TREASURE | ATEEZ [EDITANDO]

Epílogo

.

.

.

El Aurora surcaba los mares a toda velocidad, alcanzando en poco tiempo a ese barco que intentaba huir de sus garras a como diera lugar.

-¿Están listos?- Hongjoong caminó en medio de sus tripulantes, con la cabeza en alto y una sonrisa emocionada surcando su rostro de lado a lado. Jamás se aburriría de aquella adrenalina corriendo por sus venas cada vez que sabía que algo emocionante estaba apunto de pasar.

-¡Sí capitán!- respondieron al unísono los hombres que ya estaban listos  en sus posiciones esperando por órdenes.

Hongjoong no pudo evitar sonreír.

Aún recuerda el día que volvió; después de salir de la cueva con algo dificultad, sus amigos lo llevaron a su barco que esperaba en una orilla de aquella isla. Al subir, los primeros a los que vio fue a Ravn y Hwanwoong. Ambos lo recibieron con tal entusiasmo que, los demás hombres escondidos, desobedecieron las órdenes de quedarse en los camarotes y salieron a ver qué era lo que pasaba.

Y cuando vieron que su capitán estaba de vuelta, hubo exclamaciones de emoción y hasta lágrimas.

Definitivamente todos lo habían extrañado.

Después de salir de aquella isla a la que esperaba no volver jamás, lo pusieron al día de lo que había pasado en aquellos dos años en los que no estuvo; desde Seonghwa convertido en un completo extraño y la ida de Wooyoung y San, hasta las misiones junto al Queendom y sus interminables búsquedas de alguna forma de traerlo de vuelta.

Hongjoong recuerda cómo lloró toda la noche abrazado a Seonghwa al escuchar por lo que todos habían pasado solo por su culpa.

Seonghwa también lloró, dejando salir todo ese peso con el que cargó por esos dos años.

Pero estaban juntos de nuevo, y eso era lo único que les importaba ahora.

Aquel difícil período quedando en el pasado, solo como un mal sueño.

El capitán se ajustó el gran abrigo peludo que llevaba, revisando tener su arma en el bolsillo interior. Sentir una presencia a su lado lo hizo voltear, sonriendo al ver que se trataba de Seonghwa, con la misma sonrisa petulante en la cara que él mismo llevaba; con su cabello gris peinado hacia atrás y el corsé que le quedaba de maravilla junto a ese abrigo largo.

Simplemente hermoso.

Ambos se miraron por un momento, y se dieron un mutuo asentimiento cuando supieron que ya era hora de ponerse manos a la obra; fue el rubio capitán quién dio la orden apenas estuvieron a una distancia ideal del otro barco -¡Ahora!

Tomando impulso, los hombres del Aurora corrieron con toda su velocidad antes de saltar a la cubierta contraria con sus armas en alto, listos para atacar.

Esperando por su llegada, los tripulantes de la otra flota intentaron defender su territorio, aun cuando era casi imposible gracias a la gran diferencia de números entre ambos bandos; el Aurora llevándoles una gran ventaja.

El capitán del Aurora y su compañero esperaron hasta ver que sus hombres, no mucho después, habían logrado someter a los demás para abordar ellos también.

Apenas pusieron un pie en la cubierta contraria, recorrieron con sus ojos a los hombres que los veían con la boca ligeramente abierta y sus ojos casi saliéndose de sus orbitas.

Hongjoong les dedicó una sonrisa macabra a todos aquellos ojos atentos, acercándose al hombre que era sometido por Yunho un poco más allá. Este al verlos acercarse, abrió los ojos con el terror desfigurando su expresión y su labio comenzando a temblar.