―Emm…-tartamudeó.
―Porque somos excelentes amigos, ¿verdad, Bryan?-interrumpí.
―Claro-dijo el interpelado.
―Chicos, les daremos privacidad. Bryan y yo iremos a mi habitación-tomé la mano de Bryan mientras que con la otra aun sostenía el ramo-. Vamos, Bryan-lo llevé hasta mi cuarto, mientras que éste trataba de comprender mucho más todo lo que había ocurrido antes.
La mirada inquisidora de Sharon estaba a mis espaldas y la de Alonso, desconcertado, también nos seguía, hasta que nos deshicimos de ambas al cerrar la puerta.
Cerré los ojos y suspiré.
―Dios…-murmuré, aliviada.
―¿Qué acaba de ocurrir allá afuera?-preguntó, Bryan.
Le miré y suspiré de nuevo, era hora de contarle todo.
―Tenemos que hablar, Bryan-dije y le hice seña de que se sentara sobre la cama entre tanto que yo me sentaba a su lado y ponía el ramo sobre la almohada.
―¿Qué pasa?-preguntó, inquieto.
―¿Recuerdas ayer cuando te dije que si alguna vez te había gustado alguien prohibido?-inquirí, en voz baja.
Él asintió.
―Bueno…-guardé silencio por un minuto, mientras que los ojos chocolate de Bryan esperaban que siguiera hablando- creo que estoy enamorada de Alonso-admití, casi con un hilo de voz.
―¡¿Qué tú qué?!-farfulló.
―¡Shhh!-exclamé, para que bajara su tono de voz-. Jos me hizo darme cuenta de ello.
―Pero es el novio de Sharon, y ella es tu mejor amiga-musitó, con un leve tono de desesperación.
―¿Y crees que no lo sé?-dije, triste- Pero uno no decide de quién enamorarse-cité, lo que hace unas horas había aprendido de Jos.
―¿Y lo de la rosa?
―Bueno, Sharon llegó ayer y la vio tendida sobre la mesa de centro, me preguntó que si fuiste tú quien me la había dado y dije que no, ya sabes, no quería que empezara a especular más de lo que ya lo hace; entonces le dije que era Alonso quien se la había dejado a ella, porque no podía decirle que su novio me la había dado a mí-expliqué.
―Eres una gran amiga, Alice-me acarició el hombro.
―Claro que no, ¿qué clase de amiga se enamora del novio de su mejor amiga?-dije, en un chillido ahogado.
―Bueno, exceptuando eso. Entonces, ¿te molesta que yo…? Ya sabes.
―Bryan, no quiero usarte para darle celos a Alonso-bajé la cabeza.
―No siento que me uses. Aunque Alonso sí se pone celoso, cosa que no debería.
―Eres un gran amigo para mí, Bryan. Es así como yo te veo. Discúlpame.
―No tienes que pedir perdón por eso, Alice-sonrió-. Eres muy linda, claro, pero también eres una amiga para mí.
―Gracias, Bryan.
―¿Y ahora qué piensas hacer?-me preguntó.
―Trato de ignorar a Alonso.
―¿Por eso no le abriste la puerta?-rió.
―¿Cómo sabes eso?
―Mi tía me dijo que lo vio sentado allá afuera, como si esperara.
Suspiré.
―No siempre podrás evitarlo, Alice-me dijo.
―Ya lo sé.
―¿Sabes? A lo mejor no es enamoramiento, simplemente es… deslumbramiento muy profundo-trató de animarme.
―¿Qué diferencia hay?
―Que en uno estás enamorada, en el otro no-rió, pero su broma no provocó nada en mí e inmediatamente volvió a la seriedad-. Cuando me ocupes, sabes que voy a estar allí-me acarició la rodilla.
―Gracias, Bryan. En serio, gracias.
Una vez aclaradas las cosas, Bryan y yo pasamos el rato riéndonos, aunque mi risa no fuera con mucho sentido.
―Creo que ya es hora de irme. No quiero perderme la cena-dijo Bryan, sobándose la panza.
―Está bien. Ojala podamos vernos mañana-sonreí.
―Claro.
Me paré para abrir la puerta de mi habitación y Bryan me siguió. En cuanto la madera me dejó ver la escena exterior, deseé cerrarla de nuevo de un solo portazo. ¿Cuántas veces se necesitaba ver la escena amorosa entre Alonso y Sharon para que mi corazón se rompiera por completo? Me paré en seco y Bryan detrás de mí. Alonso y Sharon se separaron y sus bocas volvieron a ser dos. Algo dentro tironeó mi corazón
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Manual de lo prohibido |Alonso Villalpando Fanfic| Adaptación
Fanfiction>> A veces lo que más deseas es lo que no puedes tener<< Dos amigas. Un perfecto chico. |Adaptación|