2.-Coche.

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La verdad estaba ya la noche encima cuando salieron del restaurante. A pesar de que el coche de Seijūrō estaba muy cerca de ellos, dos personas trataron de asaltarles tomándoles por sorpresa, pero no contaban que el pelirrojo sabia defensa personal y que en cuestión de segundos tenía al par ya sometido.

Parece que los habían estado esperando hace rato a que salieran ya que se notaba que Akashi era un chico acaudalado. Furihata, aunque asustado les había mordido y propinado unas buenas patadas hasta que llego la policía. (Que por suerte en aquel país funcionaba mejor que en la mayoría de países)

Dando declaraciones los hizo demorar más de lo debido y cuando se subieron a su coche estaba bastante oscuro, ninguno quería pasar la noche en su casa, ambos deseaban algo más. A pesar de todo estaban muy acalorados con todo lo ocurrido, pero no había ningún hotel cerca que los alojara esa noche.

Si de algo estaban seguros era de que tenían el cuerpo caliente. Seijūrō condujo el auto hasta una zona algo deshabitada mientras sentía las caricias atrevidas de su pareja en la entrepierna la cual reaccionaba bastante bien a la caricia. Sabía que ninguno aguantaría demasiado, así que paró en un lugar seguro de no ser atrapados y sentó a Furihata en sus piernas de manera atrevida mientras acariciaba su trasero por encima del pantalón.

Desabrochó de manera desesperada el pantalón de Furihata y le bajó la ropa interior para dejarle desnudo de las piernas para abajo mientras lo besaba de manera intensa, siendo correspondido de la misma manera mientras también era desnudado y abierto en la parte de la entrepierna liberando la erección que realmente parece que necesitaba salir con urgencia de la prisión de tela en la que estaba encerrada.

Furihata moviéndose de manera suave, fue besando el cuello de su pareja y bajando de manera suave, besando su pecho masculino y bien formado, su vientre, hasta llegar a aquel miembro que estaba ya bastante grueso y palpitante, deseoso de sentir más. Kōki beso la punta, la lamio y chupo cariñosamente para meterse luego todo el pene en la boca, succionando y apretando un poco con sus labios, tratando que aquella pieza cayera hasta lo más posible de su cavidad. Quería oír a Seijūrō gemir y no podría parar hasta conseguir su objetivo.

Si alguien estuviera cerca de aquel lugar apenas iluminado, solo vería a Seijūrō en el auto sentado, que hacía ruidos que sonaban muy eróticos para quien le oía. Le gustaba, la verdad que si la idea de hacer el amor en el auto siempre le había parecido bastante excitante.

Antes de acabar en la boca de Kōki que con los espasmos de su pareja en cierto momento creyó que recibiría el semen de este, lo separo de su miembro casi con dificultad y abriendo la puerta del auto lo hizo salir. Hacia un poco de frio y Furihata se asustó de que alguien los viera, sobre todo porque estaba semi desnudo, pero antes de que este preguntara fue empujado contra las mismas puertas del auto viendo el interior de aquel mientras podía sentir el pene de Akashi contra sus nalgas.

No sabía si era el olor del auto, la dureza de las piezas de metal o que su amado le sometiera de esa manera, que Furihata estaba totalmente caliente. De hecho, Seijūrō le había penetrado, pero solo la punta sin lubricación y aunque dolía y ardía bastante quería que siguiera. Sin embargo, salieron de su interior haciendo que Kōki hiciera un sonidito de frustración. Su pareja le masturbó y besó en el cuello, las caricias que Akashi le hacían eran justo como le gustaban y eso le ponía más ansioso de sentir a su amado. Unos dedos lubricados y bien preparados le hicieron ensanchar y humedecer esa zona. Furihata tenía los ojos húmedos de placer y ya movía el trasero un poco desesperado.

Fue tomado de la cintura y penetrado de una sola estocada hasta el fondo haciéndolo chillar, Akashi casi no le dejo que se acomodara cuando fue salvajemente embestido haciendo que sus nalgas rebotasen en cada entrada de su amado hacia su interior. Sería para Kōki mentir si decía que no lo estaba disfrutando, no podía ver a Seijūrō, pero podía sentir sus sonidos de placer cerca de su oreja mientras era poseído por su grueso pene de una manera casi brutal, que le hacía chocar el propio contra las puertas del coche, incluso mojarlo un poco con el presemen que salía de la punta.

Kinktober AkaFuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora