar la atención de más de una pandilla, volviéndose bastante conocido. Ese fue el principio de los celos de Mikey. Él lo había encontrado y, por ende, Takemichi le pertenecía de una forma u otra. Para su buena —o mala— suerte, Takemichi nunca notó las actitudes posesivas de los miembros fundadores hacia él. Su sentido común al igual que su sensatez habían desaparecido en medio de las atenciones que los capitanes y vicecapitanes le brindaban.

Todo era —básicamente— como un verdadero cuento de hadas, claro, con pandillas y delincuentes incluidos, pero aún así un cuento de hadas.

Hasta que Takemichi tuvo que vivir y soportar, en primera fila, los impulsos oscuros de Mikey.

Todo se fue deteriorando. Mikey se volvió controlador e insistente. Si antes veía a Takemichi como el reflejo de su hermano, ahora estaba dispuesto a convertir a Hanagaki en Shinichiro, y siendo Manjiro el líder, todos lo siguieron sin protestar. Takemichi no pudo negarse, ¿qué sería de él si lo hacía? Prefirió no arriesgarse, dejando así que hicieran de él lo que quisieran. Lo cambiaron por completo, y si no le tiñeron el cabello fue porque Mikey conservaba un raro apego por el rubio chillón. Por supuesto, las comparaciones no se hicieron esperar, y Takemichi se vió obligado a bajar la cabeza y mantenerse callado. No lo entendía. Él no era Shinichiro, pero todos creían que sí, y la peor parte era cuando no lograba actuar acorde a sus exigencias, teniendo que llevarse las miradas de decepción a casa durante toda la noche.

The darkness of a heroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora