Capítulo 4

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Luego de esos dos sonrojos extremos, retomé mi caminata. Estaba por llegar a mi salón cuando escucho que alguien grita mi nombre, no le doy importancia y sigo caminando, pero para mí mala suerte, era la chica molesta del otro salón, Alex Lee.

Veo como la chica corría hacia donde me encontraba, cuando está lo suficientemente cerca puedo notar que tiene venditas en la nariz, mentón y mejilla izquierda ¿Qué le paso ahora? No preguntaré ya que no es de mi incumbencia, pero antes de que pudiera suspirar, Lee ya me estaba "Retando" a un duelo otra vez ¿Cuándo va a terminar este infierno de los duelos? Aún más importante ¿Cómo es que tiene tanta energía? Es una súper humana o muy tonta. Debo deshacerme de ella rápido o mis mañanas van a ser aún más movidas de lo que ya son por quedarme dormida y llegar a las garras de la vicepresidenta ¿Qué pasa si yo elijo el duelo esta vez? Si escojo algo sencillo, no me dará dolor de cabeza después.

—¿De verdad quieres luchar hoy?

—¡Claro!

—Piedra, papel o tijeras.

—¿Por qué lucharemos con un juego de niños? — Lee me mira confundida.

—¿Lo dice la chica que quería correr por la escuela?

—¡Eso si es una batalla de verdad! ¡Eso es deporte!

—Pero yo nunca decido, así que hoy elijo piedra, papel o tijeras.

Lee me miraba desconcertada, pero no tardo en aceptar el reto que había propuesto, mi plan fue un éxito ¡Hoy no tendré que gastar energía innecesariamente! Comenzamos a jugar y finalmente gané ¿Quién diría que las clases espartanas con Luke servirían de algo? Gracias Luke, gracias por nunca dejarme ganar en los juegos cuando era pequeña, muchas gracias por heredarme la habilidad innata de darme cuenta que va a hacer mi contrincante unos segundos antes de que lo haga, has salvado mi sedentarismo el día de hoy.

Lee cayó de rodillas y aceptó su derrota, estoy segura que una extraña aura depresiva rodeaba su cuerpo en ese momento y por muy raro que parezca, recordé aquellos días cuando jugaba con mi hermano mayor y perdía todo el tiempo contra él ¿Este es el sentimiento de la victoria? No negaré que me gusta.

Después de eso dejé a Lee en el suelo con un aura de tristeza rodeándola, me fui al salón. Ahí estaba Noel durmiendo tranquilamente como siempre, este chico es un flojo y el día en que no lo vea dormir sabré que algo raro pasa con él. Estuve a punto de despertar a mi amigo, cuando una chica de mi clase me hizo unas señas extrañas y no tuve más opción que ir a ver lo que necesitaba de mí. Fui a la entrada del salón, ahí estaba la chica, con una carta en su mano.

—Por favor ¿Le darías esto a Noel?

—Pero deberías dársela tú ¿No crees?

—Bueno, es que no creo ser capaz de hacerlo ya que Noel no se lleva muy bien con las chicas.

Entonces ¿Cómo es que él habla conmigo? ¿Acaso yo no estoy clasificada como una "Chica" para ese idiota? Sabía que Noel era famoso entre las chicas, pero nunca pensé que llegaríamos a esto. La chica siguió suplicándome hasta que finalmente acepté, ella sonrió de oreja a oreja diciéndome "Gracias, sabía que tenías corazón" ¿Qué demonios significa eso? Mis compañeros piensan muy mal de mí, pero ahora todas las chicas de mi clase me verán como "La mensajera cupido" Para sus cartas de amor hacia Noel, definitivamente eso no estaría bien para mi idea de pasar los días durmiendo o comiendo como lo hace él ¡¿Por qué nadie me dijo que este tipo era un rompecorazones?!

Después de eso tuvimos la última clase, si no me equivoco fue de matemáticas por ende Noel está totalmente dormido. El profesor salió del salón y al instante el idiota despertó, comenzó a hablar como si no lo hubiera hecho por días ¿Cómo lo hace? ¿Cómo puede despertar justo en el momento indicado? Yo quiero un poder así, necesito un poder así. Al instante vinieron dos sonrisas a mi mente ¿Por qué la gente extraña me anda persiguiendo? Primero el gato estúpido de ojos azules, ahora la hermosa diosa de ojos ámbar ¡Quiero dejar de encontrarme con personas tan atractivas! No pude evitar suspirar, al instante Noel puso sus ojos sobre mí ¿Por qué me mira tanto? Cuando iba a preguntar qué le sucedía, él se me adelanto.

La chica de la bufanda rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora