Capítulo tres

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Las cosas estaban en completo silencio... Bueno, era algo obvio, después de todo eran a penas las cinco y media de la mañana. Las únicas personas que se habían levantado a esas horas eran ambos patriarcas, El Cid y Mu — este último por haberse caído de la cama —. El resto descansaba profundamente, pero... Ustedes se preguntaran qué fue lo que hablaron las diosas, los patriarcas y el viejo maestro... Bueno... Veamos...

...

— Les contaré lo que encontramos — dijo serenamente Saori — En un libro encontramos una profecía, decía algo así: "lo que falta ha de ser encontrado, los santos de Athena, quien viven para servirle, han de encontrar y disfrutar aquello que se ha callado".

— Oh... — exclamaron Dohko y Shion con miradas cómplices.

— ¿¡En serio!? — Sasha estaba feliz, sus caballeros podían llegar a ser felices — Pero eso no explica el por qué llegaron hasta aquí...

— Eso es algo adicional, aparte de la profecía se encontraba un ciclo, algo de que ciertas estrellas se alineaban a la perfección, algo que solo ocurre una vez cada 500 años — todos escuchaban atentamente a la pelimorada —, según la antigua mitología estas eran capaces de abrir un portal... Pero no sé la razón por la cual se abrió en el santuario.

— Tal vez un evento paranormal que se manifiesta en distintos lugares del mundo y uno de ellos justo calzó con el santuario, tal vez fue atraído a la cosmoenergía de usted, señorita Athena — respondió Shion con una pose pensativa.

— Ya veo... ¿Pero como podrán volver?

Ante esa pregunta los tres del futuro se quedaron callados y se miraron unos a los otros, dudosos.

— Esto... Nosotros teníamos el libro... — comenzó a divagar la Diosa del presente/futuro — Debe de haberse caído cuando nos estrellamos en el suelo —  todos se miraron entre sí con un silencio largo.

— ¡Hay que buscar el libro!

Solo esperaban que siguiera en donde se supone que debía haber caído.

...

Los patriarcas, las diosas y el viejo maestro buscaron por todas partes, al final, eso ya cuando el sol se iba poniendo, encontraron dichoso libro. Sin prisa y demora hojearon su contenido, sorprendiéndose con todo lo que tenía... Hasta que llegaron a dichosa página.

— ¿¡Quée!? ¿¡No podremos irnos hasta que pasen tres meses!? — Dijo Dokho en cuanto escuchó lo que leyó su amigo — Es decir, ¿qué estaremos en el Siglo VXIII otra vez, Shion?

— Sí, Dokho... Así es... — sentenció el Patriarca releyendo el libro.

— Bien... Entonces no podemos hacer nada más, ¿cierto? — preguntó la Diosa de aquel Siglo.

— Al parecer no, señorita Athena — respondió el viejo Patriarca.

— Esta bien... — dijo la anterior reencarnación de la Diosa — Entonces son bienvenidos al Santuario, espero que se sientan a gusto durante esta estadía.

Los tres inclinaron sus cabezas a modo de agradecimientos.

— ¿Ocurre algo? — preguntaron las Diosas al mirar a Shion y a Dokho.

— N-no, señoritas Athena... Es solo que estábamos pensando...

— ¿Por la profecía?

— Exactamente, es más creo tener algunas ideas de la razón.

Ambas Diosas se vieron de reojo, igual como Dokho y Shion se vieron hace un poco atrás, el viejo patriarca solo veía a esos jóvenes y no pudo evitar sentir miedo (Teenagers scare the living sh*t out me), las dos pelimoradas miraron a los tres hombres, en donde solo los más jóvenes se miraron con complicidad y el miedo de Sage aumentó.

¿Cómo llegamos al pasado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora