8.-Lingerie.

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Furihata amaba a su esposo, mucho, sin embargo, algo le tenía sumamente preocupado: Su amado últimamente no tenía mucho tiempo para él, había pasado todo el día ocupado con cosas del trabajo y a veces solo llegaba a dormir.

Incluso a veces quería provocar a su marido dándole caricias, pero lamentablemente este estaba demasiado agotado para responder como Kōki quería, diciéndole que ya lo compensaría antes de quedarse dormido. Furihata suspiraba frustrado, realmente quería que su amado le hiciera un poco de caso.

Se levanto realmente temprano, incluso antes de que su esposo lo hiciera, dejándole un desayuno preparado con todo el amor del mundo y una nota

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Se levanto realmente temprano, incluso antes de que su esposo lo hiciera, dejándole un desayuno preparado con todo el amor del mundo y una nota. Tenía que averiguar algo. Las cosas no podían seguir así.

Conseguiría si o si lo que quería hoy mismo. Por suerte parece que las cosas irían a su favor.


Obviamente Seijūrō se preocupó un poco al ver la nota que le había dejado su Kōki diciendo que saldría hasta encontrar lo que hiciera a su esposo darle atención

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Obviamente Seijūrō se preocupó un poco al ver la nota que le había dejado su Kōki diciendo que saldría hasta encontrar lo que hiciera a su esposo darle atención.

―Kōki, perdóname...― realmente se sentía mal por no poder darle todo el amor que su esposo merecía. Ese maldito trabajo lo tenía tan agobiado. No era exactamente el papeleo, sino esa maldita gente con las que tenía que hacer trato a ciertas horas; No solo eran difíciles de convencer de hacer contrato con la empresa, sino que cuando más desesperado estaba por irse le agendaban horas para cenar y "conocerle mejor" para cerrar el negocio apropiadamente.

Akashi tenía tantas ganas de mandarlo todo a la mierda y quedarse con su marido haciéndole el amor todo el tiempo en que lo había que tenido que dejar solo.


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Kinktober AkaFuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora