Daddy me quiere
[──────────────]—¡Acelera el auto!
Reclamó México empujando a Rusia dentro del coche, USA rápidamente se acomodó a un lado del latino, el chofer que manejaba el auto no espero mucho después de la orden y piso el acelerador con fuerza.
El auto prendió enseguida tomando la velocidad como su única ruta, mientras se estabilizaba el recorrido, Rusia intentaba reincorporarse de su incómoda posición, el empujón de México provocó que se golpeara la espalda, y dolía en la zona afectada.
Los 2 hombres estaban claramente confundidos por las intrigantes y extrañas acciones que hacía el chiquillo, Rusia se compuso en el asiento del auto, busco el rostro de México, ya que el niño escondia su cara entre la camisa, corbata y traje, abrazándolo de una forma necesitada.
—México... ¿Sucedio algo?
Cuestionó el elegante hombre, de pronto, un pequeño quejido cercano a un lamento se escuchó, y después... Los lloriqueos de México arrasaron con el sonido de todo el vehículo.
Rusia alzo la mirada para buscar una posible respuesta con USA, el Yanki igual de preocupado solo levando sus hombros, confirmando que él tampoco conocía lo que pasaba.
—...
Rusia intento separarse del tricolor para poder mirarlo a los ojos y saber la razón de su situación, México debilito el agarre permitiendole al adulto poder entrar a su improvisada muralla que solo trataba de sus 2 delgados y temblorosos brazos, los cuales intentaba a toda costa evitar al ruso.
Para Rusia no fue difícil hacer esos brazos a un lado para al fin dejar libre el rostro de México.
Sus ojos se abrieron ante la imagen tan efusiva, su muchacho orgulloso que se desmoronaba en lagrimas, Se sorprendió al verlo llorar, nunca lo vio de una manera tan vulnerable, observo una mancha carmesí que capto su atención.
—Dios... ¿México, estas sangrando?
—La sangre no es mía...
Es entonces dónde su cerebro soltó una chispa radiante de dudas, examinó el más mínimo centímetro de la cara de México, para hallar una explicación a todo este embrollo.
Pudo encontrar un golpe que se volvía cada vez más rojizo, en su mejilla, como el de un guantazo.
El mayor hizo una mueca encolerizada, ¿Alguien golpeó a México?, el jovencito seguía con esa mirada perdida y con gotas surgiendo de sus ojos, los cuáles nunca miraron directamente al ruso.
Se mostraban indicios de violencia, Como la ropa desaliñadas, su cabello algo desordenado, y sobre todo el hematoma qué se volvía más vistoso.
—México... ¿Tu papá te golpeó?
Una pausa sonora que retumbó el ambiente, que ya de por sí era tenso, USA también estaba impactado por la pregunta del euroasiático ¿Qué padre inhumano golpea a su hijo?.
México paró un momento sus hipidos, y después de unos segundos asintio la pregunta, Rusia soltó un suspiró angustiado.
—Ven aquí, Cariño.
Cargo a México, el imponente hombre lo sujeto hasta dejarlo sobre su regazo, abrazandolo y acariciandolo en forma de consuelo.
Besando cada lágrima que humedecia su piel, tratándolo con una delicadeza tan dulce que empalagaba, como el caramelo más azucarado en el mundo, un sabor extravagante que se podía experimentar sin la más mínima necesidad de golosinas.
Esto hizo llorar aun más al mocito, pues una ternura tan cálida y gentil jamás la sintió tan real, más que consuelo se percibió como una caricia a su dañado corazón.
—Oliver, Llevanos al centro de la ciudad daremos un breve paseo.
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—Estaciona el auto... En un rato volvemos.
Mangoneo USA de forma autoritaria, dejando que el chofer hiciera su trabajo, la herida de Mexico fue atendida dentro del auto, por suerte los daños no dejarían marcas.
—¿Que te gustaría hacer primero, Dulzura?
Pregunto el ruso a México, quien detallaba su propia ropa para no verse tan desarreglado, pensó un poco observando el alrededor, en su mirar se cruzo una feria, llena de personas y multiples juegos, que muchas veces no eran más que estúpidas y vacias trampas para dejar secos los bolsillos de la gente , pero... serviría de consuelo.
Aun así no es como sí Rusia y USA carecieran de dinero.
—¿Podemos ir a esa feria?...
Divulgo el adolescente, los 2 ejecutivos voltearon al lugar señalado, claro que podían ir a ese lugar, de hecho... Era perfecto para pasar el rato.
—De acuerdo...
Caminaron hasta llegar al destino, la corriente de personas era increíbles, los puestos resaltaban con sus luces brillantes que parpadeaban como si de una discoteca se tratase, niños corriendo y haciendo escándalo, además de esos fascinantes algodones de azúcar que eran burlonamente más grandes que un perro de raza mediana.
Era muy interesante... Los padres comprando juguetes, y las parejitas de enamorados ganando premios.
Muchas personas vigilaron con desconcierto a los 3 involucrados, no era de sorprenderse, ¿2 adultos con trajes refinados acompañanos de un muchachito espectacularmente bello dentro de una feria?, extraño de ver, pero no imposible.
Pasaron un buen tiempo jugando y comiendo alimentos endulzados o ridículamente picantes.
. . .
—Mira... Te metere esta pistola por el culo, es obvio que el juego esta trucado... Vendeme ese peluche.
Reclamó USA, quién estaba muy indignado de que la pistola de plástico no tirara la botella de cristal, el quería el peluche de Donald Trump siendo absorbido por un extraterrestre, era terriblemente graciosa y no dejaría que ninguna otro sujeto se llevara esa reliquia tan divertida.
México por otra parte se cagaba de risa ya que el gringo no paraba de insultar no solo en inglés, también en francés e incluso japonés, dejando al vendedor con una cara tan pendeja que era merito de memes.
Rusia no terminaba de velar por la risa del mexicano, la cuál cada vez se volvía más linda y honesta, le alegraba ver a México con los ánimos más alzados.
—México...
El chico dejo de prestarle atención a la pelea de USA para solo fijarse el en adulto, ignorando el alrededor.
—Dime, Rusia.
El adulto se acerco, hasta quedar apenas centímetros separado del menor.
—Me alegra que estés mejor... yo creo realmente que te he tomado mucho aprecio...te quiero.
El corazón bombeo con fuerza, dentro del pecho del latino, sonrió efusivamente lleno de esplendor, sin esperar se aventó al hombre llenandolo de besos.
...
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"Yeαн, cαll мe dαddy"
Teen FictionPor razones del destino Rusia y USA, terminan juntos como compañeros de trabajo, la suerte es un torniquete rodante que los obliga a crear tratados con Imperio Mexicano, en un accidente mortal el imperio ha revelado su secreto, su hermosa cría, Méxi...