Cuida a tu hijo ── 𝗗𝗢𝗬𝗨

𝔓𝔯𝔬𝔩𝔬𝔤𝔬

Escuchó a alguien tocar la puerta y al abrirla se encontró a la señora Jung llorando desconsoladamente. La señora entró sin aviso ni permiso escuchando la puerta cerrarse detrás de ella.

De un momento a otro la señora Nakamoto observó cómo la nueva presencia en su casa cambiaba de forma, era algo espeluznante. Nunca había presenciado algo tan aterrador cómo aquello.

Luego de ese instante traumático, vio a un chico, no era una persona mayor, llegaba a los 25 con suerte. El cabello era negro cómo carbón que casi cubría sus ojos. Sus ojos eran fuego, su iris cambiaba de tonos entre rojo y amarillo tal cómo lo hacía una llama, y en su cuerpo tapado por un traje rojo y una camisa negra habían venas de color ceniza marcadas en su piel blanquecina.

──Creo que usted no cumplió con algo ──su voz era espeluznante, de ultratumba que hizo retumbar todo el ser de la señora.

De inmediato ella corrió a la cocina para encender las velas que él le había pedido, dos para ser exactos. Él la siguió sin hablar, pero el sonido de las suelas de sus oxford lisos chocar contra el suelo de madera avisaban sobre su presencia.

Luego de que ella encendiera las velas, escucharon el llanto de un bebé provenir de la sala de estar. La mujer palideció cuando vio al chico adentrarse a aquel lugar y observar a su hermoso hijo llorar sin consuelo alguno.

Él se quedó observando al bebé, era precioso, se notaba que de grande sería un chico extremadamente atractivo.

──Los tratos mal cumplidos no son algo que me encante, así que ya encontré la manera en la que usted podrá cumplir con su parte... Sólo le diré; cuide a su hijo de todos, menos de mí ──su voz cambió repentinamente a una más melodiosa y un poco dulce.

Y luego ese chico desapareció en un chasquido.