Kinktober AkaFuri

19.-Trasero

Kōki lo sabía, lo tenía más que claro, aún así siempre le ponía nervioso que su pareja lo hiciera casi en público. Una cosa es que a Seijūrō le gustase su trasero, la otra es que se lo tocara en cualquier parte.

Aunque si, le gustaba que a su novio le gustasen partes de su cuerpo y le hiciera sentir deseado, que lo manoseara en público le hacía sonrojarse demasiado. No quería que los demás vieran como su novio lo tocaba. Pues ni siquiera le molestaba el toque en su trasero, le gustaba que Akashi tocase su trasero, de hecho, disfrutaba las caricias, lo que no le gustaba era la posibilidad de ser señalados, de ser avergonzados en público y esto su pareja no parecía entenderlo.

En cierto momento Furihata le dedico una mirada seria, pero cuando este no le hizo caso le retiro la mano de manera brusca.

―Ya basta Sei, no quiero...―Le susurro en un regaño cuando estaban en un ascensor.

Su pareja suspiró y se cruzó de brazos manteniéndose serio mientras entraban al apartamento donde vivían juntos. Luego de ello Furihata hizo la cena y comieron, Kōki intentó entablar una conversación con su amado, pero lo notaba serio.

―Lo siento Sei, pero sabes que no me gusta que me toques el trasero en público.

―No había nadie que nos estuviese viendo Kōki, todos se bajaban antes que nosotros porque vivimos en el piso más alto conectado a la terraza. Además, estábamos detrás de todos ellos ¿Crees que alguien realmente nos hubiera visto? Era un toque sutil, no te estaba agarrando de una manera brusca como tú si me apartaste.

―Es que no me gusta la idea solo de pensar que nos digan algo.

―¿Qué tiene? ¿Acaso te avergüenza ser mi novio?

―¡Claro que no! Nunca me avergonzaría de ello, es más...―Lo siguiente lo hablo en un susurro bajito y rápido. ―Creo que tengo miedo de que los demás piensen que soy muy poco para ti.

Akashi frunció realmente el ceño y se acercó a Furihata.

―A mí no me importa lo que digan los demás. Te escogí a ti por sobre cualquier otro porque eres tú quien me cautivo con su manera de ser. ―Le acaricio las mejillas. ― Eres hermoso para mí, único y me encanta tu bello trasero.

―Sei...―Lo abrazó firmemente. ―No me dejes nunca.

―No lo haré, pero te daré un castigo por ser brusco y pensar cosas negativas de ti, sabiendo todo lo que siento por ti.

Acaricio sus labios para luego besarlos de manera cariñosa.

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―Sei...esto me da vergüenza...―Estaba atado de los brazos con la cara casi hundida en el colchón y con un cojín algo grande en la parte del estómago para quedar exponiendo su trasero a su pareja que le miraba de manera pervertida. Kōki solo tenía una camisa puesta, abierta ya exponiendo sus pezones que se rozaban un poco en la tela de las sábanas.
Seijūrō masajeo sus nalgas con sus manos, agarrándolas, apretándolas de manera pervertida. Eran bastante redondas y bien formadas. Las besó de manera cariñosa haciendo que Furihata se sonrojara por aquel acto.

―Te dije que serias castigado Kōki, aunque no sé si llamarlo precisamente un castigo. Acaricio suave con la yema de sus dedos desde el ano hasta el perineo tomando los testículos como si fuera una fruta les masajeo haciendo que el miembro de su pareja reaccionara. ―Por que no se ve que estés sufriendo, simplemente me divertiré un poco con tu trasero. ― Lamio sus nalgas y las rozo con sus dientes en una mordida no hecha, solo quería sentirlas, tocarlas como fuera posible, pero Kōki no podía evitar sentirse caliente con ello. Separaba sus nalgas con sus manos para ver ese lugar donde varias veces había tomado a su novio y que ya era bastante sensible incluso a una sencilla caricia, luego apretaba sus nalgas una contra la otra de manera juguetona sin dejar de moverlas.

―Sei... ―Jadeo un poco queriendo más caricias moviéndose un poco y mirándolo con deseo. ―Por favor quiero...

―¿Qué quieres cachorro? ―Rozo un dedo en el agujero de Kōki metiéndolo suavemente haciéndolo gemir―¿Ya me deseas dentro? Espera un poco...― Sacó de una bolsita que había traído un tubo relativamente pequeño y empezó a trazar figuras en el trasero ajeno como si estuviese decorando un pastel con el líquido color oscuro que salía de él. ―Aún tengo un poco de hambre de tus nalgas. ―Lamio el liquido que sabia a moras y frutos silvestres. ―Tu trasero es mi postre. ―Mientras seguía lamiendo las nalgas aún tenia el dedo insertado en el culo de Furi moviéndolo de manera insistente. Kōki simplemente sentía como de a poco tanto con la lengua resbaladiza que le dejaba el trasero húmedo que con ese dedo en su interior se sentía arder deseando algo más duro, su propio pene estaba contra la almohada que tenía por la parte del estómago.

―P-pero...

Sin avisar Akashi le metió otro dedo en su interior haciendo que casi se sobresalte al sentirlo por completo invadiéndolo, aunque en esa pose era difícil moverse, solo pudo hacer sonidos de placer. Solo se acomodó para que su novio hiciera lo que quisiera con él. Quería tocarse, pero con las manos atadas tampoco podía hacer mucho.

Las nalgas fueron totalmente lamidas, a cada lamida Kōki sentía que le latía el pene. Fue limpiado, pero esta vez para ser mojado por otro líquido. Akashi sacó sus dedos para untarlos en esa sustancia y volver a insertarlos en su pareja de manera suave. Kōki quien miraba a su novio de reojo expectante, soltó un gemido largo cuando sintió los dedos de nuevo.

Tenia tanto lubricante ahora en las nalgas que se le veían brillosas, su pareja con la mano libre que tenia las acaricio sintiendo su textura resbaladiza, sonriendo por lo firmes y bonitas que se le veían a Kōki, pero también lo tentaban.

Sacó sus dedos de pronto y se introdujo de improviso en Furihata quien soltó un grito alto, pero no de disgusto, era como lo que esperaba que pasara, era como si su amado hubiera leído sus pensamientos. Seijūrō sonrió porque sabía que su pareja también deseaba esto ya así como él comenzando un vaivén suave, disfrutando de la calidez y estrechez del interior ajeno haciendo ruidos de gusto, complementados y bien sazonados por los de Furihata.

Luego los movimientos fueron cobrando velocidad y ferocidad con algunas nalgadas de vez en cuando que hacían que Furihata moviera las caderas como pudiera en esa posición, aunque era difícil, prácticamente estaba totalmente en modo sumiso de aquella forma. Los choques de cuerpos era lo que más ruido hacia en ese momento aparte de los sonidos de gusto de ambos.

Seijūrō desató las manos de Furihata para luego tomarlo de los brazos para que Kōki quedara casi en suspensión mientras era penetrado de manera fuerte, con golpes fuertes a las nalgas que rebotaban de manera insistente a cada movimiento.

Por su parte Kōki podía mover más su trasero, disfrutando de cada embestida profunda en su interior, del cosquilleo de los vellos ajenos en su trasero mientras Akashi lo empuja a pesar de estar completamente dentro haciéndole gotear preseminal.

―Tu trasero es mío Kōki...―Saco su pene pegándole con este en una de las nalgas de Furihata, para luego volver a enterrarse de manera firme hasta el tope haciendo que Furihata volviera a gritar porque le había dado justo en su punto más sensible. ―Ngh......¿Lo oíste?

El mencionado estaba casi en las nubes sintiéndose en el orgasmo, pero asintiendo.

―Todo tuyo mi Sei...

Fueron movimientos largos y suaves de nuevos, con estocadas profundas e intensas que eran de manera sorpresiva que hacían casi delirar a Kōki, pero ya casi al final ambos estaban tan frenéticos en los movimientos que parecían animales en celo, así se oían y así se movían, desesperados, tocándose como podían, gruñendo, jadeando, gimiendo, rasguñando.

Acabaron de manera intensa, besándose luego, mientras el pene de Seijūrō seguía aun en el interior de Kōki. 

Seijūrō le estaba dando una caricia a Kōki en el ascensor de nuevo. Su marido le observo apenado, pero en vez de apartarlo, se fijo bien de que nadie los viese y puso la mano de su pareja dentro de su pantalón para que tuviera contacto más directo sorprendiendo un poco a este, pero aprovechando de acariciar mejor a Kōki.

―Estas más atrevido Kōki. ―Le susurró y su pareja le guiño el ojo mientras llegaban a la habitación de ambos.

―Bueno, dijiste que mi trasero te pertenece.