Capítulo 14

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¿Quién eres?-pregunté, ya que su rostro me era conocido, sin embargo, también me parecía una persona extraña.


Tu otra yo-me dijo.


Me solté a reír.


Sí, claro. No puedes ser mi ‘otra yo’; ¡yo no me pondría jamás esos tacones tan altos!-señalé sus pies.


Sí, bueno; pero resulta que yo hago cosas que tú normalmente no harías. Como por ejemplo, aceptar que me gusta Alonso.


¿Alonso Villalpando?-vociferé, echándome hacía atrás.


¿Lo ves?-dijo de lo más tranquila- Tú no lo aceptas, yo sí.


Alonso no me gusta, ¿estás loca? ¡Es el novio de Sharon!


Deja la histeria que sabes que tengo razón.


Demente-farfullé.


Bueno, ¿y qué si no fuera novio de Sharon? ¿Aceptarías que te gusta?


No.


Ella rió y su risa burlona me incomodó.


Claro, porque si no fuera novio de Sharon, quizá no lo hubieras conocido-pensó.


No me gusta Alonso-dije, tajante.


Repítelo hasta que te lo creas, porque a mí no me engañas-me sonrió-.


¡Guarda silencio!


¿Por qué? Nadie puede oírnos, sólo estamos tú y yo. Si aceptas que Alonso te gusta, dejaré de molestarte.


No-me crucé de brazos.


Como quieras-se encogió de hombros-. A fin de cuentas para eso estoy yo.


No sé de quién seas la otra parte, porque de mí no.


Como digas-manoteó restándole importancia a mi comentario-. Pero ten en cuenta que yo, sí acepto que Alonso  me gusta y no olvides que sí soy parte de ti.


El sudor me perlaba el rostro cuando me desperté jadeante entre las sábanas. Eso sí que había sido una pesadilla. Un extraño y loco sueño, nada más. Miré el reloj, eran las ocho de la mañana. Recordé los planes que tenía con Bryan y salí disparada de la cama para bañarme y vestirme.
Salí entonces a buscar a Bryan pasadas de las nueve treinta, y como siempre, esa bonita sonrisa en su rostro de ángel me alegró la mañana.


Hola-me saludó.


Hola.


¿Lista para irnos?


Claro.


Enredé mi brazo al suyo y nos encaminamos a su mustang antiguo, color negro. Me abrió la puerta y luego puso el auto en marcha. El motor rugió bajó nosotros y las llantas comenzaron a rodar.


¿Por qué ayer hablabas tan bajito? ¿Quién no querías que te oyera?-me preguntó.


Solté una delicada risita tonta, y sentí que enrojecí un poco.


Sharon y Al... Alonso.


¿Por qué? Déjame adivinar, las especulaciones de Sharon-rió.

Manual de lo prohibido |Alonso Villalpando Fanfic| AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora