7.-Botas

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A Furihata le daban miedo en un principio los caballos y todo lo que tuviera que ver con la equitación. Sin embargo, Akashi le enseño a como montar a un caballo sin miedo y sin prejuicios sobre todo aquello.

Se divertían bastante cuando iban a montar a caballo.

Kōki también amaba lo sexy que se veía su novio con aquella ropa de equitación y sus botas largas. Al parecer su pareja pensaba lo mismo porque varias veces le acaricio el trasero o le beso de manera insinuante por la parte de sus piernas.

―Kōki ¿Te gustaría seguir montando? ―Le guiña el ojo de manera insinuante a su pareja.

― ¿No que dijiste que los caballos debían descansar Sei?

Seijūrō se rio por lo inocente que era su amado a veces.

―Entonces móntame a mí. Sobre mi pene―Le susurró de manera sensual, con esa voz tan peculiar que tenía el pelirrojo que podía hacer estremecer a cualquiera. Kōki se sonrojó salvajemente, pero asintió aceptando la proposición de Seijūrō.

―Lo haré con una condición, quiero que uses el traje de equitación y las botas, quiero jugar un poco antes de ello.

―Lo que desees cariño, nos divertiremos bastante hoy.

Akashi estaba sentado en una elegante silla cerca de la cama mientras su novio desnudo se acercaba con algo de timidez.

―Sei ¿Es necesario que use...esta cola de caballo? ―Jadea un poco porque es un plug anal con forma de cola de caballo que le hacia un poco de cosquillas con el pelo en las nalgas y las piernas.

―Por supuesto. Ahora ven caballito~―Le jala con una correa que le puso y le pone una bota en la cara de manera suave acariciando como podía el rostro de su pareja quien empezó a lamer de una manera algo sensual de principio a fin de esta.

―No puedo creer que incluso haciendo algo así te veas tan jodidamente sexy. ―Lo jaló aún más cerca para ponerlo cerca de su miembro, mientras Akashi con la bota de equitación recién ensalivada rozó el pene de Furihata haciendo que este diera un respingo del asombro. ―Vamos caballito Kōki, es tu turno de complacerme.

No se lo tuvieron que decir dos veces, así que beso la entrepierna por encima de la ropa antes de bajar el cierre del pantalón y meter la mano debajo del bóxer que usaba su amado, sacando el pene de este, lamiendo primero de manera suave, de la base hacia la punta, masturbándolo un poco mientras chupaba un poco los testículos de este, sonriendo cuando lograba ver que sus acciones daban frutos en su pareja. Suavemente se metió completamente a la boca el pene de su pareja y lo succionó moviéndose cada vez con más energía.

Sin embargo su novio al acariciarlo con las botas de cuero en esa área tan sensible hacía que a veces un gemido se le saliera logrando desconcentrarlo un poco. Seijūrō movía muy bien sus pies contra esa área tan sensible. No se dio ni cuenta cuando estaba moviendo las caderas contra esa bota.

―Eres un animalito siempre en celo ¿Acaso quieres acabar en mi bota? ―Movió el pie con un poco de presión, no demasiada para lastimar a su pareja, pero si para provocarlo. Viendo como Kōki temblaba y se estremecía aun teniendo la boca llena con su pene, sonrió. ―Pero si salpicas de semen la alfombra no será fácil sacarla. ―Siguió moviendo su pie y sus caderas follando casi con violencia la boca ajena. Presionó un poco más y sabiendo muy bien cómo hacerlo hizo que Furihata mojara sus botas con semen.

Akashi separo el rostro de Furihata de su entrepierna mientras este se separaba tratando de recuperarse de aquel orgasmo. Se limpio las botas con un paño húmedo y puso a Furihata apoyado boca abajo en la cama con los pies fuera de esta asomando el culo. Le quitó el plug anal que era algo largo y acaricio un poco las nalgas de Furihata con un látigo típico de equitación, para luego darle unos golpes, no muy fuertes, pero lo suficiente estimulantes para despertar de nuevo a su miembro.

―Eres un poco egoísta, yo aún no he acabado. ―Le metió el látigo al revés en su interior, simulando pequeñas embestidas. Furihata empezó a jadear ―Eso está mal Kōki, debes complacer a tu dueño. ―Le deja un poco el látigo en el trasero, luego lo saca y le da un pequeño azote.

―Sei...―Abre las nalgas con sus dedos mirándolo de manera insinuante. ―Por favor yo...quiero.

Antes de decir más fue penetrado de una fuerte estocada hasta el tope que casi lo hace gritar y venirse. Seijūrō esta vez fue algo duro al penetrarle, pues ni siquiera lo dejo acomodarse cuando ya estaba moviéndose intensamente. Furihata aguantaba como podía, pero era difícil no venirse de nuevo, su pareja sabia siempre donde llegar a sus puntos débiles.

Ambos acabaron de manera ruidosa. Akashi se aferró fieramente a las nalgas de su pareja mientras descargaba bastante semen en su interior. Furihata jadeaba muy agotado.

Sin embargo, este último sabía que faltaba algo.

Akashi se sentó en la cama cerca de las almohadas e indicó a su pareja a acercarse mientras se masturbaba para quedar de nuevo duro.

―Bien, es hora de montar, mi lindo caballito.

Furihata se acercó a su novio besándolo y frotando su propio pene con el ajeno para volver a quedar duro. Juntaron sus lenguas de manera apasionada y cariñosa, juntándolas y acariciándose con ellas.

Y antes que Kōki pudiera decir algo más fue alzado y sentado en el pene de su amado que aun vestía de equitación.

Se separó de los labios de Seijūrō para gemir por la repentina clavada en su interior, pero se movió feliz y entusiasta para sentir más. No podía negarlo: Era adicto a hacer el amor con su pareja.

Los movimientos sonaban pegajosos y ruidosos debido a que el semen que había quedado en Furihata hacia que todo fuera más sonoro y pervertido, ambos se miraban con absoluto placer debido a ello. Su interior apretó para sentir más del pene ajeno que parecía ponerse grueso debido a esas acciones.

Akashi le latigueaba para que fuera más rápido e incluso le dio un par de suaves latigazos al pene ajeno haciendo que se pusiera más erguido.

Furihata obedecía a los latigazos y a las ordenes o a veces se contoneaba disfrutando completamente estar completamente lleno. Le gustaba estar montándolo, sodomizándose a voluntad, quería disfrutar lo más posible de ello y que su pareja disfrutara de aquello también.

Las sorpresivas embestidas desde abajo por el pelirrojo le hacían a veces sentirse a punto de colapsar, pero aguantaría o eso quería, pero sentía que a cada sentón entusiasta que hacía, su propio pene parecía ya dar señales de eyacular. Sin embargo, al sentir los mismos estremecimientos en su interior, sabiendo que su pareja también pronto eyacularía, se movió más entusiasta, pronto soltando su liquido en el vientre de Akashi y saltando todavía hasta sentir como su pareja levantaba las caderas y lo volvía a llenar de ese liquido cálido y espeso que amaba sentir en su interior.

Antes de quedar dormido escuchó un "te amo"

Ambos se durmieron hasta el día siguiente, así pegados el uno al otro.




Kinktober AkaFuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora