Cambio de planes.

Tony Stark

Capítulo 12

Las misiones del Capitán América iban en ascenso. No había persona que no viera la victoria en manos del misterioso hombre.

Cada paso era grabado para ser presentado al público y aumentar su esperanzas.

—¿Ese no es Potts? —Gritaron mientras Phillips lo miraba irritado.

En la cinta, Steve se mostraba cohibido al ser descubierto llevando una foto del castaño en un amuleto que siempre cargaba. En la misma, se veía claramente como la escondía con recelo.

Tony se enderezó y aflojó la corbata de su traje.

Peggy a su lado carraspeo incómoda y Phillips rodo los ojos.

—Alphas enamorados... —Gruñó el coronel—, solo es una pérdida de tiempo.

Los demás cadetes aullaron y silvaron como unos verdaderos animales. Tony negó ante la vergüenza.

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El vientre de Tony comenzaba notarse. Según sus cálculos, llevaría unos cuatro o cinco meses.

El tiempo pasaba volando.

—¿No debería estar descansando? —Peggy llegó con una sonrisa en el rostro. Sus ojos se dirigieron al vientre abultado—. Esta creciendo rápido.

— Lo sé. —Tony le regresó la sonrisa—. Debería, pero hay asuntos que aún debo atender. —Dijo mientras cerraba la libreta donde tenía los cálculos que le ayudarían con la armadura abandonada en alguna de las fábricas de Brooklyn.

—No soy capaz de comprender que es lo que tanto apunta. —Comento divertida la castaña. Tony rio con ella.

Peggy, sin saberlo, se había convertido una vez más en el salvavidas de Tony. De alguna manera, indirecta o no, su tía Peggy se había convertido en su apoyo en esa época tan difícil.

Ella y Steve.

—Creí que el vientre de un Omega macho sería más pequeño. —Peggy acercó su mano y después la alejo—. Lo siento.

—Adelante. —Tony la alento—. No creo que le moleste.

La mujer lo miró sorprendida para después sonreír emocionada. Acercó su mano al vientre y soltó una risita nerviosa.

—Es impresionante. —Peggy lo miró con ojos llorosos—. Sé que será hermoso.

Tony asintió más que convencido. Su bebé sería precioso.

Todo el momento mágico fue roto por soldados entrando apresurados. Pronto el ambiente cambió a uno más pesado.

Peggy y Tony se dirigieron a la tienda asustados de una posible baja. El Omega de Tony se removió desesperado.

Sus ojos buscaron una figura alta y fornida; Steve no estaba en su campo de visión.

—¡Tony! —La voz de Rogers lo hizo respirar finalmente.

Cuando sus ojos chocaron con los de Steve no dudo en correr hasta este y recorrer con sus ojos todo su cuerpo buscando alguna posible herida; Steve estaba intacto.

—Amor, no es necesario que corras. —Steve le reprendió con cariño. Luego acarició su vientre abultado y la sonrisa en su rostro se hizo más grande, sin embargo, la gran sonrisa fue remplazada por una mueca de preocupación.

Anthony antes de poder preguntar, vio pasar a Howard. Este tenía un rostro excitado de la emoción e incertidumbre.

—¿Y bien? —Howard miró a todos lados— ¿Dónde está el sujeto?