Capitulo 5: Una vida simple

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- ¿Como acabaste allí?- exclamó Euphemia Potter, su hijo aparentemente había chocado contra el tejado de la casa de la vecina.

- Yo...- balbuceó James-...quería observar las estrellas.

- ¿De día?

- Ahm...¡hay que estar preparado!

Las ocurrencias de James Potter siempre terminaban siendo graciosas. Éste muchacho parecía único en su clase. Desparramaba alegría por doquier, tanto en cenas familiares como en simples caminatas por los parques; cosa que su madre elogiaba mucho. Euphemia era una mujer con carácter, sin embargo, no tenía escrúpulos para poner a James en sus casillas, de todas formas, lo acababa consintiendo de cualquier modo que fuese posible. Su padre no iba por distinto camino. James era hijo único.

No importaba lo que sucediera, a James le encantaba bromear. En el parque, sujeto a un sapo y lo puso en los pantalones de un señor muggle ya mayor. Fleamont no castigaba a su hijo por sus travesuras, y eso no impedía el temperamento de su esposa, que insistía en que, de vez en cuando, James debía ser castigado.

Con los años mejoró, no dejo de hacer bromas, sino que pudo evitar que sus padres lo descubrieran haciéndolas.

Aún así, con sus once años, su madre no podía aguantar no sollozar.

Poco antes de cumplir once años, James se la pasaba con su padre, demostró ser un chico muy brillante. A pesar de que su padre haya dejado esa vida creando pociones, su hijo, no demostró querer seguir aquel legado. James era un joven inteligente, pero no tenía muchas energías, no procuraba su gran potencial para expandir su mente, prefería disfrutar de pequeñas cosas, como divertirse.

Euphemia logro bajar a su hijo de aquel tejado antes que la señora Smith se enfadará por ese acto.

- ¿Cómo ha salido tu práctica?- preguntó Fleamont mientras leía el diario.

- Te sorprenderías- espetó Euphemia-. Tu muchacho se estrelló en el techo de la señora Smith.

- Define estrellar- pidió James-. Solo intentaba una nueva maniobra, ya sabes...¡AY!

- ¿Que sucede?

El brazo de James parecía dolerle. Euphemia se acercó y examinó que no haya ninguna rotura.

James se sentó en el sofá sujetándose el brazo derecho.

Hoy tenían una cena con una vieja amiga de Fleamont, Miriam. Se conocieron en Hogwarts, desde entonces se convirtieron en mejores amigos, ella era de las pocas que no se reía del nombre de él. El señor Potter había sufrido mucho bullying por su nombre, le afecto bastante, sin embargo, saber que llevaba el apellido de soltera de su madre, lo reconfortaba.

La mencionada amiga vivía en Hogsmade, por las cabañas.

Tienetres hijos, Ether, Violet y Lila Stronger; son gemelas. Tienen la edad de James. Sin embargo, Miriam se encuentra viuda, su marido desapareció sin dejar rastro alguno. Cree que lo han asesinado, pero no se sabe con exactitud. Aun mantiene cierta esperanza de volver a verlo.

- ¿Bien?- James temía que su brazo esté roto.

- Probablemente un esguince, nada de que preocuparse- le aseguró Euphemia.

Prepararse solía resultar aburrido para James Potter, podía pasarse toda la tarde sobre su escoba, aunque de vez en cuando su madre insistía en que era muy joven o podría lastimarse.

Seguramente no comprendía lo que James sentía encima de su escoba. Él podía volar, ya qué de eso va, pero la libertad que emana estar a tantos metros lejos del suelo es indescriptible. El poder que tiene o cree tener con tan solo volar por unos segundos.

The boys of the 70s: Something newDonde viven las historias. Descúbrelo ahora